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Al OLIMPO llegué la primera vez buscando el Fiore. Ni consumí. Era temprano, recién abierto (sobre las 7) Habría 7 chicas. Sólo me llamó la atención una brasileña rubia, cargadita de muslos y culo con cara agradable que sólo me sonreía mientras su amiga me ofertaba una fiesta para los tres. Le dije a la rubia que me sonaba su cara. Su amiga contestó por ella, diciendo que había trabajado en el Gobelas. No tenía intención de quedarme y no me quedé pero me llevé la imagen grabada de la brasileña. Volví a la semana con el objetivo concreto de catarla, pero aquella imagen idílica de chica tímida se derrumbó a cambio de una chica resabida que pronunciaba fatal el castellano y no quería mejorarlo, y con muchas tablas para no gastar energía inútil como si llevara la tira de horas y acababan de abrir. Me fui tras el desencanto.
Resumen:
Hay como diez chicas, ninguna delgada, nivel medio-bajo.
El costo de la consumición y de la habitación es el normal (8+65/120) y a mí no me parece que la calidad esté a la misma altura.
Al FIORE he ido dos veces. Hay de todo. Yo vi unas cuatro chicas que me gustaban entre las 15-20 totales, lo cual es bastante para mi nivel de exigencia. Y una cosa es que me gusten y otra muy distinta que sepan ganarme para llevarme a la cama, que aquí desbarran cantidad. Mira que se lo digo: "¿No tengo cara de tuercebotas verdad? Entonces ¿por qué me tratas como si lo fuera?" (mientras les explico el concepto de tuercebotas aprovecho para repasar su delantera y descubrir cuanta falsedad tiene su pose (el saber escuchar es un grado). A mi me gustan delgadas (que suele haber pocas) y si no son delgadas que tengan las tetas en su sitio (las prefiero operadas a caídas). Estuve con una brasileña rubita, vestido blanco ceñido, roto en franjas horizontales, bajita (le solicité que no se quitara en ningun momento los zapatos y así lo hizo) pero con la tetas más ricas probadas en muuuucho tiempo, increíblemente naturales. Estaba cansada y me gustó, o sea que me la imagino con ganas... Se iba al día siguiente. Y con una paraguaya muy joven que rechacé el primer día y a la que dí una oportunidad el segundo, morena, pelo largo, le falta finura, pero pone interés.No puedo dar nombres porque me acabo aprendiendo los reales y olvidando los nicks laborables. Es un sitio en el que hay mucho cliente habitual "mirón" en horas bajas, y clientes habituales que no invitan nunca previamente para ahorrarse la copa y van directamente a la cama. Y me resulta curioso el ambiente de tíos por la barra sin compañía y yo avasallado por todas, claro. Mi presupuesto siempre es el mismo. Dos consumiciones mías (16), una posible copa chica (20) y habitación media hora (65), o sea 100. Si la chica ha sido gloriosa añado otra copa. Suelo darle la opción de tomarla conmigo abajo (20) o darle a ella directamente la comisión (10). Si prefiere lo segundo es una tía con la que no repito. Una cosa es el sexo sin amor y otra la cosificación de la persona...
Pros:
Es un local con mucho movimiento de chicas, incluso acudiendo días consecutivos.
No he notado presión en las chicas para que dejen de darte la barrila si no consumes o no les invitas a una copa.
El nivel de iluminación es el correctamente bajo para que te hagas el sueco con otras chicas u otros clientes.
Hay taburetes y son móviles.
Tiene tocata para poner video-discos (2 €, dos canciones) y poder bailar con la chica.
Contras:
El reservado es caro (20 minutos, 40 euros) y no puedes tener ningún tipo de relación sexual (para eso te vas a la habitación).
No sé por qué pero la configuración de la barra deja tan poco espacio libre que te empiezas a sentir agobiado a los veinte minutos. Abundando en lo mismo, es muy complicado tener un toqueteo ligeramente reservado con la chica, a no ser que esté atestado de gente.
A otros le parecerá un pro, pero una superpantalla de TV conectada la partido de futbol hace que todos se queden alelados mirándola...
