Esta sucia perra va a dejar a la Britney como la Teresa de Jesús del pop. Y durará bastante más que la retardada Spears.
Su padre ha pergeñado una peculiar mezca conceptual entre cristianismo y comercio del potorro que puede ser la sublimación del sueño americano, ciertamente. Religión, negocio familiar, trabajo duro, amor paterno-filial sin barreras... los padres fundadores lloran de emoción desde el Rushmore. Me imagino a Miley pasándole todo el felpudazo a Lincoln por las barbas en sugerente baile privado mientras su padre cuenta los dólares y se masajea el miembro esperando su turno.
No os preocupéis, que a partir de noviembre va a haber fotos de su coño a discreción.