SrEstaire
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https://www.elespanol.com/espana/20160525/127487611_0.html
https://www.heraldo.es/noticias/nac...-prometen-ser-pesadilla-colau-880047-305.html
De mientras, los políticos de la CUP se van abriendo paso entre tanta moto por el suelo, contenedores quemados y cristales rotos
Y es que según la CUP, la culpa es de los mossos "que van provocando":
https://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/05/25/catalunya/1464169487_639567.html
La gorda progre que tienen por alcaldesa, se le ocurre la gloriosa idea de que sean los vecinos los que negocien con los okupas:121
https://www.abc.es/espana/catalunya...ienes-medien-okupas-201605261321_noticia.html
Reportaje en el periódico The Guardian:
El barrio de Gràcia se ha convertido desde el lunes en escenario de protestas callejeras cuya intensidad no parece que vaya a menguar. Por tercera noche consecutiva, las calles de este distrito de Barcelona han sido testigo de un duro enfrentamiento entre los manifestantes y el cuerpo de los Mossos d’Esquadra. Según datos provisionales, los altercados se han saldado con un detenido y once heridos, seis de ellos agentes de policía.
Lo que parecía un simple desalojo de un local ocupado se ha convertido en la cerilla que ha hecho prender la llama del descontento contra el equipo de Ada Colau. Después de un lunes con fuertes disturbios seguidos de una concentración más pacífica el martes, los manifestantes han vuelto a mostrar esta noche su perfil más beligerante con la Policía. Sobre las 11 de la noche las calles de Gràcia parecían un auténtico campo de batalla: contenedores calcinados cruzados en medio de la calle, sucursales bancarias completamente destrozadas y persecuciones por doquier.
Fuerte dispositivo policial
Tal y como sucedió en las jornadas anteriores, la manifestación se ha desarrollado en un principio en un ambiente festivo y tranquilo. Los concentrados se han reunido sobre las 9 y a las 10 han empezado a marchar por el barrio. Los manifestantes querían construir una cadena humana alrededor del local desalojado, conocido como ‘Banc Expropiat’ por haber sido previamente una sucursal bancaria. A diferencia de las otras noches, sin embargo, los Mossos d’Esquadra han acordonado el el espacio y han impedido que los manifestantes pudieran acceder a él.
La Policía catalana ha desplegado para esta noche un fuerte dispositivo, con prácticamente un Mosso d’Esquadra por manifestante. Según fuentes policiales, el dispositivo es similar al que se despliega para un Barça-Madrid o una final de Champions pero en un espacio mucho más reducido.
La manifestación ha sido más numerosa que las anteriores y en algún momento las estrechas calles del barrio se veían abarrotadas. Los reunidos mezclaban gritos de “rabia, rabia, rabia” con cánticos contra la Policía y a favor del local desalojado. Entre los manifestantes se ha podido ver a las diputadas de la CUP Eulàlia Reguant y Mireia Vehí, que horas antes había mantenido un duro enfrentamiento con el Director de los Mossos d’Esquadra en la Comisión de Interior del Parlament.
22:30 horas: empiezan los disturbios
Después de que la marcha diera una breve vuelta por el barrio, la manifestación se ha desconvocado al llegar a la misma plaza donde había comenzado. Ha sido entonces cuando cientos de los concentrados han empezado a taparse las caras y a cambiarse la ropa para vestirse con prendas oscuras.
A diferencia de la noche anterior, esta vez se ha visto a los activistas mucho más preparados y organizados para llevar a cabo los disturbios. Los manifestantes han creado varios subgrupos de encapuchados, ataviados con pesadas piedras, material inflamable, palos y pirotecnia que han lanzado contra los agentes antidisturbios. También parecía que tenían previsto repartir sus acciones por distintos sitios del barrio.
