Pontecorvo
Freak
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Lanzo pregunta como bengala de socorro nocturna del Titanic. Requiero opinión del Concilio Forero.
Esto que nos está pasando acabará algún día. Sin duda. Nadie sabe cuándo pero sospechamos que esa normalidad cuando llegue será estruendosa como una presa abriéndose de golpe y masivamente: el primer fin de semana sin confinamiento las terrazas, discotecas, pubs, parques, bares, restaurantes, etcétera, se desbordarán extendiéndose hasta llegar a lo largo de las cuatro esquinas del país humedeciendo las puntas patrias. Intuimos también que incluso la experiencia más nimia fuera de nuestros lindes domésticos será experimentada con la misma delectación que habría en caso de poder abrir una botella de Dom Pérignon para nosotros solitos. Y justamente ayer oía en un programa en la radio la pregunta más formulada a los oyentes también era la que más ganas había de ser respondida. ¿Qué vas a hacer cuando esto se acabe? Ay, esa bendita costumbre de ir a la tasca de los domingos por los callos y el vermut.
Eso hay que canalizarlo de alguna manera como buenas aves de rapiña que somos. Cientos, miles, cientos de miles de mujeres de todo pelaje y condición saldrán en estampida de sus cocinas con las bragas como mi maravillosa metáfora de la presa chorreante. De hecho a diferencia de ahora, habría que aprovechar la oportunidad antes de que la curva se aplane y el furor uterino, por desgracia, se extinga hasta llegar a niveles rutinarios.
¿Tienen ustedes alguna estrategia o lugar específico para poder aprovecharse de todo esto? Hablen.
Esto que nos está pasando acabará algún día. Sin duda. Nadie sabe cuándo pero sospechamos que esa normalidad cuando llegue será estruendosa como una presa abriéndose de golpe y masivamente: el primer fin de semana sin confinamiento las terrazas, discotecas, pubs, parques, bares, restaurantes, etcétera, se desbordarán extendiéndose hasta llegar a lo largo de las cuatro esquinas del país humedeciendo las puntas patrias. Intuimos también que incluso la experiencia más nimia fuera de nuestros lindes domésticos será experimentada con la misma delectación que habría en caso de poder abrir una botella de Dom Pérignon para nosotros solitos. Y justamente ayer oía en un programa en la radio la pregunta más formulada a los oyentes también era la que más ganas había de ser respondida. ¿Qué vas a hacer cuando esto se acabe? Ay, esa bendita costumbre de ir a la tasca de los domingos por los callos y el vermut.
Eso hay que canalizarlo de alguna manera como buenas aves de rapiña que somos. Cientos, miles, cientos de miles de mujeres de todo pelaje y condición saldrán en estampida de sus cocinas con las bragas como mi maravillosa metáfora de la presa chorreante. De hecho a diferencia de ahora, habría que aprovechar la oportunidad antes de que la curva se aplane y el furor uterino, por desgracia, se extinga hasta llegar a niveles rutinarios.
¿Tienen ustedes alguna estrategia o lugar específico para poder aprovecharse de todo esto? Hablen.
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