Yo en tercero de BUP llegaron a quedarme 7 asignaturas en el primer trimestre, una de ellas gimnasia. No es que fuera un negado para el ejercicio físico, pero hicieron un examen teórico de no recuerdo muy bien qué. Creó que era un temario con una combinación de reglas de algunos deportes, nutrición y medicina deportiva básica y lo cateé. Lo mejor fue que me di cuenta del suspenso a la vuelta de vacaciones. Que manda cojones. Ni lo miré bien siquiera en su momento, prueba del nivel de atención que le prestaba a los estudios. Me gustaba más la juerga entonces que a un tonto un lápiz. Estaba todas las tardes de litronas y vagueando.
A eso hay que añadir que tenía colgadas otras dos asignaturas de segundo de BUP, lo justo para no tener que repetir curso. Y me costó horrores aprobar lo necesario en Septiembre para evitarlo. Una asignatura pendiente era matemáticas y la otra ya no recuerdo bien si era Biología, Inglés o Latín. Sin embargo me encantaba la Historía. Sacaba notables fácilmente. Música tenía sobresaliente pero eso era normal. Tocaba el saxo habitualmente desde pequeño y así siguió hasta hace poco. Religión era imposible suspenderla. Era un aprobado general.
Creo que el punto de inflexión que me hizo cambiar fue descubrir ese suspenso en gimnasia. Recuerdo que daba por hecho el aprobado y el nivel de vergüenza y rabia conmigo mismo que sentí al redescubrir ese suspenso en una “María”, me hizo ver que no iba bien, obligarme y prometerme a mí mismo cambiar.
En Junio sólo me quedaron ya tres. Dos de ellas las matemáticas de segundo y tercero, pero en Septiembre pasé al COU limpio, donde saqué notables y algún sobresaliente en Química y Matemáticas, precisamente.
Y todo esto trabajando por las tardes en una academia de Mecanografía que me daba un buen dinero. Lo que ahora serían 300€ al mes más o menos para financiar fiestas continuas que no decayeron ni mucho menos, tabaco caro (Marlboro fumaba) videojuegos, ropa y caprichos
Recordándolo ahora me parece imposible que sucediera.