Algunos os creéis el discurso de Torbe: "va, si los tíos queremos ver a la chica típica y normal que puede ser nuestra vecina, no a esas rubias despampanantes". O sea, a esas californianas hiper buenas que tú comentas. Pues no, coño, no. Lo que ocurre es que estas últimas jamás trabajarían para Torbe. Una Lucía Lapiedra, por ejemplo, que estaba más buena que todas las cosas y que tenía un gran talento porque era una pedazo guarra, jamás trabajaría con Torbe ni con los frikis retrasados pajilleros esos. Esa tía es para un Nacho Vidal de la vida. No es que tú, Torbe, hayas escogido las sobras porque esas sobras son más buenas que el entrecot recién cortado al roquefort, es que tú no puedes permitirte ese entrecot y solamente puedes optar por las sobras esas del contenedor. No quieras vendernos y confundir ambos conceptos. Ozito no tiene gracia. La tuvo al principio, muy al principio, aunque no era una gracia meritoria. Básicamente lo veías, lo oias y te costaba creer que alguien fuera así, y precisamente esa era la gracia. Pero ya está, es o podría ser una anécdota, una anécdota de cinco minutos, un postre rápido. Ozito no da para tanto, no puedes pretender vivir de algo tan pobre semana tras semana y vídeo tras vídeo. Por último creo que ya te respondí que dudo que se puedan llamar "tías buenas" a lo que maneja Torbe. Muchas mediocres, algún callo y de vez en cuando alguna que está buena.