Desde la década de los noventa, se tiene la sensación de que la extrema-derecha española solamente renacera si es capaz de crear un partido al estilo del Front National, es decir, centrado en el tema de la inmigración. Aparentemente, esta posibilidad es estimulante... pero contrasta con la triste realidad. En estos últimos diez años, se han perdido cientos de militantes y cuadros... se han cosechado unos escuálidos resultados electorales y el cacareado partido antiinmigración no ha salido a la superficie definitivamente. vamos a plantear los motivos de este fracaso y las características que debería tener ese partido.
LAS DOS HIPÓTESIS DE LOS AÑOS 90
La extrema derecha española en los años 90 trabajaba sobre la base de una hipótesis que se mantuvo hasta finales del milenio, siendo sustituido por la actualmente vigente. Veámoslas:
1) La extrema-derecha se reconstruirá en base a una escisión del PP, dado que es evidente que el PP es un partido de centro-derecha y que en su interior se encontraban en aquel momento, los restos del franquismo sociológico. Antes o después esa corriente entraría en contradicción con la dirección del partido, se produciría la escisión y… hete aquí que la extrema-derecha volvería a contar con un partido digno de tal nombre.
2) Dado que la tesis anterior no se confirmó y que la única escisión del PP en los años 90, fue el PADE y, no por motivos ideológicos sino por que sus gentes habían quedado fuera de la distribución de las áreas de poder, se cambió la hipótesis. A partir de 1997-8, cobró forma, especialmente, tras la fundación de DN, que el gran partido de la extrema-derecha española encontraría su caballo de batalla en la inmigración. Esa hipótesis se ha ido extendiendo, hasta ser la única que sustenta la extrema derecha.
En cuanto a la primera hipótesis todavía sigue siendo defendida por lo que queda del PADE y por AES. La segunda hipótesis es sobre la que se mueven grupos como La Falange (Cantalapiedra), España 2000 o los restos de DN.
Pero la triste realidad es que ni estas, ni el resto de hipótesis de trabajo menores, han dado el más mínimo resultado. De no ser por Internet, la extrema-derecha española ya habría desaparecido completamente. De hecho, hoy, salvo en algunas festividades señaladas, es completamente invisible.
POR QUÉ LA EXTREMA-DERECHA NO ARRANCA…
A estas alturas del drama vale la pena preguntarse porqué la extrema-derecha no ha logrado arrancar como en otros países, a caballo del tema de la inmigración y que esgrimir este tema no le ha permitido avanzar ni un paso. Como siempre en estos casos, no existe una sola causa, sino un racimo de causas. Las enumeraremos brevemente, pero antes conviene establecer una distinción entre:
a) “Condiciones objetivas”.- son las que dependen de la coyuntura político-social de un país. En este sentido las condiciones objetivas que ofrece España para la creación de un partido de extrema-derecha son buenas y su bondad va creciendo a medida que el tema de la inmigración se va complicando.
b) “Condiciones subjetivas”.- son las que tienen que ver con las posibilidades reales de cambio. Para que haya cambio debe existir una tendencia y una voluntad en parte de la población de marchar hacia el cambio. Hay cambio cuando existe un movimiento político que conduce al cambio.
Así pues, existe una contradicción insuperable:
- las condiciones objetivas son cada vez más favorables,
- pero las condiciones subjetivas van empeorando progresivamente.
Está es fundamentalmente la causa por la que la extrema-derecha no logra salir de su situación de depauperación.
¿CUÁLES SON LAS CONDICIONES SUBJETIVAS QUE FALTAN?
Si las condiciones subjetivas son las que tienen que ver con el movimiento, valdrá la pena enumerarlas. No es una sino una docena. Helas aquí:
- Falta absoluta de cuadros capacitados en condiciones de propagar un mensaje político.
- Absoluta inadecuación ideológica de la mayoría de componentes.
- Multiplicidad de planteamientos ideológicos.
