La Democracia en Estados Unidos (si es que la hubo alguna vez) murió el día que juró el cargo el monstruo que se esconde en la Casa Blanca como el cobarde de mierda que es. Ese día de enero de 2017 lo poco que quedaba de decencia o cordura se fue por el desagüe. A esa rata le importa una mierda el país, la gente o sus propios seguidores.
Lo triste es que esos perturbados y enfermos mentales que están haciendo el macho en el Capitolio, no tienen ni puta idea de nada, y les da igual, tienen a un cretino de ocho años mentales que les dice exactamente lo que quieren y necesitan oír, y que les llevará al infierno con tal de salirse con la suya, pero lo que ha hecho ya ha destruido el sistema para siempre, si no es esta vez, la próxima saltará todo por los aires y habrá una desagracia a niveles de su guerra civil, que por cierto, los equivalentes voxeros a esos subnormales de allá, piden lo mismo aquí a diario, y están teniendo un espejo chupipandi donde mirarse los muy mierdas, que les está dando la perfecta excusa para avanzar en su objetivo de eliminar la verdad, como ha hecho el mierdoso allí, dejando bien claro que la verdad no existe, sino sólo lo que quieras y a quien quieras creer. Mola mucho, ya que si son las matemáticas las que te dicen que 2+2=4, pero él te dice que son 19, pues eso, que lo ha dicho él.
No merece ni desearle la muerte, sólo que salga por la puerta de atrás con sus putos pañales puestos, y que espere en su mansión a la tormenta de juicios que le esperan, y que con suerte, le meterán al trullo hasta pudrirse.