Animales salvajes y foreros domesticados. FIGHT!

LeChuck

RangoFreak total
Registro
18 Ago 2010
Mensajes
17.219
Reacciones
16.308
Me he acordado de este. Una situación un poco diferente, porque el pavo estaba solo y el bicho pues bastante airado.

Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.
 
Última edición:
Me he acordado de este. Una situación un poco diferente, porque el pavo estaba solo y el bicho pues bastante airado.

Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.

No sé si ya lo conté aquí, me pasó algo así con un perro. El puto animal a 10 cms de mí enseñando dientes, ladrando y con ganas de pelear y yo andando rápido pero "sin huir" para que no se envalentonara. Me dio un mordisco en la pierna (poca cosa) el bastardo.
Los encantadores de perros, que digan qué hacer en estas situaciones.
Con ese en el peor de los casos creo que le ganaba en el PvP, pero hay bestias que si les da, pues te lo tienes muy jodido.

Alguno se ha peleado alguna vez con una bestia de más de 20 kilos?
 
No sé si ya lo conté aquí, me pasó algo así con un perro. El puto animal a 10 cms de mí enseñando dientes, ladrando y con ganas de pelear y yo andando rápido pero "sin huir" para que no se envalentonara. Me dio un mordisco en la pierna (poca cosa) el bastardo.
Los encantadores de perros, que digan qué hacer en estas situaciones.
Con ese en el peor de los casos creo que le ganaba en el PvP, pero hay bestias que si les da, pues te lo tienes muy jodido.

Alguno se ha peleado alguna vez con una bestia de más de 20 kilos?

No llegó a pelea porque los perros huyeron, pero una vez me enfrenté a 3 mastines de más de 40 kilos cada uno. Más de una vez había pasado por el mismo sitio corriendo o con la bici y los perros se me acercaban a ladrarme y yo pasaba de ellos. Una vez que iba con la bici me ladraron bastante cerca del pedal y yo seguí sin hacerles caso. Pero mira tú por donde pinché, y sabía que iba sin recambio, así que paré y empecé a cagarme en todo lo habido y por haber a voces. Los perros huyeron sin dejar de ladrar. Para irme para casa tuve que pasar por la puerta de sus corrales, en realidad majás pero así lo entendéis todos, y los perros ni siquiera me miraron, ladraban como mirando para otro sitio. Desde entonces nunca más me han ladrado y paso por allí casi todas las semanas.
 
Me he acordado de este. Una situación un poco diferente, porque el pavo estaba solo y el bicho pues bastante airado.

Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.

Screenshot_2022-01-17-21-14-48-71_f9ee0578fe1cc94de7482bd41accb329.jpg


:ilgdenormal:
 
No sé si ya lo conté aquí, me pasó algo así con un perro. El puto animal a 10 cms de mí enseñando dientes, ladrando y con ganas de pelear y yo andando rápido pero "sin huir" para que no se envalentonara. Me dio un mordisco en la pierna (poca cosa) el bastardo.
Los encantadores de perros, que digan qué hacer en estas situaciones.
Con ese en el peor de los casos creo que le ganaba en el PvP, pero hay bestias que si les da, pues te lo tienes muy jodido.

Alguno se ha peleado alguna vez con una bestia de más de 20 kilos?


Este tema tiene tela para cortar. Cuando era más joven tuve una época en que me obsesioné con la importancia, qué digo importancia, la EXIGENCIA del vigor físico. Iba al gimnasio, comía pollo con arroz, leía a Nietzsche y a Black Adder, veía Conan el bárbaro de lunes a viernes y Drive los findes. Siempre me hacía la misma pregunta: ¿qué animal puede batirme? ¿Cuál es mi límite? Tenía claro que podía vencer a un zorro, no temía a los perros ni a los dragones de Komodo. Me preguntaba si podría vencer a un lobo, pero los lobos aquí no se acercan a las personas. También me imaginaba en singular combate con un jabalí, como en la película “Depredador”, grabarle con un cuchillo el nombre de aquel amigo fallecido, pero sólo me encontré jabalíes conduciendo con mi novia y no quería que viera que un jabalí podía derrotarme. Las mujeres saben de Darwinismo no porque hayan leído, les es inherente, si me veía perder con un jabalí probablmente me dejaría. Quizá si me viera ganarle también, mira que son putas.

