Tal día como hoy...

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8 Mar 2010
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Tal día como hoy, hace exactamente 75 años, caía fusilado en la prisión de Alicante José Antonio Primo de Rivera, uno de los políticos y pensadores más brillantes a la par que incomprendidos que ha dado al mundo nuestra España. Patriota, católico, noble, culto, defensor de la justicia social, algo ingenuo quizás, hombre de grandes ideas, que podemos considerar correctas o equivocadas, pero se esté de acuerdo o no con ellas,no hay duda de que José Antonio fue un hombre excepcional, que como político y como persona le da mil vueltas a toda la panda de Pepiños, Pajines y Maricomplejines que hoy en día pululan por ese circo infecto que llamamos Congreso de los diputados. Amén de saber hablar con cierta soltura varias lenguas hace 80 años, cuando hoy en día ninguno de nuestros presidentes sabe apenas chapurrear un poco de inglés y no pueden evitar hacer el ridículo cada vez que abren la boca:lol::lol:

Por todo esto, hoy me gustaría abrir este hilo, no para sacar a flote una vez más los viejos rencores entre las dos Españas, sino para rendir un humilde homenaje a esta incomprendida y excepcional figura histórica, odiada por aquellos que desconocen su obra y manipulada en provecho propio por aquellos que dicen seguirla pero que en el fondo no comprendieron nada. Quién sabe como habría podido ser la historia de nuestro país si aquel trágico 20 de noviembre no hubieramos perdido a este gran hombre, muerto a los 33 años.

Jos%C3%A9+Antonio+Primo+de+Rivera.jpg

¡PRESENTE!

Os dejo con unos cuantos vídeos de interés:


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En relación al hilo, bajo la temática de José Antonio Primo de Rivera, éste texto:

memocracia.jpg


Se le puede considerar premonitorio. Porque es una reflexión que encaja, perfecta y casi absolutamente, con el partido Plataforma per Catalunya, sus ideas y sus dirigentes.
 
Graciasporvenir rebuznó:
En relación al hilo, bajo la temática de José Antonio Primo de Rivera, éste texto:

memocracia.jpg


Se le puede considerar premonitorio. Porque es una reflexión que encaja, perfecta y casi absolutamente, con el partido Plataforma per Catalunya, sus ideas y sus dirigentes.



Hombre tu argumento tiene su gracia y tal pero si donde pone PxC pones PSOE, PP, CiU, ICV...y la gracieta no pierde un apice de sentido.


Es todo el panorama politico el que esta plagado de "majaderos" (por una vez no les voy a llamar hijos de puta) y dudo que decir "majaderias" y embrutecer al pueblo con sus ideas toscas lo hagan por casualidad.

Si pones PxC es para picar a MCS
 
1984 reload rebuznó:
Hombre tu argumento tiene su gracia y tal pero si donde pone PxC pones PSOE, PP, CiU, ICV...y la gracieta no pierde un apice de sentido.


Es todo el panorama politico el que esta plagado de "majaderos" (por una vez no les voy a llamar hijos de puta) y dudo que decir "majaderias" y embrutecer al pueblo con sus ideas toscas lo hagan por casualidad

Si pones PxC es para picar a MCS

Sí y no.

Evidentemente, si sustituyes Putrefactos per Catalunya por otro partido, la gracia es la misma. Es una especie de plantilla para cualquier partido.

Por cierto, que se debió quedar calvo el tal José Antonio ese, escribiendo una obviedad así.

Pero es que yo realmente pienso que Putrafactos per Catalunya dice majaderías para convencer a las masas. Por eso lo digo, aparte de para ahostiar a mcs, para reflejar uno de mis pensamientos.
 
Yo me quedo con la dignidad de la persona, tan escasa hoy como ayer.
Fue un hombre caminando entre ratas, de ahí su destino.
 
Es bastante conocida la frase que dejó antes de ser fusilado...
Que sea la mía la última sangre española vertida en discordias civiles

Y es también bastante conocido que Franco, luchando en el mismo bando, no movió un dedo, aún cuando pudo, para evitar que lo fusilaran porque le resultaba tan útil muerto como incómodo vivo.

Ya sólo estas dos cosas hablan bastante bien de él.

En fin.... presente!
 
Jose Antonio y Ramiro Ledesma. Dos verdaderos HOMBRES. Honor para ellos.
 
