Yo lo llamo "el timo de la estampita", pero sí, más o menos es eso.
He visualizado la escena de una forma tan realista, que no he podido evitar descojonarme de risa.

Ah, si, el argumento definitivo por el cual todos tenemos que comprar lotería, porque claro, "a alguien le tiene que tocar" ¿verdad?
Hoy da la casualidad que he comido en casa paterna y por ende he tenido que ver las tonterías esas de la televisión que ellos llaman "noticias".
Bien, pues cuando salían los premiados y contaban su historia, lo único que he sacado en claro es que la mayoría de los ciudadanos llevan una vida de mierda, que los que les ha tocado el premio, en diez años, van a estar todavía peor de lo que están ahora, y que la mayoría de la gente es tan gilipollas que vuelca sus esperanzas, sueños y hasta supervivencia, en algo que, antes de que te ocurra A TI, forero random que estás leyendo esto (no "a alguien", A TI), antes sufrirás cincuenta y seis infartos de miocardios consecutivos, te alcanzarán siete rayos en siete tormentas diferentes, y serás el único superviviente de un accidente de avión comercial.
Lo mejor, los que tanto antes como después de tocarles la lotería, se gastan más de tres mil euros anuales en ella.
ANÉCDOTA de tercera mano:
En mi pueblo le tocó a un chaval doce millones de las antiguas pesetas.
Un potentado del mismo pueblo, al que curiosamente le había tocado ya la lotería varias veces, le ofreció catorce millones a cambio del billete premiado.
Quedaron en un restaurante, él y otro amigo, y vino el potentado con un acompañante, pidió ver el billete, lo tomó en la mano y dijo a los demás, "esperad aquí, vuelvo en una hora".
Al final, fueron más de dos horas y media, casi tres, y los dos colegas ya pensando que les habían tangado el billete. Sudorosos, sin saber qué cojones hacer ni cómo afrontar el asunto, arrepentidos de su decisión.
Finalmente, el otro vuelve con una bolsa de tela llena de billetes, y con un "todo correcto, contad el dinero" y tras constatar que ahí había cartorce millones, todo acabó en un final feliz, como los masajes de milanuncios.
Fin.