Continuo, aunque sea a cuentagotas, con la crónica del viaje a RD.
Es día 19 de octubre (jueves). Me desperté sobre las 10:00 porque el check-out era a las 11:30. Me duché y salí a la estación de autobuses donde pillé el bus a Puerto Plata (200 pesos). De camino vi hoteles me decidí por el hotel Galsi. La decisión no fue acertada pues aunque la relación calidad-precio era buena estaba alejado del centro. Ya me tocó caminar cerca de media hora desde la estación de destino hasta el hotel. Habitación pequeña, sin lujos, pero limpia. Descansé un rato y me encaminé al teleférico que conecta la ciudad con la loma de Isabel de Torres. Intenté ir caminando pero el calor y la humedad a las tres de la tarde pronto me hicieron pillar un motoconcho (100 pesos) que en unos 15 minutos me dejó allí. Muy bonito, lo recomiendo. Unas vistas espectaculares de la cuidad y el mar. En lo alto de la montaña fue el único sitio de RD donde no pasé calor (incluso hacía un poco de fresquito). Estuve un rato en la cima y bajé de nuevo. Pasé caminando una hora o así hasta el centro de la ciudad atravesando barrios humildes. No sentí en ningún momento inseguridad pero tampoco vi nada interesante. No había nada evidente a la vista de lo que nos trae a este foro. Me imagino que me verían como a un marciano por esa zona. Y en el centro más de lo mismo (se me insinuó una y poco más). No había muchos sitios donde sentarse a tomar algo llenos de tias ni tampoco se las veía merodeando en busca de clientes. Por supuesto que se veían algunas chicas guapas. Pero la verdad, a estas alturas del viaje, y después de tirarme cuatro días seguidos follando, me lo tienen que poner muy fácil yo no tengo iniciativa para entrarle a una que me cruce por la calle.
Estaba ya anocheciendo y me fui para el hotel que estaba bastante alejado. Tenía que haber reservado uno más céntrico. Tampoco vi nada en el camino de vuelta. Me paré en un bar cerca del hotel para repostar donde las camareras me parecieron guapillas. Estuve un rato pero nada. Llegué al hotel, descansé un poco, me duché y salí de nuevo. Estuve las siguientes horas en la Avenida Luis Ginebra que era donde estaba el hotel. Es muy larga y había varios garitos que visité. Pero ya fuera por el día (jueves noche) o por la zona (algo alejada del centro) simplemente no había ambiente. Estuve tomando algo en un complejo con varios bares pero no vi oportunidades, no era el lugar. Pegué varias pasadas por un disco-bar con la música a todo volumen que se escuchaba desde lejos pero lo máximo que llegué a ver desde fuera fueron tres personas. No llegué ni a entrar. No lejos, al otro lado de la carretera, había otro que parecía tenía dos plantas. Me asomé desde lejos y me pareció que estaba prácticamente vacío. Me tomé un par de cervezas en otro con aire acondicionado, elegante, pero sin apenas gente, y mucho menos tias (que en general vi pocas y feas). Estuve en un sitio de comida rápida y cero patatero. Pensé en ir a alguna disco pero ya me pillaba algo lejos y tenía que abandonar la seguridad de la avenida principal y meterme por calles mal iluminadas. Y lo mismo ir al centro. En fin, no tenía tantas ganas de follar como para eso y además estaba cansado (había dormido poco y caminado mucho durante el día). En un momento de la noche me escribió la haitiana y le envié la localización pero o no se enteró o no quiso venir, y yo tampoco le insistí por pereza. Antes de las dos ya estaba cerrado casi todo y la zona estaba más muerta que mi difunta madre. Tenía ganas de dormir. Me fui al hotel. La puerta estaba cerrada. Estuve llamando al timbre, golpeando la puerta, y no me abrían. Tuve que esperar como media hora a que el cabroncete se despertara (según él estaba duchándose, a las dos y pico de la mañana). Y no sería la última vez que me ocurriera esto en RD. Ya en la habitación hablé un rato con la parienta que iba de camino al trabajo y me acosté a dormir que al día siguiente quería pillar el autobús a Santo Domingo.
No digo que Puerto Plata no sea la ostia como dicen aquí algunos pero desde luego te lo tienes que currar mejor y echarle más ganas que en Boca Chica y Sosúa, incluso Santo Domingo, donde te tienes que sacudir a las tias de encima. De hecho muchas de las chicas de Sosúa viven en Puerto Plata pero trabajan en Sosúa. Y repito, tal vez ni el día ni la zona eran los mejores, y yo tampoco tenía nada de iniciativa.