Tiro con arco.

  • Iniciador del tema Iniciador del tema liachu69
  • Fecha de inicio Fecha de inicio
Ahora quiero que te concentres y leas el párrafo en que te cito y mires la foto que va después atentamente. Haz el esfuerzo. Piensa en algo bonito, como en un puchero de albóndigas o algo así, porque ya sabemos que de comprensión lectora vas justito, y además, por si fuera poco, el párrafo lo has escrito tú. Tú, un balón de Nivea epiléptico del teclado que es la viva imagen del fracaso intestinal.


que es el entorchado?
la parte negra del medio de la cuerda.es mas gruesa para que la flecha encaje y no se suelte ni baile en la cuerda....puesto que los arcos tienen una naricita llamada apoyaflecha asi tu puedes situar la flecha y dejarla estable en el arco. las venden sin entorchar,pero para eso, tienes por 5 pavos entorchadores para añadir tu 10 centimetros de hilo por encima para entorchar(engordar)el hilo y poder usarlo en el arco(lo mas comodo es comprarlo entorchado)





Ahora que has fijado bien en tu memoria y en tu retina ese párrafo y la foto en caso de que tengas esa capacidad, voy a explicarte en detalle porqué eres un completo necio. Un cuñado de la peor estofa. De los que se permiten dar consejos sin saber contar sin ayuda de los dedos. Uno de esos que abren un hilo de mierda en plan pro, en plan hacedme preguntas, pero que al primer mensaje ya hay que decirles de qué coño van, y al segundo ya le saltan las costuras.

Un postinete al que primer el pringao que pasaba por la acera, yo, le moja la puta oreja a lefas.

Una nulidad con menos horas de vuelo en esto que un adoquín en Barcelona. Un cabeza pedrusco que han arrancado del suelo, le han quitado un poco el polvo en un club para discapacitados y lo han echado a volar libre y despreocupado por el aire creyéndose el puto amo de la barraca. Claro, que después del breve vuelo, has atravesado un escaparate que no deberías y te han pillado con la boca llena de mortadela atracando la charcutería, jabalí.

Esto es una cuerda nueva, recién sacada de la bolsa.






Como puedes ver ya viene con su forro y no hace falta que un cretino la entorche. Esa cuerda si esta vez aciertas a montarla bien a la primera, cosa que dudo mucho aunque te lo marque bien fácil en rojo, te va a dejar la puta muñeca como en la foto que te he ordenado mirar porque te va a dar de hostias ahí hasta el dia del juicio. Porque lo primero que tienes que hacer con ella es ajustar el fistmelle del arco dándole unas cuantas vueltas y dejarte de forritos de cuerda y de hostias y avisar al que no lo sabe de lo mucho que se va a divertir con la puta muñeca reventada.

Tener cierta previsión, saber plantear un tema, saber diferenciar lo necesario de lo accesorio, y sobre todo, tener el fondo necesario de conocimientos para desarrollarlo del que adoleces, al igual que del autocontrol con los torreznos.

Por este tipo de mierda sé que no tienes ni puta idea. Sé que hasta ahora te han dado este tipo de cositas hechas, y que te has comprado tu primer arco con la ilusión de un lechón en un campo de berzas, sin haber retenido ni asimilado todavía nada de lo que le habrán explicado con infinita paciencia al completo subnormal que eres.

Todos los putos idiotas con la mano trepanada y chorreando sangre de esta misma página, son imbéciles como tú. Los tontos Macarios del pueblo, carne de tuneos. Esos seres especiales a los que en el colegio les mandaban pintar las líneas del campo de futbol mientras los demás estaban hincando codos, por eso de tener el detalle con ellos de hacerles desarrollar unas mínimas capacidades para que el día de mañana pudiesen ganarse las filloas apretando tuercas o sexando pollos. Los mismos a los que cuando están creciditos mandan a entorchar cuerdas en un rincón de un club de tiro con unas tijeritas de punta roma para que no se corten.

Porque estas cosas les pasan a inconscientes como tú que piensan que saben, y no. Retrasados que se permiten llamar flipao al que les viene avisando de que la pueden liar. Por resentimiento, o por envidia, o por haberles pisado un hilo que no deberían haberse dado el lujo de abrir en primer lugar.

