Lo mejor, y a la vez lo peor, al menos en mi caso, a partir de 2003 cuando ponemos Internet en casa, es que tenías TODO. ¿Qué solo tenias uno o dos discos de tu grupo favorito? Te encontrabas con la discografía, demos, conciertos... Al igual que con el cine. Con todo lo que me gustaba ir al videoclub, de un día para otro dejó de tener sentido.
Poder interactuar en foros con gente con tus mismas aficiones e irte después de conciertos o cervezas con ellos. Ligar con tipas que en persona eran un orco o, con suerte, follar con alguna que merecía la pena.
Poder leer sobre cualquier tema, hasta el que resultara más bizarro.
Bendita revolución la de esos años.