Cuando me comportaba como la niña del exorcista

carapito

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8 Ago 2009
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Tendría yo 12 años, verano, era feliz, tenía energía y la gastaba prácticamente dándole a la zambomba.

Pero amigo, el acojone llegó. Me encontraba con mi familia en la playa jugando a la pelota cuando me dió el flato, yo pensaba que sería por algún mal gesto cayéndome en la arena que hizo que me doliera el pecho, como una falta de aire cuando te llevas un balonazo en la boca del estómago.

Me acojoné un poco porque me parecía un dolor desproporcionado al golpe sufrido, pero bueno, habría pillado alguna piedra bajo la arena o el paquete y medio de galletas que me pimplé para desayunar estaba pidiendo salida.

El caso es que no se me pasó el dolor cuando a la noche fui a la cama. Me dormí enseguida y al despertar no me dolía nada pero sí que tenía una fatiga de la hostia, como una mala resaca.

Voy a la cocina a desayunar y mi madre, con la cara muy blanca me pregunta si recuerdo algo de esta noche. Flipando con la pregunta me explica que a eso de las 2 de la madrugada me levanté de la cama y me puse a apretar los dientes y los puños como si quisiera convertirme en supersayan, mis padres intentando agarrarme y yo haciendo tanta fuerza que no sé cómo no me cagué encima.

Y esa historia se repitió noche tras noche, sin respirar, chillando con la boca cerrada, todas las venas de los brazos como troncos de lechuga.

Acudimos al médico y el hijo de puta no se lo creía. Es más, se reía, igual se pensaba que no teníamos otra cosa que hacer que ir allí a echar la mañana por aburrimiento. Mi madre se puso tan tensa que dio un puñetazo en la mesa y se puso de pie como para arrancarle la cabeza, ahí el tipo reculó y dijo que vale, que no durmiera por la noche y que fuera al día siguiente al hospital para que me vieran dormir.

Esa noche estuve aguantando todo lo que pude, pajas con el programa "el puente" de Telecinco (ay hamijos la era preinternet que tenía esos regalitos), gameboy, paseos por el pasillo, lo que sea para aguantar. A la mañana siguiente voy al hospital y me meten en una sala. Me quedo sopa al momento y horas después me despierta una enfermera alucinando con lo que había vivido.

Entra el médico y lo primero que hace es pedir perdón a mi madre, que no había visto antes nada igual. 2 médicos y 3 enfermeras agarrándome durante el ataque y no podían con el niño de 50 kilos.

Resonancias, mil pruebas, me sentía Rick Moranis cuando se convierte en el maestro de las llaves y Egon le escanea el cerebro.

Conclusión: parasomnia, terrores nocturnos, ni exorcismos ni nada, todo muy flojo, sin loles, sin remedio, sin cura y sin una explicación que nos convenciera. Y como vino se fue, y hasta hoy. Y quién sabe si algún día volverá.

De ser así por mis muertos que me grabo y lo subo al foro.

Alguien ha tenido una experiencia similar?
 
Recuerdo vágamente de muy crío, en Ágreda, estar al borde de la muerte con delirium tremens, delirando mientras hablaba con enanos que se descolgaban del techo.
Una bañera de agua fría, escalofríos, túnel luminoso, la nada, no ser, PAZ...

Y sí, no lo soñé. Me lo confirmó mi madre hace poco.

Con 3 o 4 años aún no tomaba drogas, cabrones...:lol:
 
Yo tampoco macuerdo de lo que pasa cuando duermo. Asi que mi respuesta es SI también.

Pero un si por causa distinta a la de @4tr31d3s . No hay redundancia.
 
Yo cuando me corro, me da la vuelta entera la cabeza. Un poco antes de correrme, grito "ya están aquiii"
 
Yo soy sonámbulo desde que era pequeño, en los últimos tiempos se ha atenuado bastante mi sonambulismo, pero tuve épocas en las que me levantaba por las noches y agredía a miembros de mi familia, tal y como podría contar mi madre, a la que en una ocasión le apreté la muñeca forcejeando con ella y no se la partí de milagro, o incluso algún intento de estrangulamiento. Mis progenitores no podían contener mi violencia y en alguna ocasión, cuando no cedía, me gritaban que despertase y tal y ahí se acababa el tema.

En otras ocasiones me limitaba a gritar o a insultar a diestro y siniestro y me levantaba poseído por un odio infinito. Podría contar muchas anécdotas al respecto.

Recuerdo que muchas veces, durante la vigilia, veía a gente que quería agredirme en mi habitación y que se abalanzaban sobre mi cama, lo cual provocaba a veces reacciones de pánico o bien de violencia desatada.