Payasos que no calibran sus actos, y a los que hay que seguir con un saco de arpillera recogiendo el reguero de bosta que se les escurre. Porque yo toda esta mierda que he ido contando, ya la sé, y si no he sentido la necesidad de contarlo en un hilo será por algo. La puta gracia que me hace tener que currarme un hilo porque una puta diva que va de prima donnuts ha dejado la cagadita, y ahora va haciendo el numerito de que me voy pero no, y demostrando que no tiene ni puta idea, ni cojones, ni palabra.

Bienvenido de nuevo.

Ahora sigue tú con el hilo si quieres, que me voy a partir la polla cada vez que tenga que corregir tus memeces, porque el orden natural de las cosas siempre ha sido, es y será, que los hijos de puta como yo nos choteemos de los subnormales como tú, y no al revés.

Ahora te puedes ir a tomar por culo a comer acelgas hasta que te vuelvas a ver la polla, y como aquí nos hemos vuelto una panda de maricones lloricas desde el primero hasta el último, pasando por la moderación que te baila el agua y te hace mimitos cuando lloras, yo no voy a ser menos. Así que, o te meten un ban de este hilo de seis meses o yo paso de desarrollarlo.

Igual con un poco de suerte cuando vuelvas, tienes una ligera idea del tema.
 
Última edición:
@Timmy lo del arco sin papeleos

Entiendo que no te quieres federar y que quieres guisártelo por tu cuenta porque dispones de un lugar propio para tirar o por lo que fuera o fuese.

O mucho ha cambiado la cosa desde que me compre el último hace seis o siete años, o no te van a pedir nada en la tienda a la hora de comprarte uno. Si acaso, te darán con él en la tienda una tarjetita de transporte y tenencia para que si te paran los topboxes no te lo requisen, e igual hasta se la tienes que pedir tú a ellos, para que puedas tenerlo y transportarlo. No me acuerdo bien si la tarjeta tiene caducidad, pero me suena que sí. Con esa tarjeta puedes poseer el arco y transportarlo, pero no puedes en teoría usarlo.

Ten en cuenta que no van guiados, y con eso, creo que ya entiendes lo que te estoy diciendo.
 
Oye @Timmy , se tira también con ballesta o no es considerado deporte y es más complicado encontrar lugares done practicar? A mi me flipaban de pequeño por influencia de la serie que echaban en la Etb de Guillermo Tell, Crossbow.
 
Última edición:
Ahora la pregunta seria, donde podemos @Pionono y yo comprarnos el arco por excelencia, el de Rambo.
Me vendría bien para añadirlo a mi colección en la que ya tengo la espada de Conan y la de Connor McCleod.

IMG_20221015_155918510_processed.jpg


IMG_20221015_155934305_processed.jpg
 
Oye @Timmy , se tira también con ballesta o no es considerado deporte y es más complicado encontrar lugares done practicar? A mi me flipaban de pequeño por influencia de la serie que echaban en la Etb de Guillermo Tell, Crossbow.

Entran en la misma categoría que las escopetas, hasta donde yo sé no se considera un deporte, y necesitas la misma licencia de armas correspondiente. No tengo ni puta idea de si te dejaran entrar con ese hierro en una galería de tiro ( de las de pegar tiros), pero en un club de tiro con arco me da que no. Si que flipaba la musiquilla de la intro de la serie.

Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.


Ahora la pregunta seria, donde podemos @Pionono y yo comprarnos el arco por excelencia, el de Rambo.

Rambo II; Hoyt Spectra.

Rambo III; Hoyt ProVantage.

Rambo IV; Martin Cougar cuando anda masacrando amarillos, y el de pescar, no lo sé.

Rambo V; Bear Rambo limited edition. Un poleas y un recurvo.

PicClick ES • Buscar eBay Más Rápido es tu hamijo, zangano.

Estaba escribiendo un tocho relato para @serdo, no sé que he hecho, que se me ha ido entero a la mierda y me he empezado a cagar en lo que viene siendo la boca de la virgen puta. Luego, si tengo ganas lo trato de escribir otra vez. Tengo pendiente también un post sobre cuerdas y flechas, y otro sobre accesorios. Después ya veré sí sigo con esto.
 
Última edición:
Un borono con un palo grueso y largo.

Sudadera negra de capucha, los pantalones azules de trabajo y las botas sobadas con la cantidad de mugre y barro necesarias para que pienses que está en modo trabajo si te lo cruzas por el camino forestal por el que camina rápido al atardecer. La cara de mala hostia perenne que suelen llevar los aldeanos desconfiados, como si le debieses pasta o una explicación por existir, que te sugiere que es uno de esos tipejos cerriles a los que es mejor no tocar mucho los cojones.

