Cuando yo me fui a examinar todo el mundo estaba de los putos nervios, pues uno de mi grupo estaba tan tranquilo y en el bar se atizó tres cigalots (carajillos) bien cargados antes del examen, así, uno tras otro, y el hijoputa volvió a casa con el aprobado bajo el brazo.
Un hombre con confianza en sí mismo muy poco tiene que temer.
Yo el teórico me lo saqué a la primera y el práctico a la segunda, por si a alguien le interesa.