GIJÓN
Condenan a siete años a un gijonés por violar a la mujer de su primo
La sentencia establece que no podrá acercarse a la víctima en los próximos nueve años y que deberá indemnizarla con 15.000 euros
R. LANERO/GIJÓN
EL SUCESO
En casa: los hechos sucedieron en casa de la víctima y su pareja, en junio de 2004.
Pruebas de cargo: el testimonio de la víctima y los informes médicos.
Prisión: la condena fija una pena de siete años de cárcel, nueve de alejamiento y una indemnización de 15.000 euros.
La sección octava de la Audiencia Provincial ha condenado a siete años de cárcel a un gijonés por violar a la mujer de su primo mientras este dormía. La sentencia, contra la que cabe recurso de apelación ante el Tribunal Supremo, establece además que el acusado no se podrá acercar a la víctima en los próximos nueve años y que deberá indemnizarla con 15.000 euros. El testimonio de la joven, que no incurrió en contradicciones durante el juicio, y los informes forenses presentados por el letrado gijonés José Antonio de Diego fueron decisivos para que los magistrados concluyesen que sí existió un delito de agresión sexual.
Los hechos se produjeron a mediados del mes de junio del año pasado. Según se recoge en la sentencia, el condenado fue invitado por su primo y su esposa a pasar la noche en la casa que ambos comparten en Gijón. El joven había mantenido una discusión con varios familiares, de ahí que no quisiese regresar a su domicilio. El marido de la víctima se acostó después de haber ingerido varias pastillas para dormir, pues según quedó acreditado durante la vista tenía un horario de trabajo rotativo que le provocaba ciertos trastornos a la hora de conciliar el sueño.
En el cuarto de estar quedaron la mujer y el primo de su pareja. Por la noche, el acusado le insinuó que quería mantener relaciones sexuales con ella. Sin embargo, la joven no accedió a sus pretensiones. Según declaró durante el juicio, el procesado se abalanzó sobre ella y, haciendo uso de la fuerza, logró reducirla. De nada sirvieron los gritos de la mujer ni sus reiterados intentos por escapar de las garras de su agresor. Ni su esposo, que dormía en la habitación contigua, ni sus vecinos pudieron auxiliarla.
Con normalidad
El condenado consumó la violación, aunque momentos después del acto sexual la chica pudo refugiarse en otra de las habitaciones de la casa y bloquear la puerta. Allí permaneció el resto de la noche, sin atreverse a realizar ningún movimiento. A la mañana siguiente, según señala la sentencia de la sección octava de la Audiencia Provincial, el agresor y su víctima actuaron con normalidad, como si nada hubiera ocurrido. La joven se encontraba «aterrorizada», como manifestó a la sala, así que no se atrevió a contarle a su marido lo ocurrido sólo unas horas antes.
La pareja acompañó al condenado hasta su lugar de trabajo. Fue después de despedirse de él cuando la víctima se sinceró con su marido. Éste trató de localizar a su primo para pedirle explicaciones, pero ya no le encontró. Tras denunciar los hechos en la comisaría de Policía de Gijón, el agresor fue detenido y puesto a disposición judicial. El juez de guardia dictó auto de prisión, al considerar que existían indicios racionales de delito.
La defensa solicitó la libre absolución de su patrocinado. Durante todo el juicio trató de demostrar que las relaciones sexuales fueron consentidas. El contundente relato de la víctima y los informes médicos echaron por tierra sus alegatos.
Edito para pedir perdón por el tochazo que hay que leer.
Condenan a siete años a un gijonés por violar a la mujer de su primo
La sentencia establece que no podrá acercarse a la víctima en los próximos nueve años y que deberá indemnizarla con 15.000 euros
R. LANERO/GIJÓN
EL SUCESO
En casa: los hechos sucedieron en casa de la víctima y su pareja, en junio de 2004.
Pruebas de cargo: el testimonio de la víctima y los informes médicos.
Prisión: la condena fija una pena de siete años de cárcel, nueve de alejamiento y una indemnización de 15.000 euros.
La sección octava de la Audiencia Provincial ha condenado a siete años de cárcel a un gijonés por violar a la mujer de su primo mientras este dormía. La sentencia, contra la que cabe recurso de apelación ante el Tribunal Supremo, establece además que el acusado no se podrá acercar a la víctima en los próximos nueve años y que deberá indemnizarla con 15.000 euros. El testimonio de la joven, que no incurrió en contradicciones durante el juicio, y los informes forenses presentados por el letrado gijonés José Antonio de Diego fueron decisivos para que los magistrados concluyesen que sí existió un delito de agresión sexual.
Los hechos se produjeron a mediados del mes de junio del año pasado. Según se recoge en la sentencia, el condenado fue invitado por su primo y su esposa a pasar la noche en la casa que ambos comparten en Gijón. El joven había mantenido una discusión con varios familiares, de ahí que no quisiese regresar a su domicilio. El marido de la víctima se acostó después de haber ingerido varias pastillas para dormir, pues según quedó acreditado durante la vista tenía un horario de trabajo rotativo que le provocaba ciertos trastornos a la hora de conciliar el sueño.
En el cuarto de estar quedaron la mujer y el primo de su pareja. Por la noche, el acusado le insinuó que quería mantener relaciones sexuales con ella. Sin embargo, la joven no accedió a sus pretensiones. Según declaró durante el juicio, el procesado se abalanzó sobre ella y, haciendo uso de la fuerza, logró reducirla. De nada sirvieron los gritos de la mujer ni sus reiterados intentos por escapar de las garras de su agresor. Ni su esposo, que dormía en la habitación contigua, ni sus vecinos pudieron auxiliarla.
Con normalidad
El condenado consumó la violación, aunque momentos después del acto sexual la chica pudo refugiarse en otra de las habitaciones de la casa y bloquear la puerta. Allí permaneció el resto de la noche, sin atreverse a realizar ningún movimiento. A la mañana siguiente, según señala la sentencia de la sección octava de la Audiencia Provincial, el agresor y su víctima actuaron con normalidad, como si nada hubiera ocurrido. La joven se encontraba «aterrorizada», como manifestó a la sala, así que no se atrevió a contarle a su marido lo ocurrido sólo unas horas antes.
La pareja acompañó al condenado hasta su lugar de trabajo. Fue después de despedirse de él cuando la víctima se sinceró con su marido. Éste trató de localizar a su primo para pedirle explicaciones, pero ya no le encontró. Tras denunciar los hechos en la comisaría de Policía de Gijón, el agresor fue detenido y puesto a disposición judicial. El juez de guardia dictó auto de prisión, al considerar que existían indicios racionales de delito.
La defensa solicitó la libre absolución de su patrocinado. Durante todo el juicio trató de demostrar que las relaciones sexuales fueron consentidas. El contundente relato de la víctima y los informes médicos echaron por tierra sus alegatos.
Edito para pedir perdón por el tochazo que hay que leer.