Gina Gross
Clásico
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- 4 Mar 2006
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Esas cosas, esos detalles, actos, frases, comportamientos étc.., que hacen que esa persona que en un principio te interesaba, provoque en ti de una manera relativamente rápida, tu más profundo rechazo hacia ella.
Por ejemplo:
- Que corran más que el express. Vas al cine con él, le conoces desde hace una semana, el chaval parece majo y te gusta. Es entonces cuando en un pasional ataque oral te dice "Tia es que no sabes cuanto me gustas, no se, nunca me habia pasado esto". Todo esto acompañado de cara de Tinki winki, ojos vidriosos y 3000 mensajitos al móvil del tipo "las estrellas brillan por ti esta noche".
Resultado: Me das miedo. Aléjate de mi.
- Que interprete el papel de Marcelino Pan y vino. La mayoria de las mujeres buscamos a un hombre inteligente, atractivo y sobre todo, seguro de si mismo. Frases como, "yo no le gusto a ninguna chica", "no se como te has fijado en mi" étc.. lejos de provocar deseo sexual, inducen a apadrinarte y comprarte un futbolín para verte feliz y mermar todo aquel sufrimiento.
Resultado: te intento liar con fresita.
- Que sea un chupóptero: Te estas comiendo tu menú de palomitas en el cine, como los dos tenéis buen apetito cada uno tiene su super menú con su megacubo de maiz correspondiente. El caso es que el susodicho acaba sus palomitas y lejos de meterte mano a ti, su mano se dirige a tu cubo de la felicidad insaciablemente. El problema viene cuando esto se repite habitualmente con tu copa, con tu tabaco y con tu dinero. Lo típico "déjame el cd, que mañana te lo devuelvo", "paga la cena tú, que me han robado la cartera".
Resultado: Preferiría tener una relación con El mojón asesino antes que contigo, sablista.
- Que sea más guarro que la Cocola*. Esto lo compruebas cuando se produce un acercamiento íntimo, primero era ese sutil olorcillo a axila humana, pero después echando una vista a sus calzoncillos compruebas que es el rey de los palominos. El número de zurraspas por centímetro cuadrado supera la media con creces. Sin contar que en la tercera cita con la excusa de "me han sentado mal las bravas, tia" sus flatulencias ocupan por completo el vehículo que os transporta.
Resultado: Prefiero echarme la siesta con Pochoyi antes de que tú y tus pedos "pintores" se acerquen a mi.
(*La Cocola: Según cuentan en mi pueblo, era una mujer que pasando el rio por su puerta lavaba a sus hijos con saliva. Lo decían para traumatizarnos de pequeños.)
Por ejemplo:
- Que corran más que el express. Vas al cine con él, le conoces desde hace una semana, el chaval parece majo y te gusta. Es entonces cuando en un pasional ataque oral te dice "Tia es que no sabes cuanto me gustas, no se, nunca me habia pasado esto". Todo esto acompañado de cara de Tinki winki, ojos vidriosos y 3000 mensajitos al móvil del tipo "las estrellas brillan por ti esta noche".
Resultado: Me das miedo. Aléjate de mi.
- Que interprete el papel de Marcelino Pan y vino. La mayoria de las mujeres buscamos a un hombre inteligente, atractivo y sobre todo, seguro de si mismo. Frases como, "yo no le gusto a ninguna chica", "no se como te has fijado en mi" étc.. lejos de provocar deseo sexual, inducen a apadrinarte y comprarte un futbolín para verte feliz y mermar todo aquel sufrimiento.
Resultado: te intento liar con fresita.
- Que sea un chupóptero: Te estas comiendo tu menú de palomitas en el cine, como los dos tenéis buen apetito cada uno tiene su super menú con su megacubo de maiz correspondiente. El caso es que el susodicho acaba sus palomitas y lejos de meterte mano a ti, su mano se dirige a tu cubo de la felicidad insaciablemente. El problema viene cuando esto se repite habitualmente con tu copa, con tu tabaco y con tu dinero. Lo típico "déjame el cd, que mañana te lo devuelvo", "paga la cena tú, que me han robado la cartera".
Resultado: Preferiría tener una relación con El mojón asesino antes que contigo, sablista.
- Que sea más guarro que la Cocola*. Esto lo compruebas cuando se produce un acercamiento íntimo, primero era ese sutil olorcillo a axila humana, pero después echando una vista a sus calzoncillos compruebas que es el rey de los palominos. El número de zurraspas por centímetro cuadrado supera la media con creces. Sin contar que en la tercera cita con la excusa de "me han sentado mal las bravas, tia" sus flatulencias ocupan por completo el vehículo que os transporta.
Resultado: Prefiero echarme la siesta con Pochoyi antes de que tú y tus pedos "pintores" se acerquen a mi.
(*La Cocola: Según cuentan en mi pueblo, era una mujer que pasando el rio por su puerta lavaba a sus hijos con saliva. Lo decían para traumatizarnos de pequeños.)