RUTKOWSKY
Clásico
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- 23 Jul 2005
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La primera foto es de española de bandera y la otra es Susana española. Las traigo juntos por que la chica que atiende es la misma, recibe en calle Norte de Espinardo, más conocido por el piso de frente a La Estrella de Levante.
El piso en si no es mal piso, pero las últimas veces que lo he visitado han sido malas experiencias.
Todos sabemos que las putas, cada una, tienen su vena. Bajo este principio me guie y decidí que, aunque me daba mal rollo esta chica, debía pasar por su casa y conocerla. Fue una tarde que dediqué a ella, la llamo sobre las seis y me dice que necesita media hora, ¡Bien, nos vemos a esa hora! a la media hora estaba en la puerta llamando y no contesta. Decido irme al coche y llamar, así estuve tres cuartos de hora llamando intermitentemente hasta que me coge la llamada y me dice que he tardado mucho, que necesita media hora. ¡Vale, otra media hora! Se hacen las ocho cuando subo al piso -eso es tener paciencia, o querer imperiosamente echar un polvo, que no era esto último el caso-. Me abre la puerta una chica alta, castaña, escuálida, poco pecho, resoluta en su verborrea y la forma de andar, algo gitanilla diría yo. Me pasa a la habitación que hay justamente frente al pasillo, es pequeña, agobiante, con lo justo. -¿Cuanto tiempo te piensas quedar? media hora. -Son sesenta. Pasamos al baño, es cómodo, medianamente limpio. Le invito a que me lave y me contesta que ella no está ahí para lavar pollas que cada cual se lave la suya, mientras permanece agarrada al marco de la puerta observando mi manera de proceder. Pasamos a la habitación, nada de imaginación, mal francés y prontico para la calle. No había forma de intentar nada con esta señorita, nada que diera lugar a motivar el morbo.
Pasan los días y decido ir con otra española, llamo a Susana española, la de la foto de abajo. Me da la dire del piso frente a La Estrella de Levante. ¡Buff, que mal rollo! la voz de la chica me gustó y decido volver. Hago la media hora de rigor, me presento en la puerta y la primera llamada no me la coge. Dejo unos minutos vuelvo a llamar sin éxito. Volviendo al coche decido hacer otra y última llamada y me la coge, me está esperando. Subo a la planta y se oye tras la puerta hablar a una chica por móvil, alguna discusión. Se pasa el tiempo y no me abre, no me gusta estar esperando en el rellano de la escalera, no es el sitio ideal para esperar ¡Que mal rollo, me voy! al mismo tiempo que la puerta se abre y decido entrar. La chica se va hacía la habitación y me deja los honores de cerrar la puerta, ya en la habitación se gira, me mira, ¡hostias, no! me dice que me conoce. Por supuesto que te conozco, estuvimos hace una semana, pero yo esperaba otra persona, no a ti. Creo que no me voy a quedar.
-¡Como que no te vas a quedar!
-¡Como que me voy!
-Pues no te puedes ir así
-¿Como que no? que me voy ya.
-No puedes irte sin pagarme.
-Es la primera vez que me pasa esto, y en ningún sitio que he estado me ha pasado nada igual.
-Luego...¿has hecho esto en otros sitio? molestar a las chicas y luego irte sin más. Además, yo he perdido tiempo contigo esperándote, podía haber cogido a otro y he estado esperándote a ti, para que ahora me hagas esto.
-Lo siento, pero no te voy a dar nada a cambio de nada, y tu lo sabes. -se lo digo con convicción y lo entiende-
Por un momento esperaba que saliera el maromo de algún sitio, pero me daba exactamente igual, lo tengo claro. Salgo a la calle, tomo aire y decido llamar a Lidia, ahora si me apetece un buen polvo. No está disponible, esta chica está en Murcia el tiempo justo para limpiar las carteras y que no nos aburramos de ella. Decido entonces ir a Casa Susan, estuve con la rusa Mila, pero eso lo dejo para contarlo en otro momento...
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