- Desconexión completa con grupos sociales que pudieran apoyar sus planteamientos.
- Carencia absoluta de medio de propaganda, revistas o semanarios.
- Posiciones políticas nostálgicas.
- Falta de educación política de las bases.
- Incapacidad para elaborar un programa realista susceptible de acopiar simpatías populares.
- Absoluta falta de liderazgo indiscutible.
- Mediocridad galopante de la inmensa mayoría de cuadros dirigentes.
- Carencia de grupos culturales y de laboratorios de ideas.
- Falta endémica de medios económicos a causa de la poca credibilidad ofrecida.
- Falta de objetivos, estrategia y tácticas, falta de imagen adecuada.
A la vista de todo, es fácil comprender que cualquier tipo de activismo que pueda realizarse, dentro de este contexto de carencias dramáticas, se diluye en la nada: los afiliados que entran, son compensados por los que se pierden.
POR QUÉ LA INMIGRACION NO HACE AVANZAR A LA EXTREMA-DERECHA
La inmigración forma parte de las condiciones objetivas ópticas, en tanto que pertenece a la coyuntura político-social. Existe un problema creciente con la inmigración, que los partidos mayoritarios se obstinan en no recocer y, por tanto, es irresoluble. A partir de 1999 se tenía la sensación de que manejando este tema, las masas acudirían inevitablemente a las formaciones de extrema-derecha con que solo mencionaran el tema de la inmigración.
Hoy podemos decir que no ha sido así. Que la utilización del tema de la inmigración, no ha producido ningún avance notable y que la gente atraída por este tema, al cabo de pocos meses, se ha retirado al percibir la realidad interior de estos grupos. No es una novedad, también ha ocurrido con cualquier otra excusa, desde los que se declaran católicos y buscan el voto católico, hasta los que se reclaman nacional-revolucionarios y buscan el voto socialista, hasta los falangistas sea cual sea el tipo de votos que buscan. Lo que une a las distintas corrientes de la extrema-derecha es que en todas se dan las condiciones subjetivas que hemos enumerado antes, y, por tanto, sea cual sea el planteamiento… han fracasado. Ahora bien, de todos los temas que puede manejar la extrema-derecha la lucha contra la inmigración es, sin duda la que puede tener más capacidad de penetración entre las masas.
Vale la pena enumerar las razones por las que este tema, concretamente, ha fracasado, además de las condiciones subjetivas antes citadas:
- La mezcla de temas: la extrema-derecha, en lugar de concentrar esfuerzos en el tema de la inmigración, lo ha ido difuminando y desfigurando con otros temas de menor calado.
- El carácter nostálgico de algunos grupos: que hace chocar con los intereses de los grupos sociales en principio predispuestos hacia el tema de la inmigración, pero que no entienden ni comparten esos nostalgismos pasadistas. Por ejemplo: La Falange, se ha declarado antiinmigración, pero adolece de falta de credibilidad, el lastre de la “marca falangista” es demasiado grande como para que una población opuesta a la inmigración asuma el resto de la imagen y de las tesis falangistas.
- La degeneración mesiánica de otros grupos y de sus dirigentes, ambiciosos sin dotes de mando, sin capacidad ni prestigio para ejercer el liderazgo ni siquiera en una escalera de vecinos.
EL GRAN PROBLEMA: LA INMIGRACIÓN Y LA NOSTALGIA
Inmigración y nostalgia son temas antagónicos. Ya hemos explicado el por qué, pero lo volveremos a resumir:
- los grupos sociales interesados en la lucha contra la inmigración, son las clases medias modestas y las clases trabajadores.
- la penetración del franquismo en estos grupos sociales fue reducida; estos grupos apoyaron a la izquierda hasta que los ideales humanitaristas y toda la teoría del multiculturalismo, el mestizaje y los derechos de los inmigrantes, hicieron cesar ese apoyo.