Humbert_Humbert rebuznó:
Es bastante conocida la frase que dejó antes de ser fusilado...


Y es también bastante conocido que Franco, luchando en el mismo bando, no movió un dedo, aún cuando pudo, para evitar que lo fusilaran porque le resultaba tan útil muerto como incómodo vivo.

Ya sólo estas dos cosas hablan bastante bien de él.

En fin.... presente!


Tambien se dice que el accidente del general Mola fue ordenado por Franco porque le hacia sombra.
 
Humbert_Humbert rebuznó:
Es bastante conocida la frase que dejó antes de ser fusilado...


Y es también bastante conocido que Franco, luchando en el mismo bando, no movió un dedo, aún cuando pudo, para evitar que lo fusilaran porque le resultaba tan útil muerto como incómodo vivo.

Ya sólo estas dos cosas hablan bastante bien de él.

En fin.... presente!

2898 votos a groso modo ese es el legado a fecha de hoy de Fe Jons. No tengo duda alguna de que si no fuera por la corrupción que de su figura y pensamiento hizo Paca la Culona, y su "amoldamiento" a la Una Grande y Libre, hoy por hoy graznaría de igual a igual en votos a Izquierda Unida. Pero no, Franco se cargó a los camisas viejas a favor de una panda de palmeros -fijate tu, como se repite la historia de este pais...-....Hoy por hoy, Jose Antonio es HISTORIA. Punto.

En cuanto a lo otro, no es del todo cierto. Mas que Franco, eran los alemanes los interesados en la supervivencia de Jose Antonio, y si que se intentó rescatarle.

César Vidal - ¿Se hizo todo lo posible para rescatar a José Antonio? - Ideas

César Vidal - ¿Se hizo todo lo posible para rescatar a José Antonio? - Ideas

Por cierto, perra pucelana, JODETE como bien te dije hace unos días, vas a tener PePitos hasta en la sopa jur jur.:121
 
PRESENTE ¡¡

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Slk repartiendo asco rebuznó:
Pero tú no eras de los que decía que los mesetario/castellano/extremeño/andaluces eran inferiores y detestables? Porque este era un hijo de jerezanos nacido en Madrid.

¿y tu no decías que dejabas el foro porque te estabas follando a una gorda de mierda sidosa forera?

los grandes hombres son grandes hombres, vengan de donde vengan.
 
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"Queremos un paraíso difícil, erecto, implacable, un paraíso donde no se descanse nunca."

:lol:

En resumen, José Antonio no está en contra de la república, sino que desea profundizarla, la critica por esteril.

No niega las predicciones de Marx sino que abomina de sus métodos esclavizadores y alienantes.

Es contrario a la monarquía, a los grandes capitales financieros y al liberalismo burgués, y favorable a la descentralización autonómica dentro de la unidad y a los pequeños propietarios.
 
leproso rebuznó:
Jose Antonio, ha sido uno de los españoles más injustamente tratados de la historia.
Manipularon su memoria, sus palabras, su heróica muerte y hasta su funeral.

Normal, quien habría de reivindicarlo ¿el que ganó la guerra? ¿los que lo asesinaron?

Si por alguna razón hubiese accedido al poder en vez de Franco ¿crees que España hubiese entrado en la guerra al lado de Alemania?

Otro escenario, si no lo hubiesen matado, ¿crees que Hitler se hubiese decidido a atacar España y, en lugar del General muñoz Grandes, como llegó a contemplar, aupar a José Antonio al poder?
 
BAILARÉ SOBRE TU TUMBA rebuznó:
Normal, quien habría de reivindicarlo ¿el que ganó la guerra? ¿los que lo asesinaron?

Si por alguna razón hubiese accedido al poder en vez de Franco ¿crees que España hubiese entrado en la guerra al lado de Alemania?

Otro escenario, si no lo hubiesen matado, ¿crees que Hitler se hubiese decidido a atacar España y, en lugar del General muñoz Grandes, como llegó a contemplar, aupar a José Antonio al poder?


Profundiza esto anda: ¿debo entender que a Hitler le cayo tan mal PAco el ferrolano que pretendia invadir la Ibérica Peninsula? :shock: ¿no tenía ya bastanes frentes abiertos como para pensar meterse en otro lodazal?
 
