Es que es brutal. En NINGUNA de las denuncias se ha encontrado nada. Interior se niega a catalogar todo esto como "sumisión química".
Ha sido todo, no sé, una puta histeria colectiva épica, agrandada por las organizaciones feministas, el Gobierno central y los locales, y por toda la prensa que ha machacado día y noche con el tema, sumiendo a todo el país en el pánico.
PUTA HISTERIA.
Las conclusiones de los Cuerpos de Seguridad contrastan con el contenido de las denuncias que han interpuesto las víctimas. "Empecé a notar que sudaba mucho más de lo normal. Me senté en la barra y le dije a mi amigo que necesitaba agua. Los síntomas eran parecidos a estar borracha. Allí es cuando vi el pinchazo. En el momento pensé que me había picado un mosquito", asegura una de las afectadas en Valencia. La mujer de 35 años fue supuestamente agredida en una fiesta con sus amigos en el barrio del Carmen. Como muchas otras, acudió al hospital horas después de los hechos, pero no se logró detectar sustancia alguna en su organismo.
"Las sustancias que se puedan inyectar por vía subcutánea como la ketamina, escopolamina, ácidos derivados del LSD, tienen que ser proporcionadas en cantidades elevadas para provocar somnolencia o adormecimiento", explica Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería. Este especialista argumenta que la inoculación de estas sustancias requiere entre 5 y 6 segundos. Por esto, asegura que no es tan fácil hacerlo sin que la víctima lo note.