¿Os acordáis en la peli de Deadpool cuándo le dicen que la vida sólo te da dos o tres ocasiones para ser un héroe? Pues al final a mí me vino una de esas: iba caminando por el monte, por un sendero unidireccional por el que venía una vaca. La naturaleza suele dictar que el animal más fuerte pasa y el más débil se aparta. Yo aquel día me sentía confiado como Jarfaiter atracando un estanco y me propuse que la vaca, de 500 kilos o así, fuese quien retrocediera

Le mostré un lenguaje corporal agresivo y fui incrementando el tono de voz “atrás, atrássss, ATRÁÁÁÄS” pero la hideputa empezó a poner cara de embestir y a hacer ese gesto con la pata como si estuviera cavando. Yo seguía gritando y gesticulando y en mis oídos comenzó un atronador zumbido como si se me metiesen los Napalm Death en el cerebro a dar un concierto. En mi cabeza me repetía “SOY HÉRCULES, ESTE ES EL TORO DE CRETA. ESTE ES MI DESTINO” Llegado este punto la tensión era inenarrable. La vaca no iba a dar la vuelta.

Vivía dos vidas: una con red y en la otra yo era la red. Ese fue el día en el que tuve que rechazar una de esas vidas, cuando me levanté magullado entre piedras y zarzas supe cual era mi “animal límite”: la vaca. Yo esperaba quizá una dura refriega con un oso. Pero no, una vaca. Una vaca me venció y ni recuerdo cómo. Algo en mí murió ese día. Ya no soy la red. No he vuelto a enfrentarme a una vaca, ahora Lexatin y nada de Nietzsche, sólo Defreds.
 
Este tema tiene tela para cortar. Cuando era más joven tuve una época en que me obsesioné con la importancia, qué digo importancia, la EXIGENCIA del vigor físico. Iba al gimnasio, comía pollo con arroz, leía a Nietzsche y a Black Adder, veía Conan el bárbaro de lunes a viernes y Drive los findes. Siempre me hacía la misma pregunta: ¿qué animal puede batirme? ¿Cuál es mi límite? Tenía claro que podía vencer a un zorro, no temía a los perros ni a los dragones de Komodo. Me preguntaba si podría vencer a un lobo, pero los lobos aquí no se acercan a las personas. También me imaginaba en singular combate con un jabalí, como en la película “Depredador”, grabarle con un cuchillo el nombre de aquel amigo fallecido, pero sólo me encontré jabalíes conduciendo con mi novia y no quería que viera que un jabalí podía derrotarme. Las mujeres saben de Darwinismo no porque hayan leído, les es inherente, si me veía perder con un jabalí probablmente me dejaría. Quizá si me viera ganarle también, mira que son putas.

¿Os acordáis en la peli de Deadpool cuándo le dicen que la vida sólo te da dos o tres ocasiones para ser un héroe? Pues al final a mí me vino una de esas: iba caminando por el monte, por un sendero unidireccional por el que venía una vaca. La naturaleza suele dictar que el animal más fuerte pasa y el más débil se aparta. Yo aquel día me sentía confiado como Jarfaiter atracando un estanco y me propuse que la vaca, de 500 kilos o así, fuese quien retrocediera

Le mostré un lenguaje corporal agresivo y fui incrementando el tono de voz “atrás, atrássss, ATRÁÁÁÄS” pero la hideputa empezó a poner cara de embestir y a hacer ese gesto con la pata como si estuviera cavando. Yo seguía gritando y gesticulando y en mis oídos comenzó un atronador zumbido como si se me metiesen los Napalm Death en el cerebro a dar un concierto. En mi cabeza me repetía “SOY HÉRCULES, ESTE ES EL TORO DE CRETA. ESTE ES MI DESTINO” Llegado este punto la tensión era inenarrable. La vaca no iba a dar la vuelta.