Que Franco le cayó mal a Hitler no es secreto, comentó que prefería que le sacaran una muela a tener que volver a entrevistarse con él, pero el caso es que no habrá sido por esto, sino por el interés de cerrar el mediterraneo a los aliados que los estában cociendo en África.

Este tocho es una selección de párrafos del artículo abajo linkado la mar de interesantes.
La política de los tres frentes es la posición estándar que tomó el gobierno español durante la Segunda Guerra Mundial. Esta posición, era pro-nazi en la guerra que sostenía Alemania con la URSS, estrictamente neutral en la guerra entre Alemania y las potencias occidentales; y proaliada en la guerra que sostenía Estados Unidos contra Japón.

Franco difundió una peculiar e interesada teoría y se la transmitió al embajador norteamericano. Según esta tesis, se estaban desarrollando tres guerras simultáneas: la del Eje contra la URSS, en la que España era favorable al Eje; la del Eje contra los Aliados, en la que era neutral, y la del Pacífico, donde aseguró que era necesario derrotar a los japoneses porque estos eran -entre otros calificativos- unos bárbaros.

Florentino Rodao. Guerra a los bárbaros de Oriente. Clío. Junio 2006.

Las relaciones entre Hitler y Franco nunca fueron muy amigables. Tras el fracaso relativo de la Entrevista de Hendaya, Hitler pensó seriamente en invadir la península ibérica (tanto España como Portugal, país tradicionalmente aliado de Gran Bretaña). También le interesaba a Hitler lograr una posición estratégica en las Islas Canarias. Aunque Franco procurara evitar entrar en la guerra, España realmente hizo proyectos para la defensa del país si había ataques de alguno de los contendientes. Al principio, la masa del ejército español fue colocada en la parte del sur del país para prevenir un eventual ataque aliado. Sin embargo, Franco ordenó que las divisiones se movieran hacia la frontera francesa después de que Hitler le amenazó con una posibilidad de invasión.

Aunque los soldados alemanes estuvieran bien preparados, la experiencia reciente de combate del ejército español y el terreno accidentado del norte de España presentaron un obstáculo significativo a cualquier gran invasión del Eje. También se temía el estancamiento bélico en caso que se repitiera una guerra de guerrillas como la que ocurrió en la guerra de la independencia española contra Napoleón.

Según Robert Solborg, agente americano en Lisboa en 1942, el primer ministro británico Winston Churchill estaba convencido de que España entraría en algún momento en la II Guerra Mundial del lado de Adolf Hitler. Para evitarlo, decidió sobornar a los generales que estaban bajo las órdenes del dictador Francisco Franco y crear así toda una corriente militar de pensamiento en contra de la entrada de España en el conflicto. El agente elegido para efectuar el soborno sería el banquero Juan March (que además fue uno de los principales financistas de la sublevación de 1936 y puso a disposición del Alzamiento franquista 600 millones de pesetas.), el que se encargó de convencerlos y distribuir entre ellos una suma inicial de diez millones de dólares americanos de la época.[3] Según Ferrer, sólo en 1942, los generales de Franco recibieron entre 3 y 5 millones de dólares.

¿Declaración de guerra a Japón?Se encuentra escrito en la revista Clio:

Es poco conocido que Franco quiso declarar la guerra a Japón cuando ya se advertía la derrota del Eje en 1945 y que incluso se concibió el envío de una nueva División Azul con tal fin. El episodio refleja el carácter zigzagueante de la diplomacia franquista -que pasó de admirar a Japón a convertirlo en enemigo- y cómo los clichés sobre los "bárbaros orientales" impregnaron la visión española del imperio nipón. "Parece como si fuéramos a declarar la guerra a Japón", espetó el ministro de Exteriores español José Félix de Lequerica al agregado militar británico en Madrid, Windam W. Torr, en una cena informal. Era marzo de 1945, cuando el Tercer Reich vivía sus últimos meses y era obvio que los Aliados ganarían la guerra.

Florentino Rodao. Guerra a los bárbaros de Oriente. Clío. Junio 2006.

Pero lo que ocurrió fue más complejo. Pese a que es poco conocido, la presencia española en el frente del Pacífico fue de vital importancia. Allí, soldados, misioneros, comerciantes, espías o inventores españoles se unieron bajo bandera americana con el objetivo de derrotar al ejército imperial japonés. Y ésta importancia está muy bien documentada en un artículo de la revista Historia de Iberia Vieja.

