cuellopavo
Frikazo
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y respecto a esta noticia... https://foropl.com/viewtopic.php?t=67787
Por qué no pueden dar muestras de su amor y de su atracción sexual una madre y un hijo? ¿Porque es antinatural? ¿Acaso la homosexualidad o el coito anal no son actos "contra natura"?
Hace unos días se abrió un hilo que trataba sobre la detención de unas jóvenes españolas, en otro país europeo, por practicar tocamientos libidinosos en público, y hubo quien tachó de mojigatas a las autoridades de dicho país, defendiendo el derecho de aquellas chicas a expresar su sexualidad.
En definitiva, que me pregunto si la detención de madre e hijo se debe sólo al hecho de mantener relaciones sexuales en público, hasta el punto de que también se les hubiera detenido si no mediara entre ellos ninguna relación de parentesco o si se tratara de marido y mujer, o si es el hecho del incesto lo que nos escandaliza.
Ya que estamos en una sociedad permisiva ¿hay razón para que sigan escandalizándonos las relaciones incestuosas? ¿Dónde debemos poner el límite a tanta permisividad? ¿Es que debe haber un límite?
No es que me parezca bien o me deje de parecer. Las relaciones homosexuales entre hombres me repugnan, pero no por ello estoy por que las prohíban. Lo que me pregunto es si cada cual -hablo de personas mayores de edad- puede mantener libremente las relaciones sexuales que le plazca, o si hay que establecer un límite, y en ese caso cuál debería ser el límite y por qué, ya que el hecho de que un tipo de relación me repugne a mí es a todas luces irrelevante.
Los perros y las perras follan en plena calle sin ningún tipo de reparos. ¿Por qué no podemos hacerlo también los humanos sin que nos detenga el guardia de turno? En verdad parece ser que vivimos en una sociedad tremendamente represiva. Y si una madre y un hijo -mayor de edad- quieren follar en plena calle ¿por qué habría que prohibírselo? ¿No es libre cada cual de hacer lo que le plazca?
Todos los pueblos primitivos abominan del incesto, y lo consideran un acto tabú. Pero según muchos antropólogos ello se debe a que permitirlo supondría la degradación y desaparición del grupo, por los efectos de la consanguinidad.
Pero como hoy disponemos de toda clase de anticonceptivos, de los actos incestuosos no tiene por qué nacer ninguna criatura, por lo que el grupo ya no corre peligro de degradarse y desaparecer. Por tanto, yo me pregunto ¿por qué sigue repugnándonos el incesto? ¿O en realidad no nos repugna tanto, pero tenemos grabado a fuego la obligación de rechazarlo?
Seguro que alguien me puntualiza: ¡no somos perros! Por ese camino poco a poco nos iremos aproximando a una definición más precisa del ser humano. No somos perros, ni gatos, ni lagartijas... Por tanto ¿no somos animales? ¿Acaso somos algo más que animales? Y en ese caso ¿qué es lo que nos diferencia esencialmente de ellos? Porque admitirán ustedes que tenemos muchas cosas en común, pero seguro que hay algo esencial que nos distingue de ellos ¿Serían ustedes capaces de dar en la tecla, aparte de afirmar que no somos perros, lo cual me parece algo vago y difuso?
A lo mejor podría ser que los humanos además de guiarnos por el instinto, común a todos los animales, también tenemos... ¿cultura? ¿Es la cultura la que nos diferencia de los animales, no digo si para hacernos superiores o inferiores, que ése es ya otro tema?
Pero ¿qué es la cultura? ¿Algo que construye el hombre, que no nos viene dado en los genes? ¿Y por tanto se trata de algo mutable, cambiante? ¿Es la cultura la que nos hace abominar del incesto, como no hace mucho abominábamos casi todos en este país de la homosexualidad? ¿Podemos cambiar nuestra opinión del incesto, como hamos cambiado la de la homosexualidad y otros temas? ¿Cómo la cambiamos? ¿Hará falta una ley que despenalice el incesto... y ya nos iremos acostumbrando?
En fin, no me hagan demasiado caso. Era por matar el tiempo... Lo que está claro es que no somos perros, una verdad mucho más profunda de lo que aparenta.
