El amor es el motor de todo. Luego viene el miedo, el odio y toda esa basura. La debilidad mental o espiritual, como prefiráis. La supervivencia es algo que simplemente sucede, pero no implica necesariamente miedo. Tendemos a lo sublime, por cursi que suene, y por eso sobrevivimos y evolucionamos. Porque hemos pasado de matar lo que pilláramos para seguir vivos en una cueva hedionda a poder contemplar un paisaje flipante escuchando a Mike oldfield (o lo que te mole), mientras hablamos con alguien al otro extremo del mundo. La contemplación y la comunicación son el fin último de nuestra especie. La armonía, el amor. Si no, de qué.
A la vez crece el caos y la destrucción como su consecuencia. Hay más Bien y Mal concentrados en este planeta que nunca. Pero el bien triunfará, hermanos. Si no, veos El Señor de los Anillos o Star Wars. Que no os enterais.