Sir Ano de Bergerac
La becaria de Aramís Fuster.
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Coño, es que qué quieres. Si diseñas un plan desde todos los frentes posibles para deprimir masivamente a la población se parecería mucho a eso que han llamado ’pandemia covid 19’.Esto también lo observo yo. Nadie, absolutamente nadie de mi alrededor, está de mejor humor que en 2019. Todo el mundo, yo incluido, está de peor humor, más depresivo, más triste, más desesperanzado, más cansado, más fatigado mentalmente. Todo el mundo ve el el futuro más negro y nadie lo mira con ilusión ni esperanza. Nadie cree que vaya a ser mejor. Todo el mundo cree que va a ser peor. La sociedad en su totalidad está mucho más depresiva.
Y mira que gran parte de mis amistades suda bastante de esta mierda, pero el bajón asedia desde tantos flancos que aunque no quieras, te acaba afectando. Cuando no han sido los meses de toque de queda en los que daba rollo quedar porque, total, a las 9 hay que estar recogiéndose, han sido los otros que no están de tan buen humor porque les han quitado su deporte, sus clases de bachata, han engordado, les ha dejado la novia, han perdido el trabajo, o tienen que hacerlo 8 horas con una mascarilla puesta que los deja mareados y exhaustos.
Todo el contingente intangible que hace de tu vida algo mejor y más luminoso ha pasado a ser estigma de irresponsabilidad y de ser un cabrón, vaya. Y todos se achantan mucho ante la presión social, prefieren pagar con su salud mental. Quizá parezca que ha pasado una eternidad, pero en navidad la campaña de acoso no era contra los jóvenes, sino contra aquellas familias incívicas que se reunían en una casa a celebrar la nochebuena. La gente de bien no lo hacía, claro.
Año y medio de ambiente apocalíptico, de crispación política y ciudadana donde la mayoría mira cómo se comporta su vecino para afeárselo (¿os acordáis de los policías del balcón?), de negatividad chunga, de falta de amor. De vez en cuando me miro y me digo que bastante bien estoy, bastante poco me ha afectado y bastante poco me he permitido que se inmiscuya en mi vida toda esta situación para lo que ha sido. Porque ahora la afición favorita de los normies de las vacunas es sondear sobre todos sus contactos quién se ha vacuñado y quién tiene la intención de no hacerlo; así que toca ponerse firmes y a defender a la conspiranoia ante toda la familia de manera interminable.
Como si a los demás no nos hubiera afectado el no ver a nuestros hamijos/ vida social/ laboral.
Hemos estado viviendo en una sociedad muy edulcorada, con colchón/ comodidades para todo, todo color de rosa y ha venido de repente EL BOFETON.
Es que eso es lo que digo, que a todos nos ha afectado.
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