Por lo visto, esa es la politica del gobierno talante
https://guardiasciviles.com/ver_noticias.asp?id=3943
Más vigilantes privados que Policía y Guardia Civil
En cinco años han pasado de 100.000 a más de 160.000, frente a los 130.000 funcionarios de ambos cuerpos Las empresas, no obstante, estiman que aún necesitan 20.000 guardias de seguridad más para atender la demanda.
Los vigilantes tienen un sueldo medio de 1.000 euros al mes, lo que los obliga a buscarse trabajos extra
Madrid- El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil disponen en este momento de unos 130.000 agentes -48.000 y 72.000 funcionarios, respectivamente- para garantizar la seguridad de los ciudadanos españoles. Pero tal cantidad de agentes no es suficiente. Como explicó el director de la Policía, Víctor García Hidalgo, en una comparecencia en el Congreso de los Diputados el pasado mes de diciembre, existe una importante demanda de seguridad, un verdadero «mercado de la seguridad», más adaptado a las necesidades de las empresas que de los particulares, al que sólo alcanzan a prestar servicio las empresas privadas, complemento necesario en este momento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Al reclamo de este mercado, erigido como incuestionable realidad, han proliferado en los últimos años infinidad de empresas de seguridad privada, cuyo crecimiento, según fuentes policiales, ha sido «rápido y dispar». En el año 2000, el número de miembros de este sector, incluyendo vigilantes de seguridad, de explosivos, escoltas privados, guardas de campo, jefes de seguridad y directores, era de 101.745. Cinco años después, su número se ha disparado hasta los 160.953, es decir, 30.000 más que el de agentes de Policía y guardias civiles, según los datos de la Unidad Central de Seguridad Privada de la Policía y la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser), que agrupa a las catorce empresas de este sector más importantes que operan en España. Sólo de 2004 a 2005 se produjo un incremento de 10.000 vigilantes.
Fuerte demanda. Tan «rápido» e irresistible ha sido su crecimiento en los últimos años que, según los datos manejados por el Cuerpo Nacional de Policía, el número de empresas de seguridad ha crecido en un trescientos por ciento y el de vigilantes, en un cuatrocientos durante los últimos veinte años.
Este desarrollo, sin embargo, no está exento de evidentes riesgos, y el más claro, como resaltan los expertos, es el del intrusismo. Un dato ilustra claramente la problemática. En 2004, se realizaron 1.100 inspecciones con propuesta de sanción, un 35,34 por ciento más que en el año anterior.
El sector, sin embargo, no ha tocado techo todavía. Según los cálculos de Aproser, la demanda es tan fuerte que para atender a todos los servicios para los que son requeridos serían necesarios al menos otros 15.000 o 20.000 vigilantes más de los que hay ahora, según sus estimaciones.
El crecimiento económico y la percepción de inseguridad son los dos factores que han motivado la eclosión de la seguridad privada en España. «El mayor nivel de vida hace que necesitemos proteger lo que tenemos. No hay duda de que en ello influye la delincuencia porque nadie adquiere un sistema de seguridad o contrata un vigilante en su tienda si piensa que no le van a robar. Ahora bien, sólo hay delincuentes donde hay dinero» , explica un jefe policial relacionado con la seguridad privada.
El fenómeno, sin embargo, no es exclusivo de España. Dentro de la Unión Europea, e incluyendo a nuestro país, Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Italia, Holanda, Portugal, Reino Unido y Francia, concurren unas 13.220 empresas de seguridad privada que emplean alrededor de 673.000 trabajadores, con un volumen de negocio estimado en más de 16.000 millones de euros.
Y los últimos cálculos estiman que, con la ampliación a los países del Este del organismo comunitario, las cifras rondarán las 20.000 empresas y 1.100.000 personas trabajando.
Profesión muy inestable. Tal cantidad de asalariados no oculta, sin embargo, el hecho de que se trata de una profesión sujeta a un alto índice de «rotación», como denominan los expertos a los cambios entre empresas del mismo sector o al abandono de la profesión, que es de casi un cincuenta por ciento.
Como explican desde la Dirección de la Policía, sigue siendo un empleo «sin futuro previsible» y con una «incierta permanencia» en el mismo por la dureza de las jornadas de trabajo en los días festivos y en horario nocturno, la necesidad de hacer horas extraordinarias y la escasa promoción a la que pueden aspirar dentro del organigrama de la empresa.
Un profesional del sector tiene un sueldo medio de unos 1.000 euros al mes -no muy alejado, no obstante, de los 1.018 euros netos que percibe un funcionario de la Policía o de la Guardia Civil sin contar horas extra, festivos, noches y complementos-, lo que le obliga, en la mayoría de las ocasiones, a completar duras jornadas como las arriba expuestas para lograr unos ingresos que le permitan llegar a fin de mes.
Una de las históricas reivindicaciones de las empresas de seguridad es la de poder contratar extranjeros. No ciudadanos de la Unión Europea, que tienen los mismos derechos que los españoles y, por tanto, pueden trabajar en igualdad de condiciones, sino aquellos que no lo son. «¿Por qué el Ejército puede nutrirse de ciudadanos de Ecuador o Bolivia y nosotros no?», se preguntan algunos directivos de estas empresas. La respuesta es muy simple para la Policía. «Existen determinados países donde el descontrol burocrático es muy importante y falsificar los antecedentes penales resulta muy sencillo. Y lo que no se puede permitir es la contratación para este servicio tan sensible de personas que tienen un pasado dudoso y peligroso».