Al GOBELAS fui el sábado a las 7 . Abren a las 6. No había ido desde hace 3 años por la noche con amigos y cuando estaba enamorado, o sease, que se puede decir que era la primera vez que iba realmente. Habría unas veinte chicas. La primera impresión fue seria, porque el nivel del vestuario y del peinado era alto. Era el primer cliente y lo fui, prácticamente, hasta que me fui a eso de las 9,30. Según me apeo en la barra en una zona intermedia para compensar mi falta de enfoque se me acerca la primera tigresa sin tiempo a mirar el horizonte. Tengo ya un callo para resumir que no me lo creo ni yo. Solo ví el perfil de sus tetas para saber que no tenía nada que hacer a no ser que fuera de una oratoria brillantísima. Nada, no se pueden esperar sorpresas... Lo bueno que tiene hablar con un chica que sabes que no te interesa es que te da opción para ir mirando a las otras a tiro de objetivo visual... Y había una barbie que resultó ser rumana que notó que la miré más de dos veces y vino con buen criterio a comprobar mis pensamientos... Era mi tipo, pero no me convencía su movimiento de cintura (en la doble acepción del término, físico y químico). Por lo que accedí a invitarla a una copa (20 €) en el reservado. Allí se corroboraron mis sospechas, ni besaba, ni enseñaba, ni se dejaba, ni... No se podía creer la niña mi negativa a subir a la habitación. Fue tan prologada la estancia en el reservado que las chicas pensaron que había subido a la habitación y me dejaron en paz al volver a la barra por mi segunda cerveza. Fue cuando pude examinar el panorama general: Estaba el grupito de las rumanas que eran muñecas pero con la frialdad contrastada ya no quería saber nada con ninguna otra. Estaba otro grupo de brasileñas no tan corporativistas. Una cubana y una dominicana. De infarto no había ninguna. La dominicana era un pedazo de mujer, me acerqué para pedirle se incoporase y efectivamente solo verla moverse imponía. Tetas grandes y semiblandas, labios gruesos, pero muy aceptable...si no fuera por cierta "falta de feminidad en sus palabras". Acabé haciendo caso a una brasileña con cara indígena muy atractiva. Se llamaba Caren y decía llevar un año allí. Pone mucho interés y tiene morbo porque su sonrisa permanente en la sala adquiere un perfil ciertamente vicioso en la habitación. Tiene 36 años pero no lo parece y tenía unas piernas fibrosas con los músculos marcados pero sin pasarse. Tiene el cabello muy largo y ayuda en el momento adecuado. La recomiendo.
Pros:
Sala de barra grande,
Reservado con copa a precio de barra (20 €) para la chica,
Habitaciones buenas con el espejo paralelo a la cama que ayuda cantidad.
No tienes el típico timbre de cumplimiento de tiempo, es la chica la que tiene que controlar, por lo que el ritmo lo pone ella.
Existe la posibilidad de salir a la calle desde la habitación sin pasar por la sala o barra.
Contras:
El reservado no deja de ser el pasillo de las habitaciones por lo que de reserva tiene poco, no tiene sofás, sólo butacas, por lo que sólo resta a la chica sentarse en tus piernas, o tener una relación platónica en la distancia.
La habitación adquiere unos precios serios: 75 € media hora
Los pocos taburetes están fijos y, lógicamente, ocupados por las chicas.
La iluminación me parece excesiva y plana, (mejor con mas tamizada y con penumbras de fondo). Por la noche debe cambiar, supongo. Yo lo recordaba más oscuro.
Y, por fin, el puticlub de DURANGO cuyo nombre no recuerdo -Aran, o algo así-. Un desastre. No entiendo como se soporta con los precios porque son los normales de los otros. El local cutre, las habitaciones son garitos con techo bajo, claustrofóbicos, bue...yo cuando entré pedí el cambio y me dejaron una doble. Cuando pasé por allí, hace una semana, habría unas ocho chicas a la vista, pero no veía poesía por ningún lado. El colmo de la vulgaridad fue el saludo de una chica dándome una palmada en la espalda con compostura de camionera. Ya pensaba irme cuando al girar la cabeza vi a una morena con buena planta que apareció (tal vez del interior) y la invité a que se acercará. Estaba bien, muy aprovechable, treinta y seis años bien llevados. Me fui al reservado (un descojono surrealista de reservado) con su copa y tuvo arte para ponerme un poco después de mi desencanto inicial. El cuerpo era de 8 alto, bien. Pero de una mujer que presume de hacer hasta nueve servicios diarios poco se puede esperar... todo muy cerebral! Logré entender por qué estaba ella allí, no me cuadraba, pero claro así tiene menos competencia. El nivel de clientela, en la hora escasa que estuve allí me parecían habituales (jubilados que tenían sus "amiguitas" y "amiguitos" que venían a por la brasileña). No me verán por allí.
Contras: todos, ...bueno diré que la música que pusieron (salsa) me agradó.