Cruzada contra el porno y la prostitución

De todas formas quien recurre a la prostitución cruza un umbral que no se borra con el paso del tiempo, pues esa acción forma parte de su historia vital y de su identidad moral. Aunque deje de consumir durante años, la experiencia no desaparece: permanece inscrita en su biografía, marcando la forma en que se relaciona con la sexualidad, con las personas y consigo mismo. Así, ser consumidor de prostitución no depende solo de la frecuencia actual, sino del hecho irreversible de haberlo sido alguna vez.

Amigo Truja, me parece bien este hilo y que intentes elevar la dignidad de los foreros, que estamos muy falticos de ella, y del mundo en general.

Pero tu discurso se está volviendo de un puritano y de un críptico artificioso que tira p'atrás.

Relájate, edúcanos, firme en tus convicciones pero comprensivo de la naturaleza y de las debilidades humanas; intenta guiar al rebaño, pero no le des demasiado la barrila, que puedes espantarlo...
 
Editado cobardemente:
Amigo Truja, me parece bien este hilo y que intentes elevar la dignidad de los foreros, que estamos muy falticos de ella, y del mundo en general.

Pero tu discurso se está volviendo de un puritano y de un críptico artificioso que tira p'atrás.

Relájate, edúcanos, firme en tus convicciones pero comprensivo de la naturaleza humana; intenta guiar al rebaño, pero no le des demasiado la barrila, que puedes espantarlo...

Fijate, leyendo como habla sobre religión este supuesto curo estoy empezando a pensar que se trata de Darkiano o Verruga troleando
 
Fijate, leyendo como habla sobre religión este supuesto curo estoy empezando a pensar que se trata de Darkiano o Verruga troleando

Es Darkiano haciendo uno de los típicos hilo de Darkiano.


A ver @Trujamán, que nos enteremos bien. Y entonces las pajas esas entre colegas que tanto ansías ¿las quieres hacer sin porno mediante?
 
Amigo Truja, me parece bien este hilo y que intentes elevar la dignidad de los foreros, que estamos muy falticos de ella, y del mundo en general.

Pero tu discurso se está volviendo de un puritano y de un críptico artificioso que tira p'atrás.

Relájate, edúcanos, firme en tus convicciones pero comprensivo de la naturaleza y de las debilidades humanas; intenta guiar al rebaño, pero no le des demasiado la barrila, que puedes espantarlo...

Amigo Truja, me parece bien este hilo y que intentes elevar la dignidad de los foreros, que estamos muy falticos de ella, y del mundo en general.

Pero tu discurso se está volviendo de un puritano y de un críptico artificioso que tira p'atrás.

Relájate, edúcanos, firme en tus convicciones pero comprensivo de la naturaleza y de las debilidades humanas; intenta guiar al rebaño, pero no le des demasiado la barrila, que puedes espantarlo...
Queridos hermanos conforeros:

El Señor nos recuerda hoy que fuimos creados para amar y ser amados, no para ser usados ni para usar a los demás. Sin embargo, vivimos en un mundo donde tantas veces se confunde el amor con el consumo, y la dignidad con el deseo pasajero. La prostitución y la pornografía aparecen como ofertas fáciles, como promesas de alivio para la soledad o el cansancio del corazón. Pero, al final, dejan siempre un vacío mayor: “El que beba de esta agua volverá a tener sed” (Jn 4,13).

No se trata de juzgar a nadie. Todos conocemos nuestra fragilidad, y todos hemos sentido la tentación de buscar consuelo en lo inmediato. Pero el Señor nos dice: “¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?” (1 Co 6,19). Eso significa que cada uno de nosotros tiene un valor infinito, un valor que no se compra ni se vende.

La prostitución hiere a quienes son obligados a ofrecerse y también a quienes buscan allí un remedio rápido. La pornografía adormece el corazón, lo acostumbra a mirar al otro como objeto, y poco a poco debilita la capacidad de amar de verdad. “Todo me está permitido, pero no todo me conviene” (1 Co 6,12). Son cadenas que atan la libertad.

Pero hermanos, la buena noticia es que siempre hay un camino de vuelta. Nuestro Dios no se cansa de perdonar: “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rm 5,20). Él nos llama a descubrir la belleza de relaciones limpias, de amistades sinceras, de un amor que no humilla sino que engrandece.

Por eso, no tengamos miedo. Si hemos caído, confiemos en la misericordia: “El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia” (Sal 103,8). Si estamos tentados, recordemos que no estamos solos: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20).

El rebaño camina junto, y el Buen Pastor nunca abandona a sus ovejas. Sigamos caminando, paso a paso, hacia ese amor que no se compra, hacia esa libertad que sólo Cristo puede dar: “Para ser libres nos liberó Cristo” (Ga 5,1).

