A ver yo al mercadona como supermercado no lo odio en si. Odio en todo caso a sus trabajadores y sobre todo a la clientela, viejos/as sobre todo (a la hora de pagar)
Anormalidades del mercadona:
.1 Ciertas cajeras que te pueden tocar los huevos. Un día fui drogado y borracho (Novedad) y ya conté que empecé a pegarle voces a una tarada que la verdad no recuerdo ni por qué le estaba pegando voces y llamándola cateta de Mierda. Sin embargo, la que me atendía que es muy bajita y muy mona, estaba sonriendo, y se puso super amable, después de pegarle voces a la que estaba en la caja contigua. Se notaba que no se llevaban bien entre ellas. Y mis gritos fueron su regocijo.
.2 Los anormales que van con el puto carro molestando como auténticos cenutrios en los que hasta un gato se ve a leguas que son más inteligente que ellos. Anormales que no saben que hay tropecientas esquinas y puntos "muertos" en donde puedes dejar tu carro parado, coger las cosas en las zonas cercanas dejarlo y listo, que es lo que yo hago, y no voy molestando con el puto carrito como un maricón con gafas.
Como detalle informativo, los carros los crearon los americanos en sus grandes supeficie porque con las bolsas de cartón se daban cuenta que compraban mucho menos. El problema vino que los hombres no querían usar carros porque les recordaba a los carros de niños, y eso era una verguenza para un hombre. Igualito que ahora menuda panda de calzonazos.
.3 Lo viejos a la hora de pagar. A veces es imposible ir a una caja donde no esté uno en la fila, me cago en todos sus muertos, ni uno, pero es que NI UNO, usa tarjeta para pagar. Todos van además miles de monedas que se ponen a contar. Y luego 2 horas para meter las cosas. Es más termino yo antes que voy detrás de una escoria de estas y acabo antes, salgo por la puerta y todavía están metiendo las cosas.
.4 Las tías que están buenas, generalmente de edad reducida que me hacen distraermen siguiendolas mirando sus curvas y demás mientras me la imagino desnudas. Luego voy a la casa y en el 90% de los casos cae paja. Suelen ser niñas de unos 15 años normalmente.
HE DICHO.
A todo lo que has escrito, con lo que estoy de acuerdo en su integridad, (excepto con el gusto por niñas de 15 años, CABRÓN) añadiré algo más de mi propia cosecha. Según se comenta en los mentideros reales, entre los empleados de Metadona hay mucha rivalidad y muchas envidias, aunque de cara al exterior se intenta obviamente proyectar lo contrario; es decir, una imagen de unidad, cohesión y de que aquello es algo parecido a la Arcadia feliz donde los ríos manan leche y miel.
Una ex follamiga que trabajó en Metadona unos meses cubriendo una baja, me dijo que allí hay que tener mucho cuidado con las cosas que dices y haces, porque detrás del "jijijiji jajaja" con los compañeros/as, siempre habrá un Judas que te clavará la puñalada y se chivará a algún supervisor; y en menos que canta un gallo te verás en la calle por el motivo más surrealista del mundo. Cosa que no es exclusiva de Metadona, of course; pasa en todos los trabajos: tus compañeros de trabajo NO SON TUS AMIGOS, son gente que están cumpliendo un trabajo igual que tú y, cuando las cosas vengan malas, intentarán ante todo salvar su culo y a ti te dejarán más tirado que un escupitajo en el suelo. Por eso, NUNCA hay que contar nada personal tuyo ni, por supuesto, contar nada que implique criticar a la empresa, porque lo van a utilizar en tu contra.
Lo siguiente que iba a decir va al hilo de lo anterior: es una empresa donde tienes la sensación de que, en cualquier momento y por cualquier pequeño tropiezo, puedes ser despedido.
Y por último; otra cosa que me ha llamado poderosamente la atención, es el fuerte efecto hipnótico que causa en la gente. Hasta tal punto llegan muchas personas que se niegan rotundamente a hacer la compra en otros supermercados (DÍA, ALDI, LIDL, ETC) si Metadona está cerrado, aunque les falte comida en la nevera o algo que necesiten comprar. Quicir, prefieren esperar cómodamente 1, 2 o 3 días a que Metadona abra sus puertas para hacer la compra, que irse a otros establecimientos que estén abiertos en ese momento y comprar lo que necesiten en ellos.