Así pues, ante la posibilidad de apoyar un partido antiinmigración… pero nostálgico, todas estas clases populares se inhiben. No están dispuestas a cooperar con franquistas, falangistas y católicos ultramontanos.
A todo el problema de la ausencia completa de condiciones subjetivas, se une la imagen nostálgica común a todos estos grupos. En esas condiciones no existe posibilidad del más mínimo avance.
2006 NO ES 1983. LA EXPERIENCIA DE LE PEN NO ES TRANSPLANTABLE A ESPAÑA
Quienes incluso en la fundación de DN sostenían que era posible construir en España un partido similar al Front National, tenían razón en aquella época, pero no ahora. Hay que tener en cuenta los siguientes elementos:
- El FN emerge en 1983, hace exactamente 23 años. En aquel momento todavía no se había producido el colapso de los partidos comunistas. El modelo de partido era el de una formación que partiendo de cero, iba acumulando poco a poco simpatías, militantes y votos, creciendo en cada elección.
- Entre 1983 y 2006 se ha producido el fenómeno que podemos llamar “solidificación del sistema”. Los partidos convencionales raramente avanzan (o retroceden) más de 5% en cada elección. Desde hace una década no existen sorpresas. Ningún partido convencional ha registrado variaciones notables en ningún país europeo. Además se ha producido un creciente absentismo electoral que llega con frecuencia al 50% del electorado. La población cada vez se muestra más divorciada de la clase política y escindida de sus intereses. El sistema de partidos que antes era fluido ahora se ha ido solidificando progresivamente.
- Sin embargo, han aparecido “partidos flash”: no solamente en España (Agrupación Ruiz Mateos, GIL, Ciutadans) sino en Europa (en relación a la inmigración, la iniciativa Pym Fortune, el fenómeno Haider). Partidos monotemáticos y que alcanzan notoriedad con un brusco fogonazo de éxito, beneficiándose de la curiosidad y el apoyo de parte de los medios. Estos partidos, mediante el recurso a un solo tema, logran introducir una cuña en el sistema de partidos e insertarse bruscamente en él mismo.
- En 23 años la sociedad ha cambiado extraordinariamente como para creer que se reproducirá el fenómeno Le Pen. Ha irrumpido Internet, la globalización alcanza todo el planeta, la política y el político es una figura desacreditada, existe un intenso repliegue hacia lo individual, etc. Para colmo, el fenómeno Le Pen es solamente reproducible en la medida en que existe un liderazgo claro. Los elementos que acompañaban al mensaje lepeniano (esencialmente anticomunista y nacionalista), hoy tiene poco sentido, cuando el comunismo se desaparecido y la nación-Estado ya no tiene dimensión suficiente para afrontar el peligro globalizador.
¿ALGUNA CONCLUSION?
Varias y por éste orden:
1) La extrema-derecha española en todas sus fracciones y formulaciones está atravesando una crisis terminal de la que no se salva ninguna de sus componentes.
2) Esta crisis es más acusada en unos sectores que en otros, pero, en general, paradójicamente, la supervivencia de la extrema-derecha depende de su capacidad para transformarse en algo que no sea extrema-derecha.
3) La inmigración sigue siendo la idea-fuerza capaz de movilizar amplias masas populares, siempre y cuando este tema no quede contaminado por temas o evocaciones nostálgicas.
4) El fenómeno lepenista, tenido hasta ahora como modelo, ya no es válido para arrancar un movimiento antiinmigración en España. Es preciso pensar en términos de “movimiento flash” antes de que “partido político convencional”.
5) Las condiciones objetivas de la política española, favorecen la irrupción de movimientos de este tipo. Sin embargo las condiciones subjetivas son ampliamente desfavorables.
6) Así pues, de lo que se trata, es de ir resolviendo, una por una, las carencias subjetivas y preparar la estrategia de lanzamiento de un “partido flash” en el plazo más breve posible.