Sir Ano de Bergerac
La becaria de Aramís Fuster.
- Registro
- 10 Abr 2007
- Mensajes
- 15.910
- Reacciones
- 9.819
Como habréis podido comprobar, no he querido utilizar la palabra amor en el título, para mi las relaciones continuadas no implican amor, se trata de una simbiosis en la que se intercambian favores, el amor hacia las mujeres sólo lo concibo en el sexo.
Vamos a llamar amor a ese pacto para que el hilo nos quede mas bonito.
Juguemos a amar, el amor es un juego, jugar con fuego. Puede ser divertido pero muchas veces salimos escaldados, si veis a vuestra pareja como a una mujer cualquiera, os quemaréis, a partir de ahora es nuestra enemiga, los que hayáis leído a Sun Tzu tendréis la estrategia de vuestro lado. Un error común que a la larga sale muy caro es confiarse, perder el miedo a tu pareja y mostrar debilidad, creemos las bellas palabras que nos susurran después de follar, pensamos que es nuestra cómplice, que podemos confiar todo en ella. Mal, en cuanto ella se crea superior a ti te pisará, cada vez el sexo será mas escaso, dejará de preocuparse de ti, te tratará con desprecio hasta que un día llamará pidiéndote perdón, ha sido infiel, dirá todo esto en un impotente llanto, conseguirá incluso que sientas pena por ella, tan sólo se trata de otro truco para hundirnos todavía más.
Ya no es la dulce Damisela de la que nos enamoramos ¿verdad?
El amor, cual potente droga hará que cambie nuestra percepción, hará que nos descuidemos y por una sola dosis más llegaríamos a cometer locuras, por eso, si queremos jugar a drogarnos, hemos de saber cuales son sus consecuencias y que flancos no debilitar, sino nos convertiremos en yonkis, caricaturas de lo un día fuimos.
Por eso ante las mujeres hemos de mostrarnos como semidioses, seres inquebrantables que no dependen de su amor ni derramarían una sola lágrima si éste faltara. Yo por mi parte estoy haciendo bien mis deberes y cada día soy más parecido a aquello que aparento ser.
(todo esto puede ser extrapolable a la inversa, nosotros también podemos ser bastante hijos de puta)
Vamos a llamar amor a ese pacto para que el hilo nos quede mas bonito.
Juguemos a amar, el amor es un juego, jugar con fuego. Puede ser divertido pero muchas veces salimos escaldados, si veis a vuestra pareja como a una mujer cualquiera, os quemaréis, a partir de ahora es nuestra enemiga, los que hayáis leído a Sun Tzu tendréis la estrategia de vuestro lado. Un error común que a la larga sale muy caro es confiarse, perder el miedo a tu pareja y mostrar debilidad, creemos las bellas palabras que nos susurran después de follar, pensamos que es nuestra cómplice, que podemos confiar todo en ella. Mal, en cuanto ella se crea superior a ti te pisará, cada vez el sexo será mas escaso, dejará de preocuparse de ti, te tratará con desprecio hasta que un día llamará pidiéndote perdón, ha sido infiel, dirá todo esto en un impotente llanto, conseguirá incluso que sientas pena por ella, tan sólo se trata de otro truco para hundirnos todavía más.
Ya no es la dulce Damisela de la que nos enamoramos ¿verdad?
El amor, cual potente droga hará que cambie nuestra percepción, hará que nos descuidemos y por una sola dosis más llegaríamos a cometer locuras, por eso, si queremos jugar a drogarnos, hemos de saber cuales son sus consecuencias y que flancos no debilitar, sino nos convertiremos en yonkis, caricaturas de lo un día fuimos.
Por eso ante las mujeres hemos de mostrarnos como semidioses, seres inquebrantables que no dependen de su amor ni derramarían una sola lágrima si éste faltara. Yo por mi parte estoy haciendo bien mis deberes y cada día soy más parecido a aquello que aparento ser.
(todo esto puede ser extrapolable a la inversa, nosotros también podemos ser bastante hijos de puta)