La Rarón Digital
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Más vigilantes privados que Policía y Guardia Civil
En cinco años han pasado de 100.000 a más de 160.000, frente a los 130.000 funcionarios de ambos cuerpos Las empresas, no obstante, estiman que aún necesitan 20.000 guardias de seguridad más para atender la demanda.
Los vigilantes tienen un sueldo medio de 1.000 euros al mes, lo que los obliga a buscarse trabajos extra
Madrid- El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil disponen en este momento de unos 130.000 agentes -48.000 y 72.000 funcionarios, respectivamente- para garantizar la seguridad de los ciudadanos españoles. Pero tal cantidad de agentes no es suficiente. Como explicó el director de la Policía, Víctor García Hidalgo, en una comparecencia en el Congreso de los Diputados el pasado mes de diciembre, existe una importante demanda de seguridad, un verdadero «mercado de la seguridad», más adaptado a las necesidades de las empresas que de los particulares, al que sólo alcanzan a prestar servicio las empresas privadas, complemento necesario en este momento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Al reclamo de este mercado, erigido como incuestionable realidad, han proliferado en los últimos años infinidad de empresas de seguridad privada, cuyo crecimiento, según fuentes policiales, ha sido «rápido y dispar». En el año 2000, el número de miembros de este sector, incluyendo vigilantes de seguridad, de explosivos, escoltas privados, guardas de campo, jefes de seguridad y directores, era de 101.745. Cinco años después, su número se ha disparado hasta los 160.953, es decir, 30.000 más que el de agentes de Policía y guardias civiles, según los datos de la Unidad Central de Seguridad Privada de la Policía y la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser), que agrupa a las catorce empresas de este sector más importantes que operan en España. Sólo de 2004 a 2005 se produjo un incremento de 10.000 vigilantes.
Fuerte demanda. Tan «rápido» e irresistible ha sido su crecimiento en los últimos años que, según los datos manejados por el Cuerpo Nacional de Policía, el número de empresas de seguridad ha crecido en un trescientos por ciento y el de vigilantes, en un cuatrocientos durante los últimos veinte años.
Este desarrollo, sin embargo, no está exento de evidentes riesgos, y el más claro, como resaltan los expertos, es el del intrusismo. Un dato ilustra claramente la problemática. En 2004, se realizaron 1.100 inspecciones con propuesta de sanción, un 35,34 por ciento más que en el año anterior.
El sector, sin embargo, no ha tocado techo todavía. Según los cálculos de Aproser, la demanda es tan fuerte que para atender a todos los servicios para los que son requeridos serían necesarios al menos otros 15.000 o 20.000 vigilantes más de los que hay ahora, según sus estimaciones.
El crecimiento económico y la percepción de inseguridad son los dos factores que han motivado la eclosión de la seguridad privada en España. «El mayor nivel de vida hace que necesitemos proteger lo que tenemos. No hay duda de que en ello influye la delincuencia porque nadie adquiere un sistema de seguridad o contrata un vigilante en su tienda si piensa que no le van a robar. Ahora bien, sólo hay delincuentes donde hay dinero» , explica un jefe policial relacionado con la seguridad privada.
El fenómeno, sin embargo, no es exclusivo de España. Dentro de la Unión Europea, e incluyendo a nuestro país, Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Italia, Holanda, Portugal, Reino Unido y Francia, concurren unas 13.220 empresas de seguridad privada que emplean alrededor de 673.000 trabajadores, con un volumen de negocio estimado en más de 16.000 millones de euros.
Y los últimos cálculos estiman que, con la ampliación a los países del Este del organismo comunitario, las cifras rondarán las 20.000 empresas y 1.100.000 personas trabajando.
Profesión muy inestable. Tal cantidad de asalariados no oculta, sin embargo, el hecho de que se trata de una profesión sujeta a un alto índice de «rotación», como denominan los expertos a los cambios entre empresas del mismo sector o al abandono de la profesión, que es de casi un cincuenta por ciento.
Como explican desde la Dirección de la Policía, sigue siendo un empleo «sin futuro previsible» y con una «incierta permanencia» en el mismo por la dureza de las jornadas de trabajo en los días festivos y en horario nocturno, la necesidad de hacer horas extraordinarias y la escasa promoción a la que pueden aspirar dentro del organigrama de la empresa.
Un profesional del sector tiene un sueldo medio de unos 1.000 euros al mes -no muy alejado, no obstante, de los 1.018 euros netos que percibe un funcionario de la Policía o de la Guardia Civil sin contar horas extra, festivos, noches y complementos-, lo que le obliga, en la mayoría de las ocasiones, a completar duras jornadas como las arriba expuestas para lograr unos ingresos que le permitan llegar a fin de mes.
Una de las históricas reivindicaciones de las empresas de seguridad es la de poder contratar extranjeros. No ciudadanos de la Unión Europea, que tienen los mismos derechos que los españoles y, por tanto, pueden trabajar en igualdad de condiciones, sino aquellos que no lo son. «¿Por qué el Ejército puede nutrirse de ciudadanos de Ecuador o Bolivia y nosotros no?», se preguntan algunos directivos de estas empresas. La respuesta es muy simple para la Policía. «Existen determinados países donde el descontrol burocrático es muy importante y falsificar los antecedentes penales resulta muy sencillo. Y lo que no se puede permitir es la contratación para este servicio tan sensible de personas que tienen un pasado dudoso y peligroso».
La Rarón Digital