Al día siguiente, cuando me despertaba, cuando no había sido necesario despertarme bruscamente, tenía recuerdos desordenados y como nebulosos de lo acontecido la noche anterior. Desde hace un par de años los episodios de sonambulismo han ido desapareciendo y últimamente duermo profundamente toda la noche sin problema.
 
Yo también he ido al médico varias veces con mis padres, así que SÍ.
 
Tendría yo 12 años, verano, era feliz, tenía energía y la gastaba prácticamente dándole a la zambomba.

Pero amigo, el acojone llegó. Me encontraba con mi familia en la playa jugando a la pelota cuando me dió el flato, yo pensaba que sería por algún mal gesto cayéndome en la arena que hizo que me doliera el pecho, como una falta de aire cuando te llevas un balonazo en la boca del estómago.

Me acojoné un poco porque me parecía un dolor desproporcionado al golpe sufrido, pero bueno, habría pillado alguna piedra bajo la arena o el paquete y medio de galletas que me pimplé para desayunar estaba pidiendo salida.

El caso es que no se me pasó el dolor cuando a la noche fui a la cama. Me dormí enseguida y al despertar no me dolía nada pero sí que tenía una fatiga de la hostia, como una mala resaca.

Voy a la cocina a desayunar y mi madre, con la cara muy blanca me pregunta si recuerdo algo de esta noche. Flipando con la pregunta me explica que a eso de las 2 de la madrugada me levanté de la cama y me puse a apretar los dientes y los puños como si quisiera convertirme en supersayan, mis padres intentando agarrarme y yo haciendo tanta fuerza que no sé cómo no me cagué encima.

Y esa historia se repitió noche tras noche, sin respirar, chillando con la boca cerrada, todas las venas de los brazos como troncos de lechuga.

Acudimos al médico y el hijo de puta no se lo creía. Es más, se reía, igual se pensaba que no teníamos otra cosa que hacer que ir allí a echar la mañana por aburrimiento. Mi madre se puso tan tensa que dio un puñetazo en la mesa y se puso de pie como para arrancarle la cabeza, ahí el tipo reculó y dijo que vale, que no durmiera por la noche y que fuera al día siguiente al hospital para que me vieran dormir.

Esa noche estuve aguantando todo lo que pude, pajas con el programa "el puente" de Telecinco (ay hamijos la era preinternet que tenía esos regalitos), gameboy, paseos por el pasillo, lo que sea para aguantar. A la mañana siguiente voy al hospital y me meten en una sala. Me quedo sopa al momento y horas después me despierta una enfermera alucinando con lo que había vivido.

Entra el médico y lo primero que hace es pedir perdón a mi madre, que no había visto antes nada igual. 2 médicos y 3 enfermeras agarrándome durante el ataque y no podían con el niño de 50 kilos.

Resonancias, mil pruebas, me sentía Rick Moranis cuando se convierte en el maestro de las llaves y Egon le escanea el cerebro.

Conclusión: parasomnia, terrores nocturnos, ni exorcismos ni nada, todo muy flojo, sin loles, sin remedio, sin cura y sin una explicación que nos convenciera. Y como vino se fue, y hasta hoy. Y quién sabe si algún día volverá.

De ser así por mis muertos que me grabo y lo subo al foro.

Alguien ha tenido una experiencia similar?

¿Tuviste más episodios así después del dictamen del médico? ¿Cómo fueron? He visto ataques de esos en críos y no tan críos, de tener que ponerles mordaza para que no se jodiesen los dientes y sujetarlo entre 6 porque era imposible, la madre con crisis de pánico, etc. Todo un show digno de ver.
 
¿Tuviste más episodios así después del dictamen del médico? ¿Cómo fueron? He visto ataques de esos en críos y no tan críos, de tener que ponerles mordaza para que no se jodiesen los dientes y sujetarlo entre 6 porque era imposible, la madre con crisis de pánico, etc. Todo un show digno de ver.
Sólo los tuve ese verano, de principios de julio a mediados de agosto, me dejaron en paz para que viera el Teresa Herrera tranquilo [emoji38]

Mi madre sí que temía que en una de esas apretadas de dientes me pillara la lengua y me la arrancara, pero se ve que mi cuerpo es menos subnormal inconsciente que consciente.
 
Suerte tuviste entonces, eso es todo un caso digno de ver, como ya he dicho meter una mordaza para que no se destroce los dientes o se pille la lengua y tener que estar 6 agentes encima sujetando a la persona, y no poder hacerse con ella hasta que de pronto llega la calma, se deja caer en la cama y vuelve la tranquilidad.
 
