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Bueno, querría plantear una duda estratégica:
El caso es que, ligues aparte, y al margen de los polvos de estos últimos meses con la ucraniana, o con algunas alemanas, hay una nena rusa que me gusta mucho. La conozco desde hace 1 año. Nos llevamos muy bien, y creo que también le gusto. PERO, TIENE NOVIO. Vive con un alemán 14 años mayor que ella ( él 42, ella 28 ), el tío que la ha apoyado al llegar a esta ciudad, en el que se ha amparado todo este tiempo (unos 5 años). No puedo juzgar si al principio hubo amor, pero ahora está clarísimo que la tía ve que ese tío no será el papi de sus nenes. Es posible que confunda cariño con amor y todas esas cosas (comprensible tratándose de una chica huérfana). Pero me da que tiene miedo a quedarse colgada, a dejar la comodidad de esa vida sin tener nada claro en perspectiva (vamos, yo creo que en un año, cuando ella gane más pelas, deja al tío fijo, pero no es cosa de esperar tanto) El caso es que, claro, YO ME QUIERO QUEDAR A LA NENA, ECHARLE UNOS POLVOS DE PRUEBA Y, SI FUNCIONA, meterla en mi casa a vivir. Ella ahora está de viaje, pero vuelve en unas semanas. Querría saber un poco cómo operar. Yo siempre he estado próximo a ella, nos hemos metido algunos achuchones, que no han llegado a más por culpa de su mala conciencia, pero, al mismo tiempo, le he dejado claro que no quiero ser su amigo. O sea, he tratado de compatibilizar una cierta disponibilidad con un mensaje antipagafantas. Y creo que, aunque sea yo quien toma la iniciativa para quedar y demás, ha de ser ella quien dé el paso en su vida (no sé, entrar como un elefante en una cacharrería en plan "nena, tú te vienes conmigo ahora mismo porque yo lo digo" no sé si es plan.....). El caso es que querría lanzar una ofensiva total cuando vuelva, para aclarar todo (mal que me pese, si la cosa no sale, mejor dejar de verla, porque ya no estoy yo para perder el tiempo), y me gustaría recabar opiniones sobre la mejor estrategia o táctica. Insisto, no se trata sólo de echar unos polvos con ella (aunque eso también, claro), sino de tratar de ver si puede ser, como apunta, una mujer con la que compartir un trecho futuro de mi vida.
El caso es que, ligues aparte, y al margen de los polvos de estos últimos meses con la ucraniana, o con algunas alemanas, hay una nena rusa que me gusta mucho. La conozco desde hace 1 año. Nos llevamos muy bien, y creo que también le gusto. PERO, TIENE NOVIO. Vive con un alemán 14 años mayor que ella ( él 42, ella 28 ), el tío que la ha apoyado al llegar a esta ciudad, en el que se ha amparado todo este tiempo (unos 5 años). No puedo juzgar si al principio hubo amor, pero ahora está clarísimo que la tía ve que ese tío no será el papi de sus nenes. Es posible que confunda cariño con amor y todas esas cosas (comprensible tratándose de una chica huérfana). Pero me da que tiene miedo a quedarse colgada, a dejar la comodidad de esa vida sin tener nada claro en perspectiva (vamos, yo creo que en un año, cuando ella gane más pelas, deja al tío fijo, pero no es cosa de esperar tanto) El caso es que, claro, YO ME QUIERO QUEDAR A LA NENA, ECHARLE UNOS POLVOS DE PRUEBA Y, SI FUNCIONA, meterla en mi casa a vivir. Ella ahora está de viaje, pero vuelve en unas semanas. Querría saber un poco cómo operar. Yo siempre he estado próximo a ella, nos hemos metido algunos achuchones, que no han llegado a más por culpa de su mala conciencia, pero, al mismo tiempo, le he dejado claro que no quiero ser su amigo. O sea, he tratado de compatibilizar una cierta disponibilidad con un mensaje antipagafantas. Y creo que, aunque sea yo quien toma la iniciativa para quedar y demás, ha de ser ella quien dé el paso en su vida (no sé, entrar como un elefante en una cacharrería en plan "nena, tú te vienes conmigo ahora mismo porque yo lo digo" no sé si es plan.....). El caso es que querría lanzar una ofensiva total cuando vuelva, para aclarar todo (mal que me pese, si la cosa no sale, mejor dejar de verla, porque ya no estoy yo para perder el tiempo), y me gustaría recabar opiniones sobre la mejor estrategia o táctica. Insisto, no se trata sólo de echar unos polvos con ella (aunque eso también, claro), sino de tratar de ver si puede ser, como apunta, una mujer con la que compartir un trecho futuro de mi vida.