Si te hubieses dado la vuelta y te hubieses fijado bien en él después de pasar a su altura, tal vez podrías haber notado unos inocentes tubitos negros que sobresalen de la mochila que le cuelga indolente del brazo izquierdo. Pero no lo has hecho, y dentro de ella lleva cincuenta libras plegables de muerte que a duras penas le caben dentro de largo, además de otro montón de cosas. Un hacha corta, un cuarto de litro de gasoil en un botellín de agua, un buen rollo de cordino de ocho milímetros, un guante raro de tres dedos y unos hambrientos hierros afilados.

Todavía le queda sitio para un bocata de ventresca con cebolla y mahonesa, una manzana y un par de birras. Porque si el que tiene hambre es él, esta noche se le puede hacer muy larga.

Ira a las ovejas o algo.

Da igual, lo vas a perder de vista en cuanto salga del camino por una rácana escorrentía de cayuela azul que sube para el monte después de echarse el último pitillo sentado en una piedra y dejar el paquete escondido debajo para evitar más adelante la tentación de fumar. No lo vas a oír cuando más arriba se desvíe del riachuelo por un sendero lateral que solo un ojo un poco bastante entrenado se daría cuenta que no lo ha hecho un animal de dos patas. Ni te vas a imaginar que esas horas puede haber un anormal dando tumbos por ahí arriba, abriéndose camino entre la maraña de maleza y espinos gracias al palo.

El sendero lo va a llevar a un barrizal en un claro. Algo le podría hacer el favor de decirle a tus piernas, si supieses mirar, que salgas de ahí cagando hostias si vieses que alguno de los árboles cercanos tienen la corteza pintada de barro. Algo le podría decir a los pelos de tu nuca, en ese sentimiento atávico que de vez en cuando los eriza, que el barro en alguno de ellos no está del todo seco y que llega a demasiada altura. A una altura que acojona.

Si no estuvieses ciego, la situación podría decirte algo. Algo como que te acabas de meter en el yacusi particular de unas malas bestias.

Al borono le da igual porque es eso lo ha ido a buscar. Se lo toma con calma, rodea con paciencia los veinte o veinticinco metros de diámetro del claro buscando las entradas. Una ya la tiene clara porque ha entrado por ella. Encuentra otra más en la panza que hace el terreno con los nudos de alambre de espino de un vallado forestal viejo y oxidado en los que se han quedado trabados unos pelos cortos y duros.

Elige el apostadero con cuidado detrás de una mota que le cubre bastante de la vista y el viento, y desde la que tiene cubiertas las dos entradas y el barrizal. Hora de abrir la mochila y sacar el arsenal. Lo primero, el gasoil. Con el dedo pulgar tapa la boca del botellín en una suerte de hisopo de hidrocarburo, y con cuidado de no sobrarse demasiado va rociando con esa mierda el barro en los lugares en los que le interesa que se revuelquen en él los bichos que ha ido a buscar, y donde tiene una línea clara de tiro desde el apostadero.

Daría un poco lo mismo, porque hace una semana que está durmiendo solo y pasa de ducharse, pero con un gesto cómico y ciertamente afeminado se unge con el sobrante que le queda en el dedo gordo en las muñecas y debajo de las orejas con Eau de @Blood thirsty para tapar su olor a macho, como si quisiese que una maricona le preguntase tarifas en el baño. Un ademán afectadísimo de perder taladrina por el ojete de la melena al viento que no tiene, le hace decir en alto Lulú sé mua, y comienza a descojonarse el solito con perra malicia mientras vuelve al apostadero.

Un par de pasadores van a fijar rápidamente a un extremo del palo el primero de los hierros hambrientos, la cabeza de la lanza de remate. Los otros hierros afilados más pequeñitos que faltan van a ir a rosca con ayuda de un volvedor de plástico de color chillón en los extremos de los tres inocentes tubitos negros hasta hacer firmemente tope para no dejarse los dedos en el intento. Después monta unos culatines con otro volvedor plasticoso en ellos. Los mira, se da cuenta de que realmente le sobra uno de los tubitos, si acaso dos, y aunque los ha comprobado en casa antes de salir, un mecanismo interiorizado le hace flexionarlos suavemente otra vez para estar seguro de que están en condiciones óptimas.