Por qué no pueden dar muestras de su amor y de su atracción sexual una madre y un hijo? ¿Porque es antinatural? ¿Acaso la homosexualidad o el coito anal no son actos "contra natura"?
Hace unos días se abrió un hilo que trataba sobre la detención de unas jóvenes españolas, en otro país europeo, por practicar tocamientos libidinosos en público, y hubo quien tachó de mojigatas a las autoridades de dicho país, defendiendo el derecho de aquellas chicas a expresar su sexualidad.
En definitiva, que me pregunto si la detención de madre e hijo se debe sólo al hecho de mantener relaciones sexuales en público, hasta el punto de que también se les hubiera detenido si no mediara entre ellos ninguna relación de parentesco o si se tratara de marido y mujer, o si es el hecho del incesto lo que nos escandaliza.
Ya que estamos en una sociedad permisiva ¿hay razón para que sigan escandalizándonos las relaciones incestuosas? ¿Dónde debemos poner el límite a tanta permisividad? ¿Es que debe haber un límite?
No es que me parezca bien o me deje de parecer. Las relaciones homosexuales entre hombres me repugnan, pero no por ello estoy por que las prohíban. Lo que me pregunto es si cada cual -hablo de personas mayores de edad- puede mantener libremente las relaciones sexuales que le plazca, o si hay que establecer un límite, y en ese caso cuál debería ser el límite y por qué, ya que el hecho de que un tipo de relación me repugne a mí es a todas luces irrelevante.
Los perros y las perras follan en plena calle sin ningún tipo de reparos. ¿Por qué no podemos hacerlo también los humanos sin que nos detenga el guardia de turno? En verdad parece ser que vivimos en una sociedad tremendamente represiva. Y si una madre y un hijo -mayor de edad- quieren follar en plena calle ¿por qué habría que prohibírselo? ¿No es libre cada cual de hacer lo que le plazca?
Todos los pueblos primitivos abominan del incesto, y lo consideran un acto tabú. Pero según muchos antropólogos ello se debe a que permitirlo supondría la degradación y desaparición del grupo, por los efectos de la consanguinidad.
Pero como hoy disponemos de toda clase de anticonceptivos, de los actos incestuosos no tiene por qué nacer ninguna criatura, por lo que el grupo ya no corre peligro de degradarse y desaparecer. Por tanto, yo me pregunto ¿por qué sigue repugnándonos el incesto? ¿O en realidad no nos repugna tanto, pero tenemos grabado a fuego la obligación de rechazarlo?
Seguro que alguien me puntualiza: ¡no somos perros! Por ese camino poco a poco nos iremos aproximando a una definición más precisa del ser humano. No somos perros, ni gatos, ni lagartijas... Por tanto ¿no somos animales? ¿Acaso somos algo más que animales? Y en ese caso ¿qué es lo que nos diferencia esencialmente de ellos? Porque admitirán ustedes que tenemos muchas cosas en común, pero seguro que hay algo esencial que nos distingue de ellos ¿Serían ustedes capaces de dar en la tecla, aparte de afirmar que no somos perros, lo cual me parece algo vago y difuso?
A lo mejor podría ser que los humanos además de guiarnos por el instinto, común a todos los animales, también tenemos... ¿cultura? ¿Es la cultura la que nos diferencia de los animales, no digo si para hacernos superiores o inferiores, que ése es ya otro tema?
Pero ¿qué es la cultura? ¿Algo que construye el hombre, que no nos viene dado en los genes? ¿Y por tanto se trata de algo mutable, cambiante? ¿Es la cultura la que nos hace abominar del incesto, como no hace mucho abominábamos casi todos en este país de la homosexualidad? ¿Podemos cambiar nuestra opinión del incesto, como hamos cambiado la de la homosexualidad y otros temas? ¿Cómo la cambiamos? ¿Hará falta una ley que despenalice el incesto... y ya nos iremos acostumbrando?
En fin, no me hagan demasiado caso. Era por matar el tiempo... Lo que está claro es que no somos perros, una verdad mucho más profunda de lo que aparenta.