Error de syntaxis
Clásico
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- 10 Jun 2006
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Desde el año pasado me junto con el que, probablemente, sea mi único amigo. Este chico, aún con dieciséis años, es un romántico (literariamente hablando) sin remedio: incomprendido, eternamente melancólico y sentimental. Además, escribe poesía, que aparte de ser una puta mierda (y no por pretenciosa, sino porque el chaval no tiene talento pero nadie se lo dice excepto yo), es un mal calco de la obra de Bécquer. Tiene un trasfondo familiar bastante oscuro: padres separados; él alcohólico, sin empleo y sin ganas de cambiar su situación; ella, alcohólica, drogadicta y más puta que Bell (teniendo cuarenta y pico, amanece con un veinteañero diferente todos los días). La relación de mi amigo con sus padres es pésima, y es prácticamente un hecho que esto influye de manera notoria en su carácter (que en ocasiones, trasciende el romanticismo para rozar el "nadie me entiende, soy emo, pienso en sangre y gillettes").
Tiene una novia de catorce años a la que ha desvirgado. Pese a que ya le he dicho que una mongola analfabeta es lo que menos necesita una persona con su inestabilidad emocional, el pobre está tan enamorado de la idea del amor que ignora mis consejos y la estupidez evidente de la niña.
En todo esto no hay nada de interesante, sólo un adolescente en crisis como todos los adolescentes.
Mi profesora de castellano. Cuarenta y tantos, soltera, sin hijos y, probablemente, con los ovarios más secos que una parcela en el Sáhara. Su oportunidad de tener crías ha pasado y está resentida con la vida. En las clases se muestra sarcástica y cansada del mundo. Está totalmente desmotivada con su trabajo. A veces ni siquiera da la clase, sino que se queda sentada en su escritorio leyendo mientras los alumnos perdemos el tiempo. La relación de mi amigo con esta profesora empezó cuando el primero le pidió su opinión acerca de un par de poemas que había escrito. Ella, a pesar de resultarle obvia la escasez de talento de él, intuyó cierta sensibilidad. Siguieron hablando y se convirtió en una costumbre que intercambiaran palabras al final de cada clase. Ahora ya han pasado unos cuantos meses y la relación que tienen se ha estrechado hasta un punto en el que podemos hablar de interdependencia: él se siente querido y escuchado por alguien y ella siente que le puede ser útil a alguien a pesar de no poder engendrar cachorros. La tensión sexual, además, es obvia: miradas, roces y confianzas excesivas.
No obstante, mi amigo es un maricón: teme echarlo todo a perder si le dice algo. Además, ve la diferencia de edad como un obstáculo inesquivable y teme perder a su lolinovia. Quiero arengarlo para que se lance, convencerle de que mi profesora está hambrienta de polla joven y necesita un báculo emocional igual que él, pero no lo consigo: puedo decirle el por qué debe hacerlo, pero no el procedimiento. La falta de edad y experiencia me pasa factura en este caso. Por eso acudo a vosotros. La cuestión no es el porqué, sino el cómo.
¿Alguien con experiencia en casos similares? ¿Qué debería hacer mi hamijo para acabar entre las piernas de la delicious MILF?
Tiene una novia de catorce años a la que ha desvirgado. Pese a que ya le he dicho que una mongola analfabeta es lo que menos necesita una persona con su inestabilidad emocional, el pobre está tan enamorado de la idea del amor que ignora mis consejos y la estupidez evidente de la niña.
En todo esto no hay nada de interesante, sólo un adolescente en crisis como todos los adolescentes.
Mi profesora de castellano. Cuarenta y tantos, soltera, sin hijos y, probablemente, con los ovarios más secos que una parcela en el Sáhara. Su oportunidad de tener crías ha pasado y está resentida con la vida. En las clases se muestra sarcástica y cansada del mundo. Está totalmente desmotivada con su trabajo. A veces ni siquiera da la clase, sino que se queda sentada en su escritorio leyendo mientras los alumnos perdemos el tiempo. La relación de mi amigo con esta profesora empezó cuando el primero le pidió su opinión acerca de un par de poemas que había escrito. Ella, a pesar de resultarle obvia la escasez de talento de él, intuyó cierta sensibilidad. Siguieron hablando y se convirtió en una costumbre que intercambiaran palabras al final de cada clase. Ahora ya han pasado unos cuantos meses y la relación que tienen se ha estrechado hasta un punto en el que podemos hablar de interdependencia: él se siente querido y escuchado por alguien y ella siente que le puede ser útil a alguien a pesar de no poder engendrar cachorros. La tensión sexual, además, es obvia: miradas, roces y confianzas excesivas.
No obstante, mi amigo es un maricón: teme echarlo todo a perder si le dice algo. Además, ve la diferencia de edad como un obstáculo inesquivable y teme perder a su lolinovia. Quiero arengarlo para que se lance, convencerle de que mi profesora está hambrienta de polla joven y necesita un báculo emocional igual que él, pero no lo consigo: puedo decirle el por qué debe hacerlo, pero no el procedimiento. La falta de edad y experiencia me pasa factura en este caso. Por eso acudo a vosotros. La cuestión no es el porqué, sino el cómo.
¿Alguien con experiencia en casos similares? ¿Qué debería hacer mi hamijo para acabar entre las piernas de la delicious MILF?