Tras la derrota del bando republicano en la Guerra Civil Española, como sucedió en América, un número considerable de exiliados españoles fueron a las antiguas colonias españolas de Oceanía, en especial Filipinas. Esto les pilló en medio de la contienda entre Japón y EEUU. En un principio, la prensa franquista ensalzó las conquistas japonesas y pidió a los españoles que habitaban allí que ayudasen a los aliados japoneses. Pese a ello, los españoles ayudaron al bando estadounidense, haciendo una guerra de guerrillas a los japoneses. Muchos además eran de origen vasco, y el euskera se utilizó en un momento para las claves secretas entre los americanos y los españoles, pero debido a la pocos que lo entendían, se cambió por el sioux.[cita requerida]

No todos los españoles allí confinados eran exiliados. Entre ellos se encontraba Andrés Soriano, fundador de Cervezas San Miguel, hombre más rico de Filipinas y que prestó ayuda al bando rebelde durante la Guerra Civil y héroe del Pacífico, fue además un amigo personal del general MacArthur. Otro gran héroe fue Leoncio Peña, que perteneció a una escuadra en la que solo quedaron dos supervivientes. Tras luchar en Okinawa, fue trasladado a Estados Unidos, donde recibió la Estrella de Bronce por méritos de guerra, la Medalla del Corazón Púrpura y la del Racimo de Hoja del Roble. Cabe destacar, además, que los primeros soldados que desembarcaron en la Batalla de Guadalcanal fueron españoles. La ayuda prestada por los españoles fue de crucial importancia para los americanos.

La Masacre de Filipinas

En 1944, con los aliados ya cerca de alzarse con la victoria, el siguiente paso era la conquista de Filipinas, que cortaría a los japoneses el envío de petróleo de Malaca y Sumatra. Tras el desembarco, llegaron a Manila, donde se inició la mayor masacre de todo el frente pacífico. Allí se encontraban 1.700 españoles. Con la ciudad a punto de ser conquistada, los oficiales japoneses ordenaron sacar a cientos de civiles españoles y filipinos para ametrallarlos a sangre fría. Las mayores matanzas fueron en el barrio de Intramuros, donde se intentaron ocultar de en los edificios religiosos. Pero entonces los japoneses prendieron fuego a los edificios con los ocupantes dentro y también lanzaron granadas dentro, para disparar al que saliera a fuera. A otros se les enterró vivos o se les asesinaba sin más. Hubo un caso de una niña de 5 años, Ana María Aguilella, que sobrevivió a 16 bayonetazos. Un informe cifró en 12.700 los civiles masacrados.

Con la masacre de Manila la prensa franquista cambió drásticamente de opinión, hablando de "vesania nipona". Ningún aliado podía hacer algo semejante a ciudadanos españoles. Ahora se les trataba como enemigos acérrimos. Fue ahí cuando se planteó la declaración de guerra a Japón. No había riesgo, ya que la guerra estaba prácticamente acabada, y sería un buen método para quedar bien con los aliados tras la ayuda prestada al Eje. Aunque la idea fue finalmente deshecha, el ministro de Asuntos Exteriores, José Félix de Lequerica, entregó al ministro plenipotenciario nipón en Madrid, Yakishiro Suma, una notificación de la ruptura entre ambos países.

Entre los españoles que sobresalieron en el Frente del Pacífico, cabe destacar al inventor, aviador e ingeniero Heraclio Alfaro Fournier (nieto del fabricante de naipes), que proporcionó grandes innovaciones y mejoras en los aviones americanos, se le puede considerar como el pionero en el campo de los motores voladores.

España en la Segunda Guerra Mundial - Wikipedia, la enciclopedia libre

Y la operación Felix

Operación Félix - Wikipedia, la enciclopedia libre
 
Humbert_Humbert rebuznó:
Es bastante conocida la frase que dejó antes de ser fusilado...

