BAILARÉ SOBRE TU TUMBA
Conspirotaggeanoico
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¿Nunca os ha pasado? De repente haceis un descubrimiento y os viene a la mente: coño, un hilo.
Todo empezó en mi juventud, los pelos de la nariz crecian y empezaban a asomarse fuera, peor aún, con el tiempo algunos eran canas y parecían un moco a medio morir. Entonces empecé a arrancármelos. Cada uno es diferente, a veces par ce que se caen como fruta madura, otras veces no hay manera, algunos hacen que se te salten las lágrimas...siempre preferí lo natural, me los arranco con los dedos. Un dia fui al peluquero y estaba como si le hubieran reventado la nariz de una patada, según él qu fue de arrancarse un pelo, me quedé meditando y llegué a la conclusión de que dos factores me habían protegido de tal desastre.
-Mis pelos no son como sus alambres que se llevan de cuajo un cacho de nariz atrapado en sus raices.
-mi técnica natural, sin herramientas, permite que si un pelo está demasiado empecinado, lo vaya aflojando poco a poco a tirones.
Durante años esto era todo, pero con la edad me empezaron a crecer pelos en las orejas, al principio descubría alguno largo y me proporcionaba un extraño placer arrancarlo, pero poco a poco fueron creciendo más y más, y he desarrollado una manía-fetiche de arrancarmelos, al punto de que mis orejas parecen de bebé, no tengo un pelo. Tal es mi ansia, que ya me los arranco apenas despuntan, a veces no puedo de pequeños que están, pero si son de los gordos que ya raspan no puedo evitar intentarlo frenéticamente hasta que, a veces, me llego a escoriar tanto que se me hace una costra y/o tengo que pedirle a esta que me los quite con unas pinzas.
Hasta aquí todo normal, pero resulta que he descubierto una nueva veta de oro; por comodidad de ducharse mas rápido -no por cuestiones estéticas- me recorto los pelos de abajo, el caso es que desde que ando de gira, he dado en hacerlo tambien con los pelos del culo antes de salir de viaje, gasta uno menos papel al limpiarse, y sucede que, a veces, escasea en el tipo de pensiones de mala muerte que frecuento. Llega a pasar que esperas y, cuando crees que ya has terminado, una cagarruta que estaba colgada de una liana se suelta mientras te levantas, y cae en el asiento, una inaceptable asquerosidad. Yo tengo un problema añadido, que me pongo a cagar por la mañana, y se me vence el hotel, y a veces me quedo sentado menos tiempo del que me gustaría y luego noto cosas y tengo que volver a cagar una y hasta dos veces más. Para alguien tan vago como yo es un sacrificio insufrible, porque además me lavo cada vez que acabo.
Con estos antecedentes ya os imaginareis por donde van los tiros, este viaje me he recortado los pelos del culo, pero con prisas, tarde y mal, y notaba yo que me habian quedado ahí mas de los que quisiera, y me ha dado por tirar de ellos, y resulta que salen facil, varios a la vez y sin dolor. Ahora mi nueva afición es arrancarme los pelos del culo, no más tijeras en areas peligrosas, no mas pegotes de jipi cochambroso, ha comenzado una nueva era.
Todo empezó en mi juventud, los pelos de la nariz crecian y empezaban a asomarse fuera, peor aún, con el tiempo algunos eran canas y parecían un moco a medio morir. Entonces empecé a arrancármelos. Cada uno es diferente, a veces par ce que se caen como fruta madura, otras veces no hay manera, algunos hacen que se te salten las lágrimas...siempre preferí lo natural, me los arranco con los dedos. Un dia fui al peluquero y estaba como si le hubieran reventado la nariz de una patada, según él qu fue de arrancarse un pelo, me quedé meditando y llegué a la conclusión de que dos factores me habían protegido de tal desastre.
-Mis pelos no son como sus alambres que se llevan de cuajo un cacho de nariz atrapado en sus raices.
-mi técnica natural, sin herramientas, permite que si un pelo está demasiado empecinado, lo vaya aflojando poco a poco a tirones.
Durante años esto era todo, pero con la edad me empezaron a crecer pelos en las orejas, al principio descubría alguno largo y me proporcionaba un extraño placer arrancarlo, pero poco a poco fueron creciendo más y más, y he desarrollado una manía-fetiche de arrancarmelos, al punto de que mis orejas parecen de bebé, no tengo un pelo. Tal es mi ansia, que ya me los arranco apenas despuntan, a veces no puedo de pequeños que están, pero si son de los gordos que ya raspan no puedo evitar intentarlo frenéticamente hasta que, a veces, me llego a escoriar tanto que se me hace una costra y/o tengo que pedirle a esta que me los quite con unas pinzas.
Hasta aquí todo normal, pero resulta que he descubierto una nueva veta de oro; por comodidad de ducharse mas rápido -no por cuestiones estéticas- me recorto los pelos de abajo, el caso es que desde que ando de gira, he dado en hacerlo tambien con los pelos del culo antes de salir de viaje, gasta uno menos papel al limpiarse, y sucede que, a veces, escasea en el tipo de pensiones de mala muerte que frecuento. Llega a pasar que esperas y, cuando crees que ya has terminado, una cagarruta que estaba colgada de una liana se suelta mientras te levantas, y cae en el asiento, una inaceptable asquerosidad. Yo tengo un problema añadido, que me pongo a cagar por la mañana, y se me vence el hotel, y a veces me quedo sentado menos tiempo del que me gustaría y luego noto cosas y tengo que volver a cagar una y hasta dos veces más. Para alguien tan vago como yo es un sacrificio insufrible, porque además me lavo cada vez que acabo.
Con estos antecedentes ya os imaginareis por donde van los tiros, este viaje me he recortado los pelos del culo, pero con prisas, tarde y mal, y notaba yo que me habian quedado ahí mas de los que quisiera, y me ha dado por tirar de ellos, y resulta que salen facil, varios a la vez y sin dolor. Ahora mi nueva afición es arrancarme los pelos del culo, no más tijeras en areas peligrosas, no mas pegotes de jipi cochambroso, ha comenzado una nueva era.