Vivía dos vidas: una con red y en la otra yo era la red. Ese fue el día en el que tuve que rechazar una de esas vidas, cuando me levanté magullado entre piedras y zarzas supe cual era mi “animal límite”: la vaca. Yo esperaba quizá una dura refriega con un oso. Pero no, una vaca. Una vaca me venció y ni recuerdo cómo. Algo en mí murió ese día. Ya no soy la red. No he vuelto a enfrentarme a una vaca, ahora Lexatin y nada de Nietzsche, sólo Defreds.

Gold.
 
Este tema tiene tela para cortar. Cuando era más joven tuve una época en que me obsesioné con la importancia, qué digo importancia, la EXIGENCIA del vigor físico. Iba al gimnasio, comía pollo con arroz, leía a Nietzsche y a Black Adder, veía Conan el bárbaro de lunes a viernes y Drive los findes. Siempre me hacía la misma pregunta: ¿qué animal puede batirme? ¿Cuál es mi límite? Tenía claro que podía vencer a un zorro, no temía a los perros ni a los dragones de Komodo. Me preguntaba si podría vencer a un lobo, pero los lobos aquí no se acercan a las personas. También me imaginaba en singular combate con un jabalí, como en la película “Depredador”, grabarle con un cuchillo el nombre de aquel amigo fallecido, pero sólo me encontré jabalíes conduciendo con mi novia y no quería que viera que un jabalí podía derrotarme. Las mujeres saben de Darwinismo no porque hayan leído, les es inherente, si me veía perder con un jabalí probablmente me dejaría. Quizá si me viera ganarle también, mira que son putas.

¿Os acordáis en la peli de Deadpool cuándo le dicen que la vida sólo te da dos o tres ocasiones para ser un héroe? Pues al final a mí me vino una de esas: iba caminando por el monte, por un sendero unidireccional por el que venía una vaca. La naturaleza suele dictar que el animal más fuerte pasa y el más débil se aparta. Yo aquel día me sentía confiado como Jarfaiter atracando un estanco y me propuse que la vaca, de 500 kilos o así, fuese quien retrocediera

Le mostré un lenguaje corporal agresivo y fui incrementando el tono de voz “atrás, atrássss, ATRÁÁÁÄS” pero la hideputa empezó a poner cara de embestir y a hacer ese gesto con la pata como si estuviera cavando. Yo seguía gritando y gesticulando y en mis oídos comenzó un atronador zumbido como si se me metiesen los Napalm Death en el cerebro a dar un concierto. En mi cabeza me repetía “SOY HÉRCULES, ESTE ES EL TORO DE CRETA. ESTE ES MI DESTINO” Llegado este punto la tensión era inenarrable. La vaca no iba a dar la vuelta.

Vivía dos vidas: una con red y en la otra yo era la red. Ese fue el día en el que tuve que rechazar una de esas vidas, cuando me levanté magullado entre piedras y zarzas supe cual era mi “animal límite”: la vaca. Yo esperaba quizá una dura refriega con un oso. Pero no, una vaca. Una vaca me venció y ni recuerdo cómo. Algo en mí murió ese día. Ya no soy la red. No he vuelto a enfrentarme a una vaca, ahora Lexatin y nada de Nietzsche, sólo Defreds.
Si se separan estas cosas, da para hilo. Es que quiero decir que las vacas son seres que si les da por atacarte te hacen un bujero que te dejan como a Krillin
krilin-dbz-muerte_2527cd30-9571-4375-9841-91bb5bb765e1_1024x1024.png


Debería existir un arte marcial para luchar contra animales. El cinturón correspondería al nivel del animal:
Blanco un pollo,
Blanco-amarillo un pato
Verde podría ser un perro.

Y así hasta llegar al negro, que sería un león o un t-rex


Como sea, dentro vídeo:

 
Debería existir un arte marcial para luchar contra animales. El cinturón correspondería al nivel del animal:
Blanco un pollo,
Blanco-amarillo un pato
Verde podría ser un perro.

