AhoraEsEM rebuznó:
Pues satisfaré su genuina curiosidad.
Lamento su situación y desde luego no quiero ni pensar en lo que habrá pasado a día de hoy por una decisión de juventud, sin duda condicionada por la presión social de muchas otras y no pocos amargados de la vida que, para justificar su situación, querían verle a usted en el mismo barco en que ellos se encontraban.
Su historia es la norma, y los que no se divorcian y claudican, son lo más parecido que el mundo verá a los zombies, los muertos en vida que vagan por el mundo sin razón ni motivo para vivir.
Cuando a mi alguna mujer (siempre son mujeres) me pregunta "y tú, ¿no te vas a casar? ¿no te gustaría estar con una mujer?", como que veo la malicia y mala leche que se oculta tras esa pregunta, sabiendo perfectamente lo que hay y lo que supondría eso para mi.
La dueña de la tienda donde voy a comprar, que es hermana de un amigo mío, en una ocasión que una vecina me soltó eso, no pudo evitar saltar y decir "él está muy bien como está, no le hace falta meterse en problemas de mujeres".
Tocha rebuznó:
Lo que sorprende es que esos medios de comunicacion se rasguen las vestiduras cuando los servicios/camerinos de esas instalaciones podrian contar muchas cosas...
¡¡Venga hombre!!
Que hablen de "moralidad" cuando muchas van a las entrevistas de trabajo con las rodilleras en el bolso.
A mamarla,nunca mejor dicho.
En el pagafántico y vergonzoso libro "el año que trafiqué con mujeres", el autor señala que el mundo de la televisión tiene como trasfondo todo un montaje de prostitución "de lujo" encubierta.
Todas o casi todas las presentadoras que veis en la pantalla están en venta, y todas las que van por ahí montando escándalos del corazón, lo que buscan es subir su caché para que su precio de prostituta suba.
Eso es un hecho sobradamente conocido por todos. Que allí chupen como condenadas para llegar arriba, es de todo menos sorprendente.
Pero eso pasa en todos los trabajos. En un hospital en el que casi estuve viviendo seis meses, algunas enfermeras ya casadas contaban el puterío que había entre enfermeras y médicos, el "este me lo llevo yo y me quita de trabajar". Allí lo que menos se miraba era a los pacientes, y estaban todas más pendientes de las telenovelas de su vida que de su trabajo.
Y no es de extrañar, porque en la facultad donde estudié la carrera, se estudiaba también enfermería, y miren ustedes que los rumores, o incluso rotundas afirmaciones, de que fulanita o menganita estaba aprobando con nota la carrera a base de mamadas, era muy común.
Como anecdotón, un profesor que yo tenía (de económicas, no de enfermería, para desgracia de él), quería ser objeto de tales atenciones por sus alumnas, pero era un tío que por la razón que sea, no caía en gracia a casi ninguna, así que era él el que iba haciendo insinuaciones que eran siempre rechazadas (en teoría) y que luego eran contadas con indignación por las alumnas, para regocijo del resto del personal.
Pero digo casi todas, porque ese profesor en cada evaluación se frotaba literalmente las manos, y en el periodo de tiempo de poner notas, el tío estaba super feliz y contento. Vamos, que el aprobado o notazas de alguna seguro que se había logrado con la mamadita de rigor.
A mi el tío me caía se puta madre, ni que decir tiene. Era verlo frotarse las manos sonriendo y diciendo "mañana LAS que quieran revisar su exámen por si no están contentas con sus notas..." y hacer grandes esfuerzos por contener la risa. Qué grande el tío, que grande.
Ellas ya sabemos lo que son.
Otra cosa importantísima: las mujeres no tienen objetividad alguna si les gusta un tío.
Caso contrario de un chaval que se follaba a la profesora más fea de la facultad, y la tía, sabiendo que aquello cantaba como nada, le cascaba su matrícula de honor, la única asignatura, de las más difíciles además, que el tío aprobó en todo el tiempo que estuvo allí matriculado.
Esos favoritismos para con lo suyo sin tener la más mínima profesionalidad ocurre en ambos sexos, pero no os quepa duda que es muy de mujer.