Los catalonios, sus élites, se entiende (la borregada manipulada y lobotomizada con radios, TVs y una educación a la medida, no cuenta), no se quieren independizar. Llevan, creo, desde 2013 con esta historia sin fin, hasta que consigan un cupo a la vasca desde el que mearse sobre el resto del país. Ya tienen ventajas fiscales recaudatorias varias, pero no les vale. Claro.
Porque con un cupo de ese tipo, juegas con ventaja, con esa ventaja apuntalas el mito de que eres mejor, y así en un infinito de diarrea mental donde solo gana la burguesía catalonia. La chusma no importa. Le dices: "Toma una banderita de Puerto Rico y cuécete al sol haciéndome una cadeneta hasta Kuala Lumpur". Y allí que se van, felices, entonando els segadors o los pitufos. Lo que les digan.
Hay que dejarse llevar. Las élites catalanas son más listas que las mandrileñas, y por eso llevan manipulándolas desde el siglo XIX, nada menos. Así que esta partida la tienen ganada, si no es este año, al siguiente. Solo el inefable, el intelectual, el SUPERFUNCIONARIO Rajoy les ha detenido usando la estrategia del "vuelva usted mañana". Algo que confundió a las hordas catalonias, rechazadas una y otra vez, replegándose más allá del muro mientras balbucían en su dialecto gangoso.
Pero de estos jodidos que te pitan el himno, te insultan y se te cagan en el pecho, no nos libramos. Se lo aseguro. Y de que nos roben al resto, a dos carrillos con el tema del cupo (que se llamará de otra forma, por supuesto), tampoco.