Der Führer Face
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Sí, mucho quejarse pero seguro que por las tardes, cuando acaba su jornada laboral matinal, se mete en bares y restaurantes con terrazas atestadas de gente donde te estás chocando con tu silla con los que están sentados en la mesa de al lado. Siendo una funcivaga no me extraña; están muy gilipollas desde que acabó el estado de alarma y se reinició la actividad de la administración en general. Anda que esto del virus no les ha venido bien ni nada; si antes se tocaban los huevos o el higo en su caso a dos manos, ahora con más razón todavía.Me pasó un caso parecido haciendo cola en el DIA.
Había una mujer pagando, funcionaria para más señas (detalle importante), y se sintió como agobiada por que , según ella, no había separación suficiente. Y se puso a vociferar como una localcoño (bueno, lo que es):
- ¡¡ A VER, QUÉ NO APRENDEMOS !! Estamos en pandemia, en oleada y seguimos y seguimos.
Yo que la escucho desde atrás, guardando bien la disstancia:
- Ahora voy yo y digo ¡¡HAIL HITLER !! y la tenemos liada ...
Sonrisillas por todos lados, y la tia todo gñe.
Yo que tengo que tratar con ellos asiduamente lo vivo en mis carnes; no te dejan entrar en ningún edificio de algún organismo oficial salvo causas muy justificadas y según como se levante ese día el guardia civil o segurata de la puerta y, cuando lo hacen, no te dejan entrar en la oficina, todo a través de mostradores con mamparas que han montado en todos sitios. Se pensarán que vamos a pegarles la peste bubónica o algo por el estilo.
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