Sobre las 22:30 los destrozos han empezado simultáneamente en varios puntos. La calle Gran de Gràcia, una de las principales arterias del barrio, ha sido cortada con numerosos contáiners ardiendo. Los manifestantes han destrozado varias sucursales bancarias, restaurantes de comida rápida y cualquier local de una multinacional que encontrasen a su paso.
A continuación este grupo se ha dirigido a la calle Asturias, donde también han destrozado completamente una sucursal bancaria y se han enfrentado a la Policía con piedras y cohetes. “Se va a acabar, la paz social”, gritaban los que aún quedaban por las calles del distrito.
Los distintos subgrupos se han ido dispersando poco a poco y sobre las 12 ya quedaban batallones muy reducidos que han seguido con los destrozos. Los manifestantes se han vuelto a reagrupar a la 1 en la plaza Revolución, donde los Mossos han vuelto a cargar para disolver a los activistas que aún quedaban en el barrio.
El papel de los vecinos
Uno de los aspectos que ha generado más debate estos días ha sido el hipotético apoyo de los vecinos de Gràcia a los manifestantes. El local desalojado ejercía una importante labor social y en 6 años de actividad había conseguido arraigarse entre la gente del distrito. Las autoridades, sin embargo, han afirmado estos días que los vecinos condenaban las manifestaciones.
El Director General de los Mossos, Albert Batlle, ha afirmado este miércoles en el Parlament que la actuación policial tenía un “amplio apoyo ciudadano”. Los manifestantes, no obstante, han sido jaleados en diversas ocasiones durante su marcha por el barrio. Muchos vecinos han salido a los balcones con cacerolas para mostrar su apoyo y los que han increpado a los concentrados han sido una minoría.
Lo que parecía un simple desalojo de un local ocupado se ha convertido en la cerilla que ha hecho prender la llama del descontento contra el equipo de Ada Colau. Después de un lunes con fuertes disturbios seguidos de una concentración más pacífica el martes, los manifestantes han vuelto a mostrar esta noche su perfil más beligerante con la Policía. Sobre las 11 de la noche las calles de Gràcia parecían un auténtico campo de batalla: contenedores calcinados cruzados en medio de la calle, sucursales bancarias completamente destrozadas y persecuciones por doquier.
Fuerte dispositivo policial
Tal y como sucedió en las jornadas anteriores, la manifestación se ha desarrollado en un principio en un ambiente festivo y tranquilo. Los concentrados se han reunido sobre las 9 y a las 10 han empezado a marchar por el barrio. Los manifestantes querían construir una cadena humana alrededor del local desalojado, conocido como ‘Banc Expropiat’ por haber sido previamente una sucursal bancaria. A diferencia de las otras noches, sin embargo, los Mossos d’Esquadra han acordonado el el espacio y han impedido que los manifestantes pudieran acceder a él.
La Policía catalana ha desplegado para esta noche un fuerte dispositivo, con prácticamente un Mosso d’Esquadra por manifestante. Según fuentes policiales, el dispositivo es similar al que se despliega para un Barça-Madrid o una final de Champions pero en un espacio mucho más reducido.
La manifestación ha sido más numerosa que las anteriores y en algún momento las estrechas calles del barrio se veían abarrotadas. Los reunidos mezclaban gritos de “rabia, rabia, rabia” con cánticos contra la Policía y a favor del local desalojado. Entre los manifestantes se ha podido ver a las diputadas de la CUP Eulàlia Reguant y Mireia Vehí, que horas antes había mantenido un duro enfrentamiento con el Director de los Mossos d’Esquadra en la Comisión de Interior del Parlament.
22:30 horas: empiezan los disturbios
Después de que la marcha diera una breve vuelta por el barrio, la manifestación se ha desconvocado al llegar a la misma plaza donde había comenzado. Ha sido entonces cuando cientos de los concentrados han empezado a taparse las caras y a cambiarse la ropa para vestirse con prendas oscuras.
