Después del reflote de este hilo me la volví a bajar, la había visto en su día. La verdad es que si antes ya me parecía una película increíble, ahora que soy más viejo me ha gustado todavía más (la he visto esta mañana).
Es la película definitiva sobre la existencia y la muerte progresiva, sobre la experiencia del ser humano, no hay más. No recuerdo haber visto otra película que todo ese mundo de sentimientos, dudas, desamparo, inadecuación, abandono, soledad, dolor, frustración, lo que es la vida vamos, lo exponga de manera tan directa, tan inmediata, tan sensorial.
Es fascinante como a medida que la vida va avanzando en su destrucción, la creciente alienación del mundo (y alienación es, pues lo estamos abandonando poco a poco) la va reflejando la película en toda esa realidad amortiguada (sonidos lejanos, ecos, confusión, personas que vienen y van, que se mezclan en la mente). Y ver como la vida que uno va dejando atrás a su vez se convierte en una especie de carga mitológica personal, que todos la llevamos y que la reinterpretamos una y otra vez en el teatro de la mente hasta la muerte. Y sin embargo a pesar de ese realismo mágico en el que se mueve, en todo momento todos podemos empatizar con el protagonista y con los demás, porque los sentimientos de la humanidad entera se expresan de manera esencial, trascendental, más allá de cualquier detalle narrativo de si la persona A o B hizo X, Z o Y.
Es por películas como esta que luego me quejo del lenguaje narrativo "clásico" del cual el cine contemporáneo no sale. No tiene sentido a estas alturas que todas las películas (incluso las que son serias en el sentido "dramático") cuenten las mismas historias siempre de la misma manera apegada a la realidad mundana, y todo se reduzca a si los actores están bien o a si el montaje es picado o hay planos secuencia. Es como si la pintura nunca hubiera pasado del siglo XVIII, y se hubiera quedado eternamente en una versión mental, milimetrada, artificialmente compuesta, de la realidad. Es necesario dejar atrás la narrativa normativa y empezar a explorar otras maneras, el realismo mágico de esta película para mí es una buena opción.
Es una película tal que uno, más allá de que la sienta más o menos, se ve obligado a reconocer su importancia cinematográfica real.