Slk
Extremadamente Imbécil
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- 27 Feb 2008
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Paso a comentaros mi caso.
Como dije hace poco por un hilo, sin ser un gigoló sé buscarme la vida para conseguir chochos.
Es decir, encuentro chochos que desean ser taladrados por mí, pero cuando eso ocurre esperan más cosas de mí. Esperan un compromiso, esperan algo más que comerme el nabo pasionalmente como siempre dicen prometer. Más bien se diría que esa comida de nabo que me prometen es para ellas el modo de atarme. Hay veces que no, que no se obsesionan y tienen las cosas claras, las follas y ni se acuerdan de ti, pero otras muchas veces no.
Cuando veo a una tía por poner un ejemplo en Badoo, y veo que es pinchable, lo doy todo para atraerla, y creo que ese es uno de mis mayores errores. Conozco bastante la psicología femenina, conozco bastante dónde apuntar tanto con una choni de Santa Coloma como con una "Laiona" de Sarrià estudiante de sociología, y normalmente cuando alguna tía está por mí lo está de forma bastante exagerada, porque claro, ya me he preocupado yo de currármela mucho pensando en obtener su apertura de piernas en grado máximo e ipso facto.
Pero a la hora de la verdad, cuando me dicen "Slk, este sábado quedamos sí o sí", uno huele mucha desesperación y muchas ilusiones que van más allá del deseo sexual. De hecho a las tías el sexo les importa relativamente, lo que les atrae es el hombre que está ahí, y cuando siento que puedo hacerles daño, me achanto hasta el punto de desaparecer y renunciar porque no quiero comidas de olla ni sentimientos de culpabilidad.
Hoy, ahora mismo, en estos momentos, tengo un caso de estas características. Me ha prometido literalmente pagar un hotel esta noche "y lo primero que haré al entrar será agacharme y comértela", es lo que me ha dicho. Pero también lleva días diciéndome, de manera textual, "algo me dice que tengo que conocerte, algo me empuja a ello", amen de escribirme montonazo de mensajes, al msn y al teléfono que le dí aunque nunca le hablé por él ni le escribí. Las expectativas que tiene son altísimas, van mucho más allá de una aventura sexual. Tiene ilusión, quiere mi compañia, y como yo hoy vaya y me la folle, y quiera desaparecer, va a haber "merder" como se dice en catalán. Y entonces paso, paso de sentir nervios en mi estómago por un jodido polvo. Su último mensaje es "¿confirmamos la cita de esta noche, no?".
Y ahí solo tengo dos opciones. Decir que sí y aventurarme a sentirme mal, porque no soy un hijo de puta que parte corazones de pobres desgraciadas sin importarle una mierda que lo pasen mal aunque solo sea unos días. Para eso se tiene que nacer, o eres así o no lo eres y parece que yo no lo soy. La otra opción es la de darle a "eliminar contacto" y ahorrarme mil historias y rollos comecabezas.
Y después algunos todavía preguntáis por qué la peña se va de putas, joder...
Como dije hace poco por un hilo, sin ser un gigoló sé buscarme la vida para conseguir chochos.
Es decir, encuentro chochos que desean ser taladrados por mí, pero cuando eso ocurre esperan más cosas de mí. Esperan un compromiso, esperan algo más que comerme el nabo pasionalmente como siempre dicen prometer. Más bien se diría que esa comida de nabo que me prometen es para ellas el modo de atarme. Hay veces que no, que no se obsesionan y tienen las cosas claras, las follas y ni se acuerdan de ti, pero otras muchas veces no.
Cuando veo a una tía por poner un ejemplo en Badoo, y veo que es pinchable, lo doy todo para atraerla, y creo que ese es uno de mis mayores errores. Conozco bastante la psicología femenina, conozco bastante dónde apuntar tanto con una choni de Santa Coloma como con una "Laiona" de Sarrià estudiante de sociología, y normalmente cuando alguna tía está por mí lo está de forma bastante exagerada, porque claro, ya me he preocupado yo de currármela mucho pensando en obtener su apertura de piernas en grado máximo e ipso facto.
Pero a la hora de la verdad, cuando me dicen "Slk, este sábado quedamos sí o sí", uno huele mucha desesperación y muchas ilusiones que van más allá del deseo sexual. De hecho a las tías el sexo les importa relativamente, lo que les atrae es el hombre que está ahí, y cuando siento que puedo hacerles daño, me achanto hasta el punto de desaparecer y renunciar porque no quiero comidas de olla ni sentimientos de culpabilidad.
Hoy, ahora mismo, en estos momentos, tengo un caso de estas características. Me ha prometido literalmente pagar un hotel esta noche "y lo primero que haré al entrar será agacharme y comértela", es lo que me ha dicho. Pero también lleva días diciéndome, de manera textual, "algo me dice que tengo que conocerte, algo me empuja a ello", amen de escribirme montonazo de mensajes, al msn y al teléfono que le dí aunque nunca le hablé por él ni le escribí. Las expectativas que tiene son altísimas, van mucho más allá de una aventura sexual. Tiene ilusión, quiere mi compañia, y como yo hoy vaya y me la folle, y quiera desaparecer, va a haber "merder" como se dice en catalán. Y entonces paso, paso de sentir nervios en mi estómago por un jodido polvo. Su último mensaje es "¿confirmamos la cita de esta noche, no?".
Y ahí solo tengo dos opciones. Decir que sí y aventurarme a sentirme mal, porque no soy un hijo de puta que parte corazones de pobres desgraciadas sin importarle una mierda que lo pasen mal aunque solo sea unos días. Para eso se tiene que nacer, o eres así o no lo eres y parece que yo no lo soy. La otra opción es la de darle a "eliminar contacto" y ahorrarme mil historias y rollos comecabezas.
Y después algunos todavía preguntáis por qué la peña se va de putas, joder...