Cuando era más joven y estuve en Italia, país en el que he vivido y recorrido en sucesivos viajes, quedé entusiasmado por las mozas autóctonas. Traté con muchas de ellas y me follé algunas, concretamente a dos, una de poca estatura, un escaso metro y medio, y mi entrepierno quedó gratamente sorprendido. Quizás por el estado mental en el que me encontraba, y el buen recuerdo que tengo de mis andanzas por el país, sigo teniendo una visión algo idealizada de Italia, y sus hembras me siguen poniendo morcillón.
Pero básicamente, tías buenas, ultrafollables y tal, diría que en países blancos en general, siempre que no sea Portugal, donde la tasa de mostachos femeninos en el surco nasolabial en lugar de la panocha (donde tampoco me gusta la pelambrera) es bastante elevado. Quizás habría que excluir Andorra, donde también he visto a mucho portugués cuando he estado.
Fuera de la majestuosa y hermosa raza caucásica, solo hay orcos, adefesios y engendros con los que solo puedes relacionarte mediante cacahuetes.