Señor Jesús, Buen Pastor, enséñanos a ver con tus ojos, a amar con tu corazón y a respetar la dignidad de cada hermano. Libéranos de todo lo que oscurece el amor verdadero y haznos testigos de tu misericordia. Amén.
 
La prostitución y la pornografía, presentadas muchas veces como expresiones de “libertad”, ocultan en realidad profundas heridas para el cuerpo, la mente y el alma. No son simples prácticas privadas: generan una cadena de sufrimiento humano y social difícil de medir.

En el cuerpo, la prostitución expone a enfermedades de transmisión sexual, a embarazos no deseados, a violencia física y a un desgaste orgánico acelerado. La pornografía, aunque no siempre implique contacto directo, degrada la percepción del cuerpo humano, reduciéndolo a un objeto de consumo, lo que abre la puerta a conductas compulsivas y a la pérdida de respeto por la salud propia y ajena.

En la mente, ambas industrias siembran distorsiones profundas. La persona prostituida suele cargar con traumas, depresión, ansiedad y un sentimiento constante de despersonalización. El consumidor de pornografía queda atrapado en una espiral de adicción, donde la dopamina sustituye al afecto real y donde la insatisfacción crece sin remedio. El deseo deja de ser un camino hacia el encuentro humano y se convierte en un laberinto de obsesiones.

En el alma, el daño es aún más silencioso. La prostitución arranca a la persona de su dignidad y la somete a la lógica del mercado: su ser se cotiza, se negocia, se compra. La pornografía anestesia la conciencia, enfría la capacidad de amar y convierte el misterio de la intimidad en un espectáculo vulgar. Ambas prácticas erosionan la noción de persona como fin en sí mismo, sustituyéndola por la idea de objeto para usar y desechar.

En conjunto, prostitución y pornografía levantan una cultura de la cosificación, donde el amor verdadero pierde terreno y donde la ternura se sustituye por la transacción. El cuerpo, que debería ser templo y lenguaje de entrega, se vuelve mercancía. La mente, que debería albergar pensamientos nobles, se acostumbra a la obsesión y al vacío. El alma, llamada a la comunión y a la esperanza, se siente rota y sin horizonte.

El camino de sanación requiere mirar de frente esta realidad, defender la dignidad de cada persona y volver a descubrir que el amor humano es más que deseo: es entrega, respeto y comunión.

Podrías sustituir "prostitución" y "pornografia" por mil cosas más. Es como los horóscopos 😁😁
 
¿Desde cuando el Antiguo Testamento ha sido sutil? ¿Es que no te acuerdas de Noé y sus hijas?
Lot que sus hijas eran inductoras al alcoholismo y al incesto.

Noe era zoofílico y alguna petada de culo le caía a los hijos también.
 
Editado cobardemente:
El porno es una putísima mierda, de almas pobres, aunque por inercia y falta de autocontrol aún caiga alguna paja.

Las putas necesarias en algunas ocasiones, en contadas ocasiones.
 
El porno es una putísima mierda, de almas pobres, aunque por inercia y falta de autocontrol aún caiga alguna paja.

Las putas necesarias en algunas ocasiones, en contadas ocasiones.
Me acuerdo que una vez un feligrés me dijo: "Las putas y los gitanos son las mejores personas que existen ya que son los únicos que están allí siempre que los necesitas".
 
Me acuerdo que una vez un feligrés me dijo: "Las putas y los gitanos son las mejores personas que existen ya que son los únicos que están allí siempre que los necesitas".

El porno y la prostitución nunca desaparecerán. Únete o échate a un lado, ex pajillero traumatizado de los cojones jajajajajaja
 
El porno es una putísima mierda, de almas pobres, aunque por inercia y falta de autocontrol aún caiga alguna paja.

Las putas necesarias en algunas ocasiones, en contadas ocasiones.
Jejeje, pa que dejes de pagar impuestos no, pero pa dejar de ver porno ahí están los primeros los miembros del clero.
Pues menuda puta mierda de vida.
 
El porno y la prostitución nunca desaparecerán. Únete o échate a un lado, ex pajillero traumatizado de los cojones jajajajajaja
Todo mal se erradicará en el juicio final. Mientras tanto es mi deber tratar de salvar el mayor número de almas posible.

Cristo iba a los enfermos y no a los sanos, por eso estoy aquí.
 
La prostitución y la pornografía, presentadas muchas veces como expresiones de “libertad”, ocultan en realidad profundas heridas para el cuerpo, la mente y el alma. No son simples prácticas privadas: generan una cadena de sufrimiento humano y social difícil de medir.

El cristianismo fundamental y el marxismo, dos caras de la misma moral totalitaria.
Váyase a tomar por culo.
 
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