Aquí teneis el testamento completo de José Antonio, documento histórico de gran valor:

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Condenado ayer a muerte, pido a Dios que si todavía no me exime de llegar a ese trance, me conserve hasta el fin la decorosa conformidad con que lo preveo y, al juzgar mi alma, no le aplique la medida de mis merecimientos, sino la de su infinita misericordia.
Me acomete el escrúpulo de si será vanidad y exceso de apego a las cosas de la tierra el querer dejar en esta coyuntura cuentas sobre algunos de mis actos; pero como, por otra parte, he arrastrado la fe de muchos camaradas míos en medida muy superior a mi propio valer (demasiado bien conocido de mí, hasta el punto de dictarme esta frase con la más sencilla y contrita sinceridad), y como incluso he movido a innumerables de ellos a arrostrar riesgos y responsabilidades enormes, me parecía desconsiderada ingratitud alejarme de todos sin ningún género de explicación.
No es menester que repita ahora lo que tantas veces he dicho y escrito acerca de lo que los fundadores de Falange Española intentábamos que fuese. Me asombra que, aun después de tres años, la inmensa mayoría de nuestros compatriotas persistan en juzgarnos sin haber empezado ni por asomo a entendernos y hasta sin haber procurado ni aceptado la más mínima información. Si la Falange se consolida en cosa duradera, espero que todos perciban el dolor de que se haya vertido tanta sangre por no habérsenos abierto una brecha de serena atención entre la saña de un lado y la antipatía de otro. Que esa sangre vertida me perdone la parte que he tenido en provocarla, y que los camaradas que me precedieron en el sacrificio me acojan como el último de ellos.
Ayer, por última vez, expliqué al Tribunal que me juzgaba lo que es la Falange. Como en tantas ocasiones, repasé, aduje los viejos textos de nuestra doctrina familiar. Una vez más, observé que muchísimas caras, al principio hostiles, se iluminaban, primero con el asombro y luego con la simpatía. En sus rasgos me parecía leer esta frase: "¡Si hubiésemos sabido que era esto, no estaríamos aquí!" Y, ciertamente, ni hubiéramos estado allí, ni yo ante un Tribunal popular, ni otros matándose por los campos de España. No era ya, sin embargo, la hora de evitar esto, y yo me limité a retribuir la lealtad y la valentía de mis entrañables camaradas, ganando para ellos la atención respetuosa de sus enemigos.
A esto tendí, y no a granjearme con gallardía de oropel la póstuma reputación de héroe. No me hice responsable de todo ni me ajusté a ninguna otra variante del patrón romántico. Me defendí con los mejores recursos de mi oficio de abogado, tan profundamente querido y cultivado con tanta asiduidad. Quizá no falten comentadores póstumos que me afeen no haber preferido la fanfarronada. Allá cada cual. Para mí, aparte de no ser primer actor en cuanto ocurre, hubiera sido monstruoso y falso entregar sin defensa una vida que aún pudiera ser útil y que no me concedió Dios para que la quemara en holocausto a la vanidad como un castillo de fuegos artificiales. Además, que ni hubiera descendido a ningún ardid reprochable ni a nadie comprometía con mi defensa, y sí, en cambio, cooperaba a la de mis hermanos Margot y Miguel, procesados conmigo y amenazados de penas gravísimas. Pero como el deber de defensa me aconsejó, no sólo ciertos silencios, sino ciertas acusaciones fundadas en sospechas de habérseme aislado adrede en medio una región que a tal fin se mantuvo sumisa, declaro que esa sospecha no está, ni mucho menos, comprobada por mí, y que sí pudo sinceramente alimentarla en mi espíritu la avidez de explicaciones exasperada por la soledad, ahora, ante la muerte, no puede ni debe ser mantenida.
Otro extremo me queda por rectificar. El aislamiento absoluto de toda comunicación en que vivo desde poco después de iniciarse los sucesos sólo fue roto por un periodista norteamericano que, con permiso de las autoridades de aquí, me pidió unas declaraciones a primeros de octubre. Hasta que, hace cinco o seis días, conocí el sumario instruido contra mí, no he tenido noticia de las declaraciones que se me achacaban, porque ni los periódicos que las trajeron ni ningún otro me eran asequibles. Al leerlas ahora, declaro que entre los distintos párrafos que se dan como míos, desigualmente fieles en la interpretación de mi pensamiento, hay uno que rechazo del todo: el que afea a mis camaradas de la Falange el cooperar en el movimiento insurreccionar con "mercenarios traídos de fuera". Jamás he dicho nada semejante, y ayer lo declaré rotundamente ante el Tribunal, aunque el declararlo no me favoreciese. Yo no puedo injuriar a unas fuerzas militares que han prestado a España en Africa heroicos servicios. Ni puedo desde aquí lanzar reproches a unos camaradas que ignoro si están ahora sabia o erróneamente dirigidos, pero que a buen seguro tratan de interpretar de la mejor fe, pese a la incomunicación que nos separa, mis consignas y doctrinas de siempre. Dios haga que su ardorosa ingenuidad no sea nunca aprovechada en otro servicio que el de la gran España que sueña la Falange.
Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas calidades entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia.
Creo que nada más me importa decir respecto a mi vida pública. En cuanto a mi próxima muerte, la espero sin jactancia, porque nunca es alegre morir a mi edad, pero sin protesta. Acéptela Dios Nuestro Señor en lo que tenga de sacrificio para compensar en parte lo que ha habido de egoísta y vano en mucho de mi vida. Perdono con toda el alma a cuantos me hayan podido dañar u ofender, sin ninguna excepción, y ruego que me perdonen todos aquellos a quienes deba la reparación de algún agravio grande o chico. Cumplido lo cual, paso a ordenar mi última voluntad en las siguientes
CLÁUSULAS​
Primera. Deseo ser enterrado conforme al rito de la religión Católica, Apostólica, Romana, que profeso, en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz.
Segunda. Instituyo herederos míos por partes iguales a mis cuatro hermanos: Miguel, Carmen, Pilar y Fernando Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, con derecho de acrecer entre ellos si alguno me premuriese sin dejar descendencia. Si la hubiere dejado, pase a ella en partes iguales, por estirpes, la parte que hubiera correspondido a mi hermano premuerto. Esta disposición vale aunque la muerte de mi hermano haya ocurrido antes de otorgar yo el testamento.
Tercera. No ordeno legado alguno ni impongo a mis herederos carga jurídicamente exigible; pero les ruego:
A) Que atiendan en todo con mis bienes a la comodidad y regalo de nuestra tía María Jesús Primo de Rivera y Orbaneja, cuya maternal abnegación y afectuosa entereza en los veintisiete años que lleva a nuestro cargo no podremos pagar con tesoros de agradecimiento.
B) Que, en recuerdo mío, den algunos de mis bienes y objetos usuales a mis compañeros de despacho, especialmente a Rafael Garcerán, Andrés de la Cuerda y Manuel Sarrión, tan leales durante años y años, tan eficaces y tan pacientes con mi nada cómoda compañía. A ellos y a todos los demás, doy las gracias y les pido que me recuerden sin demasiado enojo.
C) Que repartan también otros objetos personales entre mis mejores amigos, que ellos conocen bien, y muy señaladamente entre aquellos que durante más tiempo y más de cerca han compartido conmigo las alegrías y adversidades de nuestra Falange Española. Ellos y los demás camaradas ocupan en estos momentos en mi corazón un puesto fraternal.
D) Que gratifiquen a los servidores más antiguos de nuestra casa, a los que agradezco su lealtad y pido perdón por las incomodidades que me deben.
Cuarta. Nombro albaceas contadores y partidores de herencia, solidariamente, por término de tres años, y con las máximas atribuciones habituales, a mis entrañables amigos de toda la vida Raimundo Fernández Cuesta y Merelo y Ramón Serrano Súñer, a quienes ruego especialmente:
a) Que revisen mis papeles privados y destruyan todos los de carácter personalísimo, los que contengan trabajos meramente literarios y los que sean simples esbozos y proyectos en período atrasado de elaboración, así como cualesquiera obras prohibidas por la Iglesia o de perniciosa lectura que pudieran hallarse entre los míos.
B) Que coleccionen todos mis discursos, artículos, circulares, prólogos de libros, etc., no para publicarlos –salvo que lo juzguen indispensable–, sino para que sirvan de pieza de justificación cuando se discuta este período de la política española en que mis camaradas y yo hemos intervenido.
C) Que provean a sustiuirme urgentemente en la dirección de los asuntos profesionales que me están encomendados, con ayuda de Garcerán, Sarrión y Matilla, y a cobrar algunas minutas que se me deben.
D) Que con la mayor premura y eficacia posible hagan llegar a las personas y entidades agraviadas a que me refiero en la introducción de este testamento las solemnes rectificaciones que contiene.
Por todo lo cual les doy desde ahora las más cordiales gracias. Y en estos términos dejo ordenado mi testamento en Alicante el citado día dieciocho de noviembre de mil novecientos treinta y seis, a las cinco de la tarde, en otras tres hojas además de ésta, todas foliadas, fechadas y firmadas al margen.
 
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