Personalmente creo que habría que volver a los fundamentos de la economí: especializarse en aquello que se tenga ventaja comparativa. España, por ejemplo se me ocurre, el país con más horas de sol de Europa.
Si se crease un marco jurídico propicio para el desarrollo real de esta industria, con desgravaciones fiscales efectivas a esas industrias, y alguna subvención, bien concedida y analizada, de tal manera que fuesemos líderes del sector en investigación, tendríamos no sólo un sector pujante ante la más que probable escasez energética mundial futura, si no un sector dinámico y cualificado, capaza de ser un auténtico motor de una esconomía sana, estable y sostenible.
Algo parecido a lo que hace Brasil con el bioetanol.