No quiere ninguna sorpresa con sus flechas.

Tampoco quiere que si un bicho aparece con una en lomo, sea una de las personalizadas que encarga en una de las pocas tiendas que hay de esto en el ramo y que la picoletada solo tenga que preguntar de quién coño es. Por eso son unas power flight baratunas de las que todo cristo usa.

Dos clicks de las palas al ajustar en el cuerpo montan un arco, y trabar la pala inferior entre las piernas haciendo palanca y apretando con el brazo derecho montan la cuerda en él poniendo con la mano izquierda la gaza grande en su posición. Estira la cuerda unos pocos centímetros y la deja ir. En vez del usual y vibrante "tong" escucha un "tud" porque los silenciadores de cuerda están haciendo su trabajo, aun así se puede dar cuenta de que de momento no hay nada raro con el arco.

A partir de ese momento, cuando se está escondiendo el sol y sale una luna casi llena de odio, un borono anónimo se convierte en mí, en un arquero.

Me pongo la dactilera y termino de calentar el arco, abriéndolo hasta la mejilla y cerrandolo controladamente unas cuantas veces, atento a cualquier sonido raro que salga de las palas o a cualquier mierda de crujido que me pueda joder el día y la anatomía.

Todo va bien y empiezo a ordenar la cacharrería para tener las cosas a mano en el sitio en el que voy a sentarme o tumbarme picha abajo mientras espero. Las flechas a mano derecha con las puntas hacia delante para agarrarlas del culatín y no tener que andar dándoles la vuelta cuando cargue, luego la lanza también con la punta hacia delante y el hacha por si acaso. Compruebo de pie desde esa posición, desde donde quiero tirar, que no haya ninguna rama ni ninguna hostia que se me trabe con el arco y me pueda echar a perder el tiro. Ok, esta vez no voy a tener que cortar nada.

Esperar. Esperar y esperar.

Hasta el último mierda de pueblerino puede tener cierto estilo y por eso decido meterme un pedazo de titanio automático al bolsillo, porque no hay cosa más encabronante que tener un peluco a mano mientras esperas, y en ese aspecto yo ya voy fino. Lo llevas mejor cuando tienes algo que hacer. Por eso no me he entretenido antes en casa haciendo un arnés con el cordino con el que pueda arrastrar si hay suerte a un bicho. Por eso y porque se puede hacer en completo silencio.

Menos de cinco minutos de atar nudos no dan mucho de sí, pero te empiezan a poner en el estado mental adecuado. Ese en el que empiezas a notar los ruidos que te rodean y fundirte con el entorno por primera vez desde que has salido de casa. A notar el viento en las hojas, leves sonidos lejanos, una carretera a tomar por culo de lejos y cosas así. Ese estado en el que nada te libra de ti mismo y de darle vueltas a la puta pelota.

¿Por qué cojones vuelvo a hacer esta mierda? ¿Qué puta necesidad de bailar con la posibilidad de que me encuentren dentro de un par de meses ahí tirado con las putas tripas al aire?

Soy una puta rata de ciudad y una puta alimaña de campo. Lo más asqueroso de ambos mundos. Un elemento execrable, sin socializar y sin putas ganas de hacerlo, lo mires desde cualquiera de los dos puntos de vista que lo mires. He vuelto a tener una pelotera gorda con una que yo sé y vuelvo a estar hecho mierda, vacío por dentro y lleno de furia. Normalmente, un sábado que se funde hasta bien entrado el domingo de alcohol, de sobrarme a anfetas y de colegeo con crápulas marginales suele calmar al dragón con una resaca de tres pares de cojones y de tres días en la que se me suele pasar por la cabeza cada vez más a menudo quitarme de una puta vez de en medio.

Pero hay veces que hacerme daño a mismo simplemente no funciona. Hay veces que necesito que algo sangre por mí.

No sé hasta que punto avanzamos como sociedad porque hace cincuenta años se hubiese resuelto el asunto con un par de sanos guantazos bien colocados y la furia supongo que en parte se hubiese evaporado, y aquí paz y después gloria. Lo que tengo claro es que como individuos seguimos siendo igual de mierdas y que cada vez hay menos vías de escape. Cierto que hay otras cositas, pero la sangre virtual del intérnete para alguien que conoce el sabor de la de verdad dudo que nunca funcione una puta mierda.

Dudo que el ser humano alguna vez logre despedirse de la necesidad del sabor de la sangre ajena sin dejar de serlo.

