Me susurra una garganta profunda que en algún hospital, que tienen más puertas que Versalles ventanas y no les da la pasta para prosegures, ponen a los celadores a vigilar y a pedir pasaportes kobitz a acompañantes y familiares.
En una época normal diría que no puede ser verdad, pero en la que estamos me imagino a los torrebrunos que empujan los carritos haciéndoles frente a los dos calorros de 100 kilos que acompañan a la Gypsy Queen. También me imagino a los celadores diciendo que a ellos les pagan para empujar sillas de ruedas, no para batirse en duelo de navajas y que a tomar por el culo, que contraten prosegures.
Tiene que darse en breve un crío ingresado y que no dejen entrar a los papás porque no están vacunados, que vamos a ver a los topboxes disparando por los hospitales y reduciendo miserablemente a los débiles con el beneplácito (incluso el aplauso) del resto de yonkis de la tele.
Se vienen tiempos aciagos.