Victor I
Freak
- Registro
- 24 Ene 2006
- Mensajes
- 6.885
- Reacciones
- 44
Este foro necesita urgentemente un revolcón que le rescate de la modorra en la que lleva varias semanas instalado. Vivimos en un continuo deja vu de corazones rotos, misógenos enrabietados, rabos furibundos que no encuentran reposo y mujeres necesitadas de atención y sobradas de pollas. Es precisa una ruptura, una epatante y alocada extravagancia. Aqui os traigo una recien salida del horno
Hace unos días, escribi un post en el que defendía públicamente a Ama Eva y elogíaba la valentia de aquellas personas que optan por recorrer los caminos más cuajados de espinas y zanjas, si el impulso y la necesidad de cumplir sus sueños asi se lo exije. No les importa exponerse a pecho descubierto, sin chaleco antibalas ante las envenedas saetas de los más ecrupulosos censores. Como agradecimiento a mis palabras, se ha comprometido a obsequiarme con una egregia y soberana mamada.
Para un chuchete como yo, una oferta asi, tan encuerada y morbosa, es sin duda un bombón imposible de rechazar. Pero una vez más la moral melindrosa y poco amiga del placer, intenta sabotearme. Me ataca con dudas y reparos y en medio de esta incertidumbre y vacilación me encomiendo a vuestra sabiduría y buen criterio. ¿Que debo hacer? ¿Acepto el regalo que tan generosamente se me ha ofrecido? ¿Actuo como una pesona de bien y lo rechazo con elegancia y determinación? ¿Que harías vosotros si un travesti enmascarado y hábil manejador de los tacones de aguja os ofrece relamerse con vuestro rabo?
Hace unos días, escribi un post en el que defendía públicamente a Ama Eva y elogíaba la valentia de aquellas personas que optan por recorrer los caminos más cuajados de espinas y zanjas, si el impulso y la necesidad de cumplir sus sueños asi se lo exije. No les importa exponerse a pecho descubierto, sin chaleco antibalas ante las envenedas saetas de los más ecrupulosos censores. Como agradecimiento a mis palabras, se ha comprometido a obsequiarme con una egregia y soberana mamada.
Para un chuchete como yo, una oferta asi, tan encuerada y morbosa, es sin duda un bombón imposible de rechazar. Pero una vez más la moral melindrosa y poco amiga del placer, intenta sabotearme. Me ataca con dudas y reparos y en medio de esta incertidumbre y vacilación me encomiendo a vuestra sabiduría y buen criterio. ¿Que debo hacer? ¿Acepto el regalo que tan generosamente se me ha ofrecido? ¿Actuo como una pesona de bien y lo rechazo con elegancia y determinación? ¿Que harías vosotros si un travesti enmascarado y hábil manejador de los tacones de aguja os ofrece relamerse con vuestro rabo?