Comencé a escucharle en el verano de 1992, se llamaba su programa Turno de Noche, y yo trataba de sofocar las calurosas noches de verano en que no salía. He seguido la alerta OVNI de 1997 y sus cambios a la mañana del domingo o a la tarde del sábado, con programas como La Red o Azul y Verde. En la Rosa de los Vientos había conseguido un excelente equilibrio en cuanto a sus contenidos, siempre haciendo un programa ameno y divertido a pesar de las horas en las que se emitía. Me daba la impresión de ser un tío vital y entusiasta, por lo que hace que casi no te creas lo de su muerte. Vaya gran putada, uno de los pocos periodistas que ofrecían algo de divulgación desaparece, y nos quedamos aguantando "joyas", como las de esta mañana, en donde me han "deleitado" con un concurso de eructos.
Hasta siempre Cebrián.