Y así hasta llegar al negro, que sería un león o un t-rex
:137: :137: :137: :137: :137: :137: :137: :137: :137: :137:
 
Sobre esto de la peleas con perros, yo me las tuve con dos galgos, ya lo conté en el marco de una aventura que corrí el día que encontré dinero y drogas en un altar exterior en una vieja iglesia. Crucé el río y subí hasta llegar a un barrio con encanto en alto, que antes fue habitado por buenas gentes y ahora abandonado por sus antiguos pobladores está dominado por malas estirpes, okupas, gitanos, madres adolescentes y escoria en general.

Quiso el destino llevarme por un camino diferente al de ida, y bajar por una especie promontorio que dominaba el Aljarafe, con merenderos y aparatos de ejercitarse bajo abandono, me propuse contemplar el paisaje, ya que antes tuve que atravesar calles tomadas por la inmundicia humana como si fuera el salón de sus casas, y era menester regalarme aquel atardecer tardoprimaveral en soledad.

Pero hete aquí que apareció primero un galgo y luego otro, el primero mas osado que el otro, se me acercó midiendo mi resistencia, no era capaz de descifrar sus intenciones, era la primera vez que me ocurría con un cánido, quise hacerme el simpático pero el galgo seguía con la misma mirada y la misma pose, había algo que no me gustaba nada en esa mirada traidora. Y cuando me di cuenta el segundo galgo había dado un rodeo y lo tenía atrás aunque alejado, esperando su momento. Eran galgos gitanos sin duda, esa mirada, la misma que sus homólogos humanos, nada que ver con la mirada noble y triste del galgo rescatado.

Como la estrategia de acercar posturas entre ambas partes no funcionó opté por seguir con mi ronda por el promontorio observando la ciudad a lo lejos desde diferentes ángulos, haciendo como si no ocurriera nada, mientras el galgo 2 ladraba a lo lejos, el galgo 1 se acercaba más cuando le daba la espalda y mantenía de nuevo la distancia cuando lo encaraba, ganando cada vez mas terreno. Miré alrededor por si estaban los dueños (llevaban correa) nadie alrededor, por si tenía que lanzar un ataque. El acoso continuaba y como no encontré el camino, decidí retomar por donde antes incómodo con el galgo que incluso lanzó una dentellada al aire, no tenía ganas de llamar la atención con el dinero y las drogas que encontré

Así que poco antes de salir de allí y antes de encaminarme de nuevo por aquella cochambrosas calles le lancé una patada en el hocico al puto perro de los cojones que salió corriendo cual gitano
 
Última edición:
Estaba de caminata por los montes, en ese momento gustaba de dar largos paseos por el campo y pasar el día con alguno de mis perros o varios de ellos. Ese día iba con Flan, un precioso springer spaniel que ya tenía unos 8/9 años. Era pequeñito pues provenía de líneas de caza San Huberto, no de belleza.
A la que nos estamos acercando a un cortijo, el cortijo de Lezar, sale disparado un cruce de mastín y agarra al pequeño Flan por la grupa y en dos movimientos lo parte y lo mata, Flan temblaba como un flan ya agonizando mientras el puto mastín seguía con el en su boca moviendo bruscamente la cabeza para despedazarlo, esto ocurrió a unos 30 o 50 metros y en cuestión de segundos.
Cuando pude llegar a ellos corriendo ya había desenfundado la porra extensible que va acomodada en mi mochila de manera que pueda hacer uso de ella rápidamente en caso de necesidad como ese día.
En el primer y único golpe que le di al bicho cayó a plomo al suelo y menos mal, con la furia que meneaba la cabeza para partir en dos a Flan fue una suerte acertar de lleno. Si le hubiese dado en el lomo u otro sitio que solo le hubiese hecho daño, más que posiblemente me hubiese matado el a mí después.
Allí se quedaron los dos perros en el suelo para que se los comiesen los buitres o el pastor del cortijo cuando llegara al día siguiente.
Hombre con palo selfie gana a perro.
 