Y con esto ando en la cabeza otra vez más a vueltas, rumiando el sabor a bilis de mi mezquindad con la boca seca, sintiéndome miserable y maldiciéndome por haber traído solo latas de cerveza que van a hacer un ruido del copón en cuanto las abra.

Algunos os dirán que cazan por deporte, por realización personal, o por comida y tradición, o porque les gustan y respetan a los animales y la naturaleza y quieren encontrarse con un yo más integrado en ella, más genuino. Igual hasta dicen la verdad. Yo lo hago porque hay veces que no me soporto a mi mismo y se me da bien. Necesito jugar y ganar. Necesito cargarme algo bonito que respire de vez en cuando.

Aun así mantengo cierto código y procuro que no haya sufrimiento innecesario, ni matar cosas que no me como o que no me tocan los cojones.

Van pasando los minutos y las horas. Tengo frío, estoy entumecido, empiezo a estar hasta la polla y tengo el brazo izquierdo casi completamente depilado porque me he dedicado a pasar el último rato afeitándomelo con la punta de una flecha que al final he desenroscado a mano. He pasado de traer una brazadera y ponérmela porque no quería añadir a esto la tortura de un cacho de cuero gordo que me oprima el antebrazo tanto tiempo. Cuando tenga que disparar, si es que lo hago, ya me bajaré la manga del jersey.

Estoy a punto de empezar con el otro brazo y hace tiempo que ni asomo la cabeza para mirar un poco por encima de la mota porque sé que si entra algo me lo va a cantar el oído.

Y entonces el asunto se tuerce porque noto movimiento cerca de mí a la izquierda, muy cerca, y me sube un escalofrío por la puta columna y me quedo acojonantemente paralizado sin saber qué hacer. Si alargar la mano a la lanza o al hacha mientras trato de no respirar. Maleza que se mueve, respiración muy leve y algo que noto que avanza. Han entrado por el rabillo de mi ojo dos jabalíes a cuatro metros a mi izquierda por donde muere la mota en un montón de estaquiñarras desde otra entrada que este puto subnormal no ha sabido ver.

Agacho la puta cabeza después de que pasen, respiro y me empiezo a centrar poco a poco después del susto mientras los oigo delante de mi un poco más sueltos.

Me asomo un poco, cautela, una puta bestia parda de ochenta o noventa kilos con rayas de plata en el lomo que se notan a la luz de la luna y un mediano de unos cincuenta.

Flexiono los dedos de las manos para que me vuelva un poco el riego a ellos y se me baje la sangre de las palpitantes venas de la sien y empiezo a pensar sin quitarles ojo. Voy a ir a por el pequeño, no quiero comerme a la otra puta basura que tiene que estar tiesa. A partir de esa decisión, en cuanto agarro con el máximo cuidado de no hacer ningún mínimo ruido el arco que he dejado delante de mí en posición con una flecha en la cuerda, la secuencia va a ser automática.

De cuclillas, una mano en el arco y tres dedos en la cuerda. Espero a que el mediano esté en buena posición, de lado, para levantarme y hacer lo mío. El tocho está más por delante, a la izquierda, quitándose las pulgas del lomo rebozándose en gasoil y el mío anda un poco tímido casi por completo al frente, un poco más cerca, once o doce metros y un pelín a la derecha. He tenido suerte. Al final me enseña el costado con la cabeza mirando hacia la derecha y un poco por delante del culo, y me levanto abriendo el arco desde abajo como yo lo hago, con la vista fija en lo que pretendo alcanzar.

Por un momento de duda, de estos que te suelen joder el tiro, estoy tentado en colocársela justo detrás de la oreja y dejarlo tieso sin más. No sé por qué, pero luego pensando, si hubiese estado mirando hacia la izquierda igual hubiese tenido el poco sentido común de habérmela jugado así.

Afortunadamente, corrijo según voy llegando a mi punto de anclaje con la vista ya fija donde sé que tiene el corazón, detrás de la pata un poco abajo. No hace falta apuntar, esto sale solo. Es difícil explicarlo, pero de alguna manera ya sabes donde va ir la flecha. Suelto la cuerda y a la flecha a esa distancia apenas le da tiempo a "silbar" como suelen hacerlo cuando cortan el aire con las puntas de caza.

