Las obras en el arte tradicional eran admirables por su mérito, porque poca gente era capaz de alcanzar la suficiente habilidad de los grandes artistas. Con el paso de los siglos y las mejoras de las ténicas y de los medios, cada vez es más difícil crear obras complejas e innovadoras, la única opción era repetir lo que ya se había hecho. Por eso el arte moderno, en vez de en la dificultad, se ha centrado en la transgresión, en sorprender al espectador, en realizar un arte divertido, a veces polémico, que no deja indiferente a nadie.
Poner un vaso de agua, como obra de arte, es una genialidad, rompe con lo preestablecido, supone un golpe al espectador la primera vez que ve la obra, no espera encontrarse con un puto vaso de agua en una exposición artística. Ni que decir tiene que la gracia del vaso de agua está en ser el primero que lo haga, realizarlo posteriormente sería ridículo.
Por otra parte, lo que no tiene sentido es pagar un dineral por este tipo de obras. Es tan absurdo pagar un dineral por un vaso de agua o por un bote de mierda que seguramente este mercado tiene otros intereses mucho menos culturales, como es el blanqueo de capitales...
Finalmente os dejo una obra de arte del humor. También sería considerado una basura por los defensores del humor tradicional...