Íbamos una vez por el pueblo mi señora, el niño en cochecito y la suegra (que en paz descanse), y vino un cachorro de unos 10-11 meses de algo grande y chungo. Algo tipo dogo argentino o similar. Estaba en esa fase que, dejando de ser cachorro y empezando a ser adulto, no sabe si quiere jugar o matarte. En definitiva, una caja de bombas.

Yo, como buen alfa, hice cálculos grupales en base a los siguientes datos:

1. Salvar a mi hijo.
2. Salvar a mi mujer.
3. Salvarme a mí.
4. Salvar a la suegra.

Aprovechándome de su mayor lentitud, aceleré el paso para poner a la suegra en cola y usarla de escudo humano. La bestia finalmente atacó jugando y le mordió el culo (herida included) y finalmente ella misma tirando palante se deshizo del perro y se pudo meter en el coche.

Hubo denuncia y ganó dinero. Al final win-win. :1::trump:
 
Última edición:
¿Cuánto? ¿Qué le pasó al perro?
Pues era de uno que había dejado la puerta abierta de la casa y al perro suelto y sin bozal. Era belga creo y estaba allí alquilado de paso. Desapareció y ni de él ni del perro se volvió a saber, así que no sé si lo sacrificaron o qué.

El importe fue absurdo. Creo recordar que 300 euros o así. El susto y la adrenalina valían más, pero bueno, en algo se los gastaría la señora.
 
A mi una vez se me cruzó una culebra que aniquilé con un palo que llevaba.

Me pasee por todo el pueblo con el cadaver mientras que las viejas me decían que me apartase de su vista.

Se la pusimos a una gorda en la puerta de casa y tocamos el timbre; lo siguiente que escuchamos fueron gritos. Tuve que esconderme toda la tarde porque la gorda nos estaba buscando con una vara y su marido vino a quejarse a mi padre que lo mandó a tomar por el culo y le dijo que bastantes peores cosas hicieron en su día los mongolos de sus hijos.
 
Última edición:
Pues era de uno que había dejado la puerta abierta de la casa y al perro suelto y sin bozal. Era belga creo y estaba allí alquilado de paso. Desapareció y ni de él ni del perro se volvió a saber, así que no sé si lo sacrificaron o qué.

El importe fue absurdo. Creo recordar que 300 euros o así. El susto y la adrenalina valían más, pero bueno, en algo se los gastaría la señora.
¿Y quién pagó los trescientos pavos entonces si el belga desapareció? ¿El dueño de la casa, que no tenía nada que ver?
 
Recuerdo una vez, andando por el campo en expedición micológica, entre jarales y alcornoques. Ensimismado y cabizbajo escrutando el terreno en busca de cualquier tipo de seta que llevarme a la cesta, cuando empecé a oir a lo lejos unos golpes ritmicos seguidos por una pequeña pausa: pop-pop-----------pop-pop------pop-pop. Cada vez los oía más cerca. Mi instinto de conservación me hizo levantar rápidamente mi navaja setera y ponerme en la misma posición que hicieron de los Tercios españoles los más temidos del mundo, y sobre todo, pensar que fuera lo que fuera lo que se me venia encima, que eligiera por Dios bendito a mi compañero de excursión en vez de a mi. Un rápido vistazo de 360º en busca de aquel ser sobrenatural que galopaba hacia mi, y de pronto vi venir a la madre de Bambi con cara de pocos amigos, en rumbo directo hacia mi, que ocupaba el claro que habian dejado un par de jaras y por el que el pobre bicho habia elegido pasar. En Tv pareceran muy pequeños, pero una puta cierva en campo abierto acojona bastante si la ves con cara de enfurruñamiento y encima si va a galope tendido corriendo hacia ti. Afortunadamente pegó un salto increible y me sobrepasó por encima sin siquiera rozarme, y eso que mido metrochenta de alto. Perfecto en al ejecucion, salida perfecta y recepción magnífica con las dos pezuñas delanteras juntas. Le dí un 10, como la Comaneci.