A diferencia de la noche anterior, esta vez se ha visto a los activistas mucho más preparados y organizados para llevar a cabo los disturbios. Los manifestantes han creado varios subgrupos de encapuchados, ataviados con pesadas piedras, material inflamable, palos y pirotecnia que han lanzado contra los agentes antidisturbios. También parecía que tenían previsto repartir sus acciones por distintos sitios del barrio.
Sobre las 22:30 los destrozos han empezado simultáneamente en varios puntos. La calle Gran de Gràcia, una de las principales arterias del barrio, ha sido cortada con numerosos contáiners ardiendo. Los manifestantes han destrozado varias sucursales bancarias, restaurantes de comida rápida y cualquier local de una multinacional que encontrasen a su paso.
A continuación este grupo se ha dirigido a la calle Asturias, donde también han destrozado completamente una sucursal bancaria y se han enfrentado a la Policía con piedras y cohetes. “Se va a acabar, la paz social”, gritaban los que aún quedaban por las calles del distrito.
Los distintos subgrupos se han ido dispersando poco a poco y sobre las 12 ya quedaban batallones muy reducidos que han seguido con los destrozos. Los manifestantes se han vuelto a reagrupar a la 1 en la plaza Revolución, donde los Mossos han vuelto a cargar para disolver a los activistas que aún quedaban en el barrio.
El papel de los vecinos
Uno de los aspectos que ha generado más debate estos días ha sido el hipotético apoyo de los vecinos de Gràcia a los manifestantes. El local desalojado ejercía una importante labor social y en 6 años de actividad había conseguido arraigarse entre la gente del distrito. Las autoridades, sin embargo, han afirmado estos días que los vecinos condenaban las manifestaciones.
El Director General de los Mossos, Albert Batlle, ha afirmado este miércoles en el Parlament que la actuación policial tenía un “amplio apoyo ciudadano”. Los manifestantes, no obstante, han sido jaleados en diversas ocasiones durante su marcha por el barrio. Muchos vecinos han salido a los balcones con cacerolas para mostrar su apoyo y los que han increpado a los concentrados han sido una minoría.
https://www.heraldo.es/noticias/nac...-prometen-ser-pesadilla-colau-880047-305.html
Los okupas del 'banco expropiado', a los que el entonces alcalde Xavier Trias pagó en 2015 un alquiler de 65.500 euros para evitar su desalojo, han prometido ser la "peor pesadilla" para la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que no renovó el pago, lo que ha dado pie al operativo para su desalojo.
Los Mossos d'Esquadra han iniciado hoy en el barrio de Gràcia de Barcelona el desalojo por orden judicial del autodenominado 'banco expropiado', una antigua sucursal bancaria okupada en 2011, que el entonces alcalde Xavier Trias (CiU) amnistió en 2015 al asumir el consistorio los 65.500 euros del alquiler anual.
En un mensaje colgado en las redes sociales, el colectivo de okupas del 'banco expropiado' ha advertido a la alcaldesa Ada Colau (BComú) y al concejal Jaume Asens que se convertirán en su "peor pesadilla", responsabilizándoles así del desalojo.
El edificio, que actualmente es propiedad de una sociedad mercantil, había acogido una sucursal bancaria, hasta que quedó en desuso y fue okupado en 2011.
El propietario del inmueble inició los trámites para instar al desalojo y, cuando el proceso estaba a punto de culminar en 2015, el entonces alcalde Xavier Trias, a las puertas de las elecciones municipales de mayo pasado, acordó que el Ayuntamiento asumiera el coste del alquiler para todo el año, cifrado en 66.500 euros, con lo que los okupas pudieron permanecer en el local sin riesgo de desalojo a costa el erario público.
Una vez que el equipo de Ada Colau (BComú) ganó las elecciones, la entonces concejal del distrito de Gràcia Maite Fandos, antes de dejar el cargo, informó al colectivo okupa de que el consistorio les pagaba el alquiler hasta final de año, por razones de interés social, si bien los okupas aseguraron que el equipo de Trias pretendía "comprar la paz social en un año delicado de elecciones".
