Máquinas de bricolaje seminuevas a punta pala, de la marca esa Cinhell. Taladros, radiales, grandes y pequeñas, karcher, bombas de aguas sucias, en fin, de todo. Libros de mierda, cuadernos con sólo unas cuantas páginas escritas al principio, agendas nuevas del 2001 que valen perfectamente, botes de bolis, cajas de pelis de pistoleros y recopilatorios de música por décadas, suelen ser colecciones de periódicos.
Ropa limpia y doblada dentro de bolsas, que casualmente siempre son de la talla de mi compadre y se las lleva para usarla. No sé, de todo. Herramientas tipo martillos, mazas, cortafríos, alicates, tenacillas, barras de uña, etc, de eso todo lo que queráis y más. Que le quitas el óxido y valen.
Luego mi compadre es mucho de rapiñar todo lo que puede, una urraca, oigan. Entra en casa ajena y todo lo que quiere, le gusta, o le interesa, lo coge prestado. Su filosofía es que si lo tenían ahí tirado es que no lo utilizan.
Ir a por chatarra a una parcela y arrasar el huerto en un descuido. O llevarnos algún cabrito, o alguna peladilla para rellenar un poco los huecos del congelador.
Mi socio siempre me cuenda una historia, que seguro que es mentira porque es un puto mentiroso compulsivo, que le pasó a otro socio suyo. Según dice una vez fueron a retirar mierda de una casa de un difunto, y detrás de unos de los cuadros había un fajo de billetes. Seiscientas mil pesetas, según dice. Ahora, siempre rebusca bien por si suena la flauta, pobre diablillo.
Motos a falta de unos arreglos para que funcionen, motosierras que con poco ya funcionan, mulas mecánicas que si se le cambia no sé qué ya furrulan. En fin, cosas de esas que según los dueños están bien pero que en ese momento, por lo que sea, no arrancan. Mi socio las acumula todas en su casa y luego las va dando salida a los vecinos, conocidos, clientes, y cualquier incauto que quiera pillar una aparente ganga.
Y alguna vieja se ha ofrecido, imaginaos la situación de esa pobre mujer para ofrecer sus encantos a unos mierdas como mi socio y yo.
Broncas también me en encontrado unas pocas, la última el martes pasado. Íbamos por una urbanización de estas que están en medio de un secarral y le echa mi socio el ojo a una parcela que tenía de valla una alambrada. Dice el muy subnormal que allí no vivía nadie, que conocía al dueño y que iba de higos a brevas. Saltamos, y nada más saltar aparece un señor de entre los arbustos. ¿qué hacen ustedes aquí?, ¿quiénes son? El hijodeputa de mi socio ni le conocía ni hostias, nos dijo que nos largáramos de allí con paso ligero o que se iba a cagar hasta en san dios bendito. Volvimos a saltar la valla y nos largamos, yo con la cara colorada, ni socio no, mi socio todo indignado porque según él, el tipo era un cascarrabias y se había puesto hecho una fiera por nada.
Por llevar, nos hemos llevado hasta palet enteros de bloques de hormigón. A viajes, palet a palet hemos ido limpiando los sitios de "escombros".
Preguntad, hijos de puta, preguntad hasta que me canse y os mande a tomar por culo.