IMG_0476CIERVA.jpg
 
Que yo recuerde, he matado una culebra y conejos con el coche por caminos dándoles las largas para luego echarlos al maletero. Deberían permitir esta técnica para los perros de ciudad.

Ah, también una vez, siendo yo pequeño, encontré a un chucho atacando a mi mejor amigo canino, un pastor belga con más inteligencia y amor que algunos foreros aquí presentes, y en medio de la pelea le lancé una lluvia de cantos y pedrolos que había por allí al perro atacante. Tales fueron las pedradas que le cayeron que se fue aullando y yo creo que con alguna costilla rota.
 
Última edición:
Recuerdo una vez, andando por el campo en expedición micológica, entre jarales y alcornoques. Ensimismado y cabizbajo escrutando el terreno en busca de cualquier tipo de seta que llevarme a la cesta, cuando empecé a oir a lo lejos unos golpes ritmicos seguidos por una pequeña pausa: pop-pop-----------pop-pop------pop-pop. Cada vez los oía más cerca. Mi instinto de conservación me hizo levantar rápidamente mi navaja setera y ponerme en la misma posición que hicieron de los Tercios españoles los más temidos del mundo, y sobre todo, pensar que fuera lo que fuera lo que se me venia encima, que eligiera por Dios bendito a mi compañero de excursión en vez de a mi. Un rápido vistazo de 360º en busca de aquel ser sobrenatural que galopaba hacia mi, y de pronto vi venir a la madre de Bambi con cara de pocos amigos, en rumbo directo hacia mi, que ocupaba el claro que habian dejado un par de jaras y por el que el pobre bicho habia elegido pasar. En Tv pareceran muy pequeños, pero una puta cierva en campo abierto acojona bastante si la ves con cara de enfurruñamiento y encima si va a galope tendido corriendo hacia ti. Afortunadamente pegó un salto increible y me sobrepasó por encima sin siquiera rozarme, y eso que mido metrochenta de alto. Perfecto en al ejecucion, salida perfecta y recepción magnífica con las dos pezuñas delanteras juntas. Le dí un 10, como la Comaneci.

Ver el archivos adjunto 102135

Pequeñas son las corzas que pesaran 25kgs.

Una cierva adulta puede pesar más de 100kgs perfectamente y, sí, te puede hacer un desaguisado importante.

Eso sí, una carne cojonuda.
 
Pequeñas son las corzas que pesaran 25kgs.

Una cierva adulta puede pesar más de 100kgs perfectamente y, sí, te puede hacer un desaguisado importante.

Eso sí, una carne cojonuda.
Suerte tuvo que no le moliera a puñetazos o que no estuviera el macho por ahí.
 
Si se separan estas cosas, da para hilo. Es que quiero decir que las vacas son seres que si les da por atacarte te hacen un bujero que te dejan como a Krillin
krilin-dbz-muerte_2527cd30-9571-4375-9841-91bb5bb765e1_1024x1024.png


Debería existir un arte marcial para luchar contra animales. El cinturón correspondería al nivel del animal:
Blanco un pollo,
Blanco-amarillo un pato
Verde podría ser un perro.

Y así hasta llegar al negro, que sería un león o un t-rex


Como sea, dentro vídeo:


Sí, si. Muy más adecuada la foto de ese Freezer segundo nivel de poder. Especialmente porque supongo que algún urbanita del foro escucha "vaca", el nombre de ese terrible depredador alfa y les viene a la cabeza la tapa de un yogur, o miniquesos "La vaca que ríe" o pastoras bucólicas y enamoradizas ordeñando, con pelo recogido, un suave mamífero juguetón como Platero.

No, no, no, son el Mal, Satán Trimegisto -tres veces grande para burlarse de la Santísima Trinidad- esta foto es una vaca straight from mi monte. El Mal. Aún oyes mugir a las vacas, Clarice?


received_444840017337244.jpeg
 
Atrás
Arriba Pie