Según he soltado la cuerda, no necesito más explicaciones, tiro el arco al suelo porque que sé que se la he metido hasta las plumas en su sitio y me tiro a agarrar la lanza por si hay gresca, con la punta abajo y para delante protegiéndome al grito de mE CAGO GORDO eN tV PVTA ViDA111 a pleno pulmón. Salen los dos como tiros hacia el hueco de la valla, tropezándose entre ellos. El mío da una voltereta y el otro pasa por debajo de la valla primero dejándose medio lomo y medio sueldo en gasoil ahí.

El mío se traba en ella y ya no esta para muchas hostias, recula un poco, empieza a bufar un poco y al poco va al suelo. Espero un poco porque no me fio. Me acerco, lento, con la vista cubriendo al verraco y a la puta valla por si al otro cabronazo le da por volver.

Sorprende la cantidad de blasfemias que puedes gritar cuando te desgañitas a pleno pulmón clavándole como un puto poseso hasta la guarda media docena, una docena de veces, yo que sé, la lanza en el pecho a un montón caliente de mortadela completamente ido de la puta pelota, desaforado a mil, completamente fuera de mí, hasta los cojones de todos y de todo empezando por mi mismo y siguiendo por un puto cerdo muerto.

Necesitaba este vergonzoso montón de mierda y sangre.

Me sudan las sienes, y de momento me la pela ser así.

Cuando consigo que no se me salga la patata por la boca, me calmo un poco y me pongo a currar. Hay que recoger todo a la mochila, excepto la lanza que la tengo bien a mano todo el rato. Me abro una birra, me la clavo de trago y le pego una patada a la lata que se va a hacer hostias volando. Ato los extremos de la cuerda del arnés a las patas de atrás del bicho para que no se le vaya trabando la cabeza cuando lo arrastre, todavía con recelo de que vuelva el silverback gorilla a montarme el cirio.

Me pongo la mochila, esta vez en los dos hombros, y aprovecho el acolchado que tienen las hombreras para poner las cuerdas del arnés casero por encima y que no se me claven demasiado cuando tire como una puta mula de él.

Menos mal que es cuesta abajo, joder. Aun así tardo un rato largo y duro de cojones que se me hace más largo que un día sin cerveza, resoplando y tirando de un trineo macabro y sanguinolento de puta carroña de cerdo pensando solo en llegar al paquete de malrboros. Suelto el lastre y aparco al cerdo un poco más arriba.

Menos mal que siguen estando debajo de la piedra.

Me clavo uno, dos y tres del tirón ahí sentado. La bajona de adrenalina y empezar a sentirme una basura de nuevo hacen el resto. Estoy cadavérico por dentro, hecho anímicamente puré de heces y culpa, y completamente giradisímo. Me guardo las colillas en el bolsillo y los goterones de lágrimas y el tembleque de las manos me dicen a gritos a la puta oreja que la mecha que me queda para terminar de reventar cada es más corta, y tengo miedo joder. Tengo miedo.

Me pongo a cortar unas ramas de lawsoniana por hacer algo y no pensar para tapar al bicho, aunque sé que a esas horas, las tres de la mañana, no va a pasar por ahí ni dios y que voy a bajar a casa, dejar ahí toda la industria y volver a subir con mis dos toneladas de odio negro metalizado del tirón.

Le mando un mensaje a un colega cazador del pueblo que me suele hacer el favor de llevarle un trozo de papada al veterinario, y que pensábamos que iba va de legal hasta que le pillaron los cipayos con el rifle y un jabalí una noche en el maletero, que dice así;

-Tu novia cuando quieras le puede comer los huevos a un @serdo.

Es una coña que tenemos entre nosotros porque a la pava le gustan las criadillas y ha habido suerte de que es macho. Luego me acuerdo de que tengo algo pendiente. Le rebano las pelotas al verraco con la navaja para llevármelas a casa.

No porque crea el cuento de que dan mal sabor a la carne, es porque todavía necesito jugar un poco más para subirme el ánimo al gato y al ratón muerto, dándole toquecitos curiosos con la pata para ver si vuelve a la vida o algo, y diciéndole con un punto de horjuyo a unos cojones de cerdo que apenas me caben en la mano, hey tú, los míos todavía siguen en su sitio, subnormal.

Luego me sigo dando asco, mucho asco. Estoy jodido, y no tengo ni puta idea de como pedir ayuda.
 
Última edición:
Abre hilo soltando toda la mierda que tengas, por lo menos te desahogarás.
 
Atrás
Arriba Pie