Victor I
Freak
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Seamos sinceros y racionales, la evolución natural de los pueblos exige llegar hasta la etapa final, nadie puede conformarse con un "casi". Cataluña y el País Vasco son dos naciones que tienen derecho a emanciparse y definirse de forma independiente. No se puede ir en contra el legítimo sentimiento nacional de un pueblo, no es ni justo ni realista ni práctico. Incluso entre los sectores más moderados del catalanismo y el vasquismo, el sentimiento que les define es la necesidad de una patria con un sillón propio en la Asamblea de las Naciones Unidas. España no puede darles lo que necesitan, no sin dejar de ser España y convertirse en una pluraridad indeterminada y bastarda, una amalgama sin sentido ni esencia. España necesita perder para ganar y reencontrarse. Ya se escindió Portugal en 1640 y la rueda la Historia ha seguido girando. No va a ocurrir nada dramático, no habrá tanques en las calles de Barcelona o de Bilbao. Será triste pero a veces es necesario hacer estos sacrificios. Les echaremos del menos y siempre tendrán un lugar en nuestros corazones y existirá un pasado común que nos hermane.
Cataluña, País Vasco y España sueltan lastre y todos salimos ganando. Se reduce el riesgo de balcanización y cada uno puede ser lo que realmente es, tres naciones con vínculos históricos pero que deben caminar por separado. Durante décadas la vida política de este país ha estado envenenada por las tensiones centrífugas, los pactos, las concesiones, las amenazas y la continua matraca que desde la periferia han venido soltando los partidos nacionalistas. Sus aportaciones al desarrollo cultural y económico del país son evidentes y deben ser reconocidas, pero también la monopolización de la vida política y el pernicioso ejemplo que hoy sufrimos todos: ellos por no poder ser lo que les gustaría y nosotros por habernos convertido en un reino de taifas que no ha resuelto nada.
Desde el cariño y el reconocimiento a estos dos pueblos hermanos, que tanto han hecho por engrandecer la gloria de España, es el momento de separar nuestros caminos como patria común y establecer otras relaciones como estados miembros de la UE. En mi concepto de España, y creo en el concepto que tienen la mayoría de mis compatriotas, no hay lugar para una Cataluña y un País Vasco como el que nos espera en el futuro, cuando los nuevos estatutos establezcan simples vínculos simbólicos. No sería más que una ridícula tirita que no va a detener la hemorragia que nos ha llevado hasta esta situación de anemia. Mejor dar un paso decisivo y definitivo, asumirlo de manera natural y enriquecedora y ganar en estabilidad.
Ex-compatriotas vascos y catalanes: Gracies, Eskerri kasko. Os sentiré siempre cercanos, seguiré admirando vuestra cultura y vuestra historia y os deseo lo mejor. Nos espera un futuro mejor.
Cataluña, País Vasco y España sueltan lastre y todos salimos ganando. Se reduce el riesgo de balcanización y cada uno puede ser lo que realmente es, tres naciones con vínculos históricos pero que deben caminar por separado. Durante décadas la vida política de este país ha estado envenenada por las tensiones centrífugas, los pactos, las concesiones, las amenazas y la continua matraca que desde la periferia han venido soltando los partidos nacionalistas. Sus aportaciones al desarrollo cultural y económico del país son evidentes y deben ser reconocidas, pero también la monopolización de la vida política y el pernicioso ejemplo que hoy sufrimos todos: ellos por no poder ser lo que les gustaría y nosotros por habernos convertido en un reino de taifas que no ha resuelto nada.
Desde el cariño y el reconocimiento a estos dos pueblos hermanos, que tanto han hecho por engrandecer la gloria de España, es el momento de separar nuestros caminos como patria común y establecer otras relaciones como estados miembros de la UE. En mi concepto de España, y creo en el concepto que tienen la mayoría de mis compatriotas, no hay lugar para una Cataluña y un País Vasco como el que nos espera en el futuro, cuando los nuevos estatutos establezcan simples vínculos simbólicos. No sería más que una ridícula tirita que no va a detener la hemorragia que nos ha llevado hasta esta situación de anemia. Mejor dar un paso decisivo y definitivo, asumirlo de manera natural y enriquecedora y ganar en estabilidad.
Ex-compatriotas vascos y catalanes: Gracies, Eskerri kasko. Os sentiré siempre cercanos, seguiré admirando vuestra cultura y vuestra historia y os deseo lo mejor. Nos espera un futuro mejor.