Cimmerio
La Diva Caprichosa
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- 11 Nov 2009
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La vida es cuestión de actitud.
Ayer lo veía todo más negro que el escondrijo corpóreo para la droga de un camello senegalés. Estaba en plan Herbman tristón. No future. No hope.
Pues bien, hoy para variar me levanté sin dar un duro por mi existencia a corto plazo. Mis dolores de espalda significan que se me cierran las puertas al mercado laboral y, por lo tanto, a tener un proyecto de vida digno a medio plazo.
El caso es que hoy fui a la piscina con la intención de aliviar dichos dolores a pesar del desapacible día de aguanieve.
La piscina siempre me lo dió todo sin pedir nada a cambio. Hoy me ha quitado el dolor, me ha borrado el nubarrón de culpabilidad y temor, y me ha predispuesto con ánimo favorable para salir a despejarme del floroc, de Necflics y de los Nazgûl del sistema, esos que vía TDT amplifican el mensaje de sus amos: el gran capital y sus lacayos con acta de diputado.
Uber ésto, Neymar lo otro.
El caso es que salí, como cada sábado por la tarde, con ánimo perdedor por las calles que nunca salen en las postales. Enfilé el camino del salón de juegos, donde rumanos y subsaharianos ahogan las penas en cerveza unos, y apuestas los otros.
Where the magic happenz. Norteño sabe.
La foto. Pantalla de 55 retransmitiendo el enésimo partido del siglo, mientras la parroquia atiende absorta al circo de los fulanos millonarios de corte de pelo estridente; camarera mileurista joven y bella pasando las horas entre piropos de pladur y chascarrillos de jubiletas con más ímpetu que consciencia.
Aúpa Athletic!
Al fondo, moqueta, humo y slot machines made in Merkeland. Alguna mujer ajada encadenando cigarrillos y hablando sola. Chinos en la ruleta y demás endemismos de barrio.
Entonado por las cervezas a precio hamijo (pa ludópatas, se entiende), procedo a perder los 15 florines que me puse como límite perder. El caso es que tras dos horas de cibermaquia, he salido victorioso con creces.
No sólo llegaré a fin de mes, sino que me he enchispao, he hecho la compra, me he oxigenao, y aún me quedan 50 yurops para hacer un exhaustivo casting cuando termine de jiñar y publicar este post.
Cagar, casting, ducha y a echar el primer cobete del año, que ya va siendo hora. Vive Dios que hace unos días lo intenté a la antigua usanza: pagando fantas, siendo atento y aguantando las chaladuras de la que me instó a quedar... Pero no funcionó. Creo que le echó para atrás mi inestabilidad económica. Como si sus 44 primaveras, hija de 18 y trabajo a media jornada fueran buena carta de presentación.
M.F.H.
Voy a limpiarme el ojal, y a tomar, si los hados no lo evitan, el sendero del prepago, al que cada vez tengo en mayor estima.
Sorry for the brick.
Ayer lo veía todo más negro que el escondrijo corpóreo para la droga de un camello senegalés. Estaba en plan Herbman tristón. No future. No hope.
Pues bien, hoy para variar me levanté sin dar un duro por mi existencia a corto plazo. Mis dolores de espalda significan que se me cierran las puertas al mercado laboral y, por lo tanto, a tener un proyecto de vida digno a medio plazo.
El caso es que hoy fui a la piscina con la intención de aliviar dichos dolores a pesar del desapacible día de aguanieve.
La piscina siempre me lo dió todo sin pedir nada a cambio. Hoy me ha quitado el dolor, me ha borrado el nubarrón de culpabilidad y temor, y me ha predispuesto con ánimo favorable para salir a despejarme del floroc, de Necflics y de los Nazgûl del sistema, esos que vía TDT amplifican el mensaje de sus amos: el gran capital y sus lacayos con acta de diputado.
Uber ésto, Neymar lo otro.
El caso es que salí, como cada sábado por la tarde, con ánimo perdedor por las calles que nunca salen en las postales. Enfilé el camino del salón de juegos, donde rumanos y subsaharianos ahogan las penas en cerveza unos, y apuestas los otros.
Where the magic happenz. Norteño sabe.
La foto. Pantalla de 55 retransmitiendo el enésimo partido del siglo, mientras la parroquia atiende absorta al circo de los fulanos millonarios de corte de pelo estridente; camarera mileurista joven y bella pasando las horas entre piropos de pladur y chascarrillos de jubiletas con más ímpetu que consciencia.
Aúpa Athletic!
Al fondo, moqueta, humo y slot machines made in Merkeland. Alguna mujer ajada encadenando cigarrillos y hablando sola. Chinos en la ruleta y demás endemismos de barrio.
Entonado por las cervezas a precio hamijo (pa ludópatas, se entiende), procedo a perder los 15 florines que me puse como límite perder. El caso es que tras dos horas de cibermaquia, he salido victorioso con creces.
No sólo llegaré a fin de mes, sino que me he enchispao, he hecho la compra, me he oxigenao, y aún me quedan 50 yurops para hacer un exhaustivo casting cuando termine de jiñar y publicar este post.
Cagar, casting, ducha y a echar el primer cobete del año, que ya va siendo hora. Vive Dios que hace unos días lo intenté a la antigua usanza: pagando fantas, siendo atento y aguantando las chaladuras de la que me instó a quedar... Pero no funcionó. Creo que le echó para atrás mi inestabilidad económica. Como si sus 44 primaveras, hija de 18 y trabajo a media jornada fueran buena carta de presentación.
M.F.H.
Voy a limpiarme el ojal, y a tomar, si los hados no lo evitan, el sendero del prepago, al que cada vez tengo en mayor estima.
Sorry for the brick.
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