Juvenal
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- 23 Ago 2004
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Ahora con los recientes cambios en materia de divorcio habrá cambiado la cosa, pero hace tiempo era mucho más rápido y fácil (y más caro, por supuesto) obtener una nulidad canónica que un divorcio civil.
Bienvenidos al apasionante mundo del Derecho Canónico, tan absurdo y fascinante como cuando arrestan una taquilla o un burro. Y con latinajos cada dos por tres, oiga.
Tranquilos, nada de Decretales, Panormitanos, privilegios paulinos y petrinos asomarán por el hilo.
A lo que ibamos, existe una lista tasada de causas que producen la nulidad del matrimonio. La lista era la polla en vinagre, para qué nos vamos a engañar.
Si el contrayente era comunista, por ejemplo, razón más que suficiente para que ese sindiós no reconociera el sacramento.
El triolismo, que ahora mismo no recuerdo si era que el cornudo consentido se ponía cachondo viendo como su mujer era trasquilada por otro o bien que donde caben 2, caben tres.
En fin, una lista de degeneraciones como sólo una mente muy calenturienta puede imaginar.
¡Y con qué estilo, oiga!
A punto estábamos de pasar por alto otra de las causas la mítica Dispersión Sexual Incontinente. Esto es, hablando en plata, que la contrayente era más puta que las gallinas y se follaba hasta los pomos de las puertas.
Lo cual, obviamente, hacía que no fuera válido el consentimiento matrimonial porque no alcanzaba el zorrón a comprender el elevado concepto del matrimonio ("una caro", una única carne) que tiene el Derecho Canónico.
Para todos los mindundis que piden consejo en este foro: aquí va uno, y gratis.
Es posible follarse a la parienta cada día y al cabo del tiempo obtener la nulidad porque el matrimonio no se ha consumado.
¡Tócate los cojones!
¿Cómo es posible tal cosa?, se preguntarán ustedes, picaruelos. Muy sencillo... mediante la no menos mítica Cópula Condomada.
Pues sí, si uno folla siempre con condón con la esposa la legislación canónica presume que no ha sido consumado naturalmente el acto. No hay coito, no hay crecer y multiplicaos, no hay matrimonio. Paga 20.000 y vuelve a la Casilla de Salida.
No es ningún secreto que odio el mundo ferozmente, y una de las maneras de demostrarlo son los cuescos.
Sí, la misantropía se muestra a base de pedos.
Como borregos nos amontonábamos, prestos a entrar en el Aula de examen y demostrar nuestros conocimientos sobre el apasionante Derecho Canónico.
Y en medio de la multitud, lo solté. Silencioso y maloliente. Y disfruté viendo las caras que ponían los examinandos mientras la mía se mantenía pétrea. Semblante congelado, alma airada.
-Joder, aquí hay alguien que se ha descompuesto.
-Menudo hijo de puta.
-Coño, para ese la asignatura parece que sean 12 créditos en lugar de tres.
Sí, yo era el de los cuescos. Y sigo odiando.
Bienvenidos al apasionante mundo del Derecho Canónico, tan absurdo y fascinante como cuando arrestan una taquilla o un burro. Y con latinajos cada dos por tres, oiga.
Tranquilos, nada de Decretales, Panormitanos, privilegios paulinos y petrinos asomarán por el hilo.
A lo que ibamos, existe una lista tasada de causas que producen la nulidad del matrimonio. La lista era la polla en vinagre, para qué nos vamos a engañar.
Si el contrayente era comunista, por ejemplo, razón más que suficiente para que ese sindiós no reconociera el sacramento.
El triolismo, que ahora mismo no recuerdo si era que el cornudo consentido se ponía cachondo viendo como su mujer era trasquilada por otro o bien que donde caben 2, caben tres.
En fin, una lista de degeneraciones como sólo una mente muy calenturienta puede imaginar.
¡Y con qué estilo, oiga!
A punto estábamos de pasar por alto otra de las causas la mítica Dispersión Sexual Incontinente. Esto es, hablando en plata, que la contrayente era más puta que las gallinas y se follaba hasta los pomos de las puertas.
Lo cual, obviamente, hacía que no fuera válido el consentimiento matrimonial porque no alcanzaba el zorrón a comprender el elevado concepto del matrimonio ("una caro", una única carne) que tiene el Derecho Canónico.
Para todos los mindundis que piden consejo en este foro: aquí va uno, y gratis.
Es posible follarse a la parienta cada día y al cabo del tiempo obtener la nulidad porque el matrimonio no se ha consumado.
¡Tócate los cojones!
¿Cómo es posible tal cosa?, se preguntarán ustedes, picaruelos. Muy sencillo... mediante la no menos mítica Cópula Condomada.
Pues sí, si uno folla siempre con condón con la esposa la legislación canónica presume que no ha sido consumado naturalmente el acto. No hay coito, no hay crecer y multiplicaos, no hay matrimonio. Paga 20.000 y vuelve a la Casilla de Salida.
No es ningún secreto que odio el mundo ferozmente, y una de las maneras de demostrarlo son los cuescos.
Sí, la misantropía se muestra a base de pedos.
Como borregos nos amontonábamos, prestos a entrar en el Aula de examen y demostrar nuestros conocimientos sobre el apasionante Derecho Canónico.
Y en medio de la multitud, lo solté. Silencioso y maloliente. Y disfruté viendo las caras que ponían los examinandos mientras la mía se mantenía pétrea. Semblante congelado, alma airada.
-Joder, aquí hay alguien que se ha descompuesto.
-Menudo hijo de puta.
-Coño, para ese la asignatura parece que sean 12 créditos en lugar de tres.
Sí, yo era el de los cuescos. Y sigo odiando.