CLITORIANO II
Veterano
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Es curioso como la vida puede darte una de cal y otra de arena cuando menos te lo esperas, como el destino puede parecer que te lanza un beso cuando en realidad te esta escupiendo a la cara.
Hace menos de una semana estaba yo tranquilamente en mi oficina haciendo como que trabajaba, cuando apareció mi jefe al lado de una preciosidad de chica con los ojos claros y los globos mamatorios bastante hinchados.
Mi obvia reaccion fué mirar esas protuberancias a la vez que le preguntaba a mi jefe a que se debia tan grata visita. Su respuesta provocó en mi rostro una leve sonrisa, esa chica era nueva en mi departamento y debia enseñarla a manejarse lo mejor posible.
No podia ser que tuviera tanta suerte, ese bombon entero para mi, para moldearlo y hacer de ella toda una profesional, al menos necesitaria un mes para enseñarle todo lo que se sobre mi trabajo.
Obviamente la senté a mi vera, y aunque la chica era bastante calladita le saqué que tenia 23 añitos, que era su primer trabajo y que no tenia novio.
Nada me hacia presagiar el infierno que estaba a punto de padecer.
Al segundo dia de tenerla a mi lado, a la vez que ella comenzaba a cojerme confianza, comenzé a sentir un extraño olor que flotaba en el ambiente. Un olor desagradable, nauseabundo.
Pense que era yo, esa chica tan dulce no podia desprender semejante olor, pero tampoco era posible, estaba muy aseado y no habia vaciado el esfinter con gases desde antes de que entrara ella.
De pronto me habló a la cara para preguntarme una cosa y descubri abierto el pozo del infierno. Su boca apestaba a rata muerta!!!!
Di un salto de mi silla y gritando como un poseso delante de toda la oficina le pregunté si le habia dado un bocado a un muerto.
La chica se puso colorada para acto seguido levantarse e irse.
Mi jefe me llamó a su despacho una hora despues para decirme que ese hada del bosque con el aliento de un troll de las cavernas habia pedido la carta de libertad.
No siento remordimientos, estaba buena, pero no a cualquier precio
Hace menos de una semana estaba yo tranquilamente en mi oficina haciendo como que trabajaba, cuando apareció mi jefe al lado de una preciosidad de chica con los ojos claros y los globos mamatorios bastante hinchados.
Mi obvia reaccion fué mirar esas protuberancias a la vez que le preguntaba a mi jefe a que se debia tan grata visita. Su respuesta provocó en mi rostro una leve sonrisa, esa chica era nueva en mi departamento y debia enseñarla a manejarse lo mejor posible.
No podia ser que tuviera tanta suerte, ese bombon entero para mi, para moldearlo y hacer de ella toda una profesional, al menos necesitaria un mes para enseñarle todo lo que se sobre mi trabajo.
Obviamente la senté a mi vera, y aunque la chica era bastante calladita le saqué que tenia 23 añitos, que era su primer trabajo y que no tenia novio.
Nada me hacia presagiar el infierno que estaba a punto de padecer.
Al segundo dia de tenerla a mi lado, a la vez que ella comenzaba a cojerme confianza, comenzé a sentir un extraño olor que flotaba en el ambiente. Un olor desagradable, nauseabundo.
Pense que era yo, esa chica tan dulce no podia desprender semejante olor, pero tampoco era posible, estaba muy aseado y no habia vaciado el esfinter con gases desde antes de que entrara ella.
De pronto me habló a la cara para preguntarme una cosa y descubri abierto el pozo del infierno. Su boca apestaba a rata muerta!!!!
Di un salto de mi silla y gritando como un poseso delante de toda la oficina le pregunté si le habia dado un bocado a un muerto.
La chica se puso colorada para acto seguido levantarse e irse.
Mi jefe me llamó a su despacho una hora despues para decirme que ese hada del bosque con el aliento de un troll de las cavernas habia pedido la carta de libertad.
No siento remordimientos, estaba buena, pero no a cualquier precio