El nuevo equipo de gobierno de Colau intentó cancelar el contrato de alquiler, al entender que no se tenían que pagar 5.500 euros en alquiler mensual para sostener un edificio okupado.
Sin embargo, el contrato de alquiler, que se firmó poco después de los incidentes por el desalojo de Can Vies -que provocaron durante días una batalla campal en Barcelona-, tenía una cláusula que provocaba que, en caso de cancelación, el coste era aún superior que pagar el alquiler mensual hasta finales de año.
Por este motivo, el Ayuntamiento de Barcelona aguardó a que finalizará el contrato y el 1 de enero de 2016 dejó de pagar el alquiler, ante lo que el propietario reactivó el procedimiento que había dejado en suspenso, para lograr el desalojo que los Mossos están llevando hoy a cabo.
Los Mossos d'Esquadra han iniciado hoy en el barrio de Gràcia de Barcelona el desalojo por orden judicial del autodenominado 'banco expropiado', una antigua sucursal bancaria okupada en 2011, que el entonces alcalde Xavier Trias (CiU) amnistió en 2015 al asumir el consistorio los 65.500 euros del alquiler anual.
En un mensaje colgado en las redes sociales, el colectivo de okupas del 'banco expropiado' ha advertido a la alcaldesa Ada Colau (BComú) y al concejal Jaume Asens que se convertirán en su "peor pesadilla", responsabilizándoles así del desalojo.
El edificio, que actualmente es propiedad de una sociedad mercantil, había acogido una sucursal bancaria, hasta que quedó en desuso y fue okupado en 2011.
El propietario del inmueble inició los trámites para instar al desalojo y, cuando el proceso estaba a punto de culminar en 2015, el entonces alcalde Xavier Trias, a las puertas de las elecciones municipales de mayo pasado, acordó que el Ayuntamiento asumiera el coste del alquiler para todo el año, cifrado en 66.500 euros, con lo que los okupas pudieron permanecer en el local sin riesgo de desalojo a costa el erario público.
Una vez que el equipo de Ada Colau (BComú) ganó las elecciones, la entonces concejal del distrito de Gràcia Maite Fandos, antes de dejar el cargo, informó al colectivo okupa de que el consistorio les pagaba el alquiler hasta final de año, por razones de interés social, si bien los okupas aseguraron que el equipo de Trias pretendía "comprar la paz social en un año delicado de elecciones".
El nuevo equipo de gobierno de Colau intentó cancelar el contrato de alquiler, al entender que no se tenían que pagar 5.500 euros en alquiler mensual para sostener un edificio okupado.
Sin embargo, el contrato de alquiler, que se firmó poco después de los incidentes por el desalojo de Can Vies -que provocaron durante días una batalla campal en Barcelona-, tenía una cláusula que provocaba que, en caso de cancelación, el coste era aún superior que pagar el alquiler mensual hasta finales de año.
Por este motivo, el Ayuntamiento de Barcelona aguardó a que finalizará el contrato y el 1 de enero de 2016 dejó de pagar el alquiler, ante lo que el propietario reactivó el procedimiento que había dejado en suspenso, para lograr el desalojo que los Mossos están llevando hoy a cabo.
De mientras, los políticos de la CUP se van abriendo paso entre tanta moto por el suelo, contenedores quemados y cristales rotos
Y es que según la CUP, la culpa es de los mossos "que van provocando":
https://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/05/25/catalunya/1464169487_639567.html
La gorda progre que tienen por alcaldesa, se le ocurre la gloriosa idea de que sean los vecinos los que negocien con los okupas:121
https://www.abc.es/espana/catalunya...ienes-medien-okupas-201605261321_noticia.html
Reportaje en el periódico The Guardian:
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