Al principio pensaba como ustec, hamijo Benito, pero después de 15 añazos casado este tipo de fantasías se me antojan bastante apetecibles. Le estoy hablando de 15 años siendo fiel como un perrito faldero, sin echar canitas al aire ni plantearme catar coño ajeno, pero por culpa de Internec y de este foro en concreto, servidor no hace más que crearse fantasías erótico-festivas en su cabecita y esto del intercambio de parejas es la más recurrente.
Siempre imagino entrar en un elegante local, con bellas y sonrientes parejas bebiendo exóticos cócteles. De pronto, una de esas bellas parejas se nos acerca, hacemos las debidas presentaciones y empezamos a hablar de cosas triviales. Una vez roto el hielo, me despido de mi señora y me voy con la otra mujer (la cual, por supuesto, es un bellezón) a una habitación privada donde fornicamos salvajemente. Horas después, me reúno con mi churri y comentamos entre risas la experiencia.
Pero con la suerte que tengo la realidad sería bien diferente. El local sería un antro de mala muerte con parejas de gordas malolientes y menopaúsicas, y calvos salidorros y pajilleros. Se nos acercaría la pareja más friki y desagradable del local y seguro que a mi mujer le toca un tío con un pollón titánico mientras yo acabo comiendo un coño con pus y excrecencias.