Eterno Navegante
Asiduo
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A lo largo de la vida, algunas personas (que no todas), han tenido que recurrir a la más profunda ocultación de su ser, por una mera cuestión de supervivencia. Recurrir al engaño, a la mentira, a fingir y a no dejar pasar más que una parte de la verdad, para que los torturadores no puedan llegar hasta la persona que se esconde, no puedan destruir su esencia.
Eso en esta sociedad, llega a ser algo que incluso beneficia, la hipocresía, la falsedad, el engaño… todo eso no es más que una ventaja evolutiva. En el amor y en la guerra todo vale… más madera.
El problema, son las relaciones personales con personas que NO te quieren hacer daño (o eso parece)… (¿veis?, ni aun así confío). Y el problema es establecer relaciones con alguien, cuando no se puede mostrar la verdad a los demás. Cuando el miedo a mostrarse, cuando la máscara está tan pegada que es imposible quitársela.
¿Qué ocurre entonces?.
Ocurre que nos volvemos locos, que tenemos altibajos, que no podemos seguir sin ayuda. Y no hay ayuda. No hay nada salvo dolor e indiferencia.
Así que de nuevo en la brecha. Que os jodan a todos y a seguir adelante. Que las mujeres sean objetos, que los hombres llaves para abrir puertas, que la vida un puto juego de supervivencia.
Y en este ámbito, en este entorno, en el que muchos y muchas estamos inmersos, llega la ocasión de que te guste alguien, o de que puedas establecer una amistad sincera, o de que simplemente haya una relación, y no puede ser.
Así que la cuestión que aquí planteo es la siguiente… ¿cómo poder confiar en las personas?, y específicamente, ¿cómo poder confiar en una mujer?.
Pero el problema es más profundo aun, ¿Cómo hacerles ver que no somos el monstruo, sino el que huye del monstruo?.
¿O acaso ellas son el monstruo y se limitan a, viendo que hay una grieta por la que meter el puñal, insertarlo bien hondo?
Eso en esta sociedad, llega a ser algo que incluso beneficia, la hipocresía, la falsedad, el engaño… todo eso no es más que una ventaja evolutiva. En el amor y en la guerra todo vale… más madera.
El problema, son las relaciones personales con personas que NO te quieren hacer daño (o eso parece)… (¿veis?, ni aun así confío). Y el problema es establecer relaciones con alguien, cuando no se puede mostrar la verdad a los demás. Cuando el miedo a mostrarse, cuando la máscara está tan pegada que es imposible quitársela.
¿Qué ocurre entonces?.
Ocurre que nos volvemos locos, que tenemos altibajos, que no podemos seguir sin ayuda. Y no hay ayuda. No hay nada salvo dolor e indiferencia.
Así que de nuevo en la brecha. Que os jodan a todos y a seguir adelante. Que las mujeres sean objetos, que los hombres llaves para abrir puertas, que la vida un puto juego de supervivencia.
Y en este ámbito, en este entorno, en el que muchos y muchas estamos inmersos, llega la ocasión de que te guste alguien, o de que puedas establecer una amistad sincera, o de que simplemente haya una relación, y no puede ser.
Así que la cuestión que aquí planteo es la siguiente… ¿cómo poder confiar en las personas?, y específicamente, ¿cómo poder confiar en una mujer?.
Pero el problema es más profundo aun, ¿Cómo hacerles ver que no somos el monstruo, sino el que huye del monstruo?.
¿O acaso ellas son el monstruo y se limitan a, viendo que hay una grieta por la que meter el puñal, insertarlo bien hondo?