Suerte tuviste entonces, eso es todo un caso digno de ver, como ya he dicho meter una mordaza para que no se destroce los dientes o se pille la lengua y tener que estar 6 agentes encima sujetando a la persona, y no poder hacerse con ella hasta que de pronto llega la calma, se deja caer en la cama y vuelve la tranquilidad.
Había padres que os llamaban cuando veían eso?
 
Había padres que os llamaban cuando veían eso?

Padres, parejas, ten en cuenta que si es la primera vez que le pasa a una persona, su familia lo que hace es ponerse en lo peor, llamar al 112 y que vayan sanitarios y nosotros "por si acaso"
 
Un dia de mierrrcoles , que libraba un pana mio, acostumbrabamos ha ir a andar, pero a andar de verdad (unos 20-25 km) y luego nos liabamos a botellines.
Ese día nos fuimos a comer, bien de vino y luego unos licores de café (invento del demonio), y al final lo coronamos con nos cubatas de diz.
No se si me dolió el pecho, la cabesa, ni nada. Ni siquiera recuerdo nada.
Me contó la parienta que como no podía conmingo hubo de llamar al nene, que en aquel tiempo contaba con 14 años, para subirme por las escaleras, desnudarme y acostarme. Me culpó de crearle un trauma y que por eso nos salió así y esas cosas.

Hasta hoy no me ha vuelto a pasar, asínquecualo es un acaso como el del pana Carapito.

K♂rma y ♪ chus no bebas tanto, no pierdas la cabesa ♫
 
La historia es como la del dia de la bestia con el crio que tendría lo mismo y la madre con el ramo de ajos.

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Un dia de mierrrcoles , que libraba un pana mio, acostumbrabamos ha ir a andar, pero a andar de verdad (unos 20-25 km) y luego nos liabamos a botellines.
Ese día nos fuimos a comer, bien de vino y luego unos licores de café (invento del demonio), y al final lo coronamos con nos cubatas de diz.
No se si me dolió el pecho, la cabesa, ni nada. Ni siquiera recuerdo nada.
Me contó la parienta que como no podía conmingo hubo de llamar al nene, que en aquel tiempo contaba con 14 años, para subirme por las escaleras, desnudarme y acostarme. Me culpó de crearle un trauma y que por eso nos salió así y esas cosas.

Hasta hoy no me ha vuelto a pasar, asínquecualo es un acaso como el del pana Carapito.

K♂rma y ♪ chus no bebas tanto, no pierdas la cabesa ♫

¿Cómo os salió el crío?
 
Es un claro síntoma de estrés postraumático, todos los que hemos luchado en Vietnam los hemos sufrido alguna vez

Es algo normal en niños que han sufrido abusos sexuales
 
Con cierta frecuencia padezco episodios de parálisis del sueño y alucinaciones hipnagogicas, a veces combinadas. Siempre al despertar de la siesta, nunca por la noche.

La primera de ellas acontece en la duermevela que precede a la toma de conciencia. Sabes que estás en tu cama, a punto de despertar, pero no eres capaz de moverte. Notas que los músculos respiratorios quieren funcionar, pero no eres capaz de forzar el diafragma metiendo aire, quieres incorporarte y no eres capaz ni de mover un meñique. Muy angustioso todo, aunque sean pocos segundos.

Y para completar la experiencia, a veces viene con regalito alucinatorio: una gigantesca araña peluda que cae de la lampara real que ya puedes ver, una rata corriendo por la almohada, una cuchilla filosa viniendo de frente. Una maravilla, en suma...
 
Última edición:
Con cierta frecuencia padezco episodios de parálisis del sueño y alucinaciones hipnagogicas, a veces combinadas. Siempre al despertar de la siesta, nunca por la noche.

La primera de ellas acontece en la duermevela que precede a la toma de conciencia. Sabes que estás en tu cama, a punto de despertar, pero no eres capaz de moverte. Notas que los músculos respiratorios quieren funcionar, pero no eres capaz de forzar el diafragma metiendo aire, quieres incorporarte y no eres capaz ni de mover un meñique. Muy angustioso todo, aunque sean pocos segundos.

Y para completar la experiencia, a veces viene con regalito alucinatorio: una gigantesca araña peluda que cae de la lampara real que ya puedes ver, una rata corriendo por la almohada, una cuchilla filosa viniendo de frente. Una maravilla, en suma...

A veces me ha ocurrido (y sigue ocurriendome) esto. Lo mejor, es cuando tu alucinación reina es que se te plante la jeta del capitán Howdy y no puedas hacer nada para echarlo de tu mente.
 
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