Hijos de puta que se creen que el porro es un juguete

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Entonces lo de fingir muerte ya no se puede hacer a la ligera, que sería delito.
Yo a mi gato lo secuestré en cuanto pude. Lloré mucho a escondidas cuando se lo llevó el desgraciado aquel. También es que tuve la suerte de que no le quería , y yo me hice la que no le interesaba, y en cuanto me lo encasquetó porque se iba de viaje lo secuestré para siempre. Si hubiera discutido no me hubiera sido tan fácil.

Siempre se lo digo, ¡eres un gato secuestrado! Hace 10 años ya.
 
Entonces lo de fingir muerte ya no se puede hacer a la ligera, que sería delito.
Yo a mi gato lo secuestré en cuanto pude. Lloré mucho a escondidas cuando se lo llevó el desgraciado aquel. También es que tuve la suerte de que no le quería , y yo me hice la que no le interesaba, y en cuanto me lo encasquetó porque se iba de viaje lo secuestré para siempre. Si hubiera discutido no me hubiera sido tan fácil.

Siempre se lo digo, ¡eres un gato secuestrado! Hace 10 años ya.
Diez años de secuestro y cada día te recuerda quién manda… y no eres tú.
 
Es el gato más bueno del mundo, agradece mucho que acates sus órdenes. Es una maravilla de compañía. No es nada engreído para ser gato, siempre fue humilde y dialogante.
 
Coño, y el pobre perro: que si una semana con uno, que si la otra semana con la otra... es que parece sacado de una pelicula de Berlanga.

Pa que no sufra el pobre lo mejor es pegarle un buen martillazo entre las dos orejas y ponerle la cabeza en la vía del tren, pero justo después de que haya pasado uno y en una vía de provincias: así tiene una hora o más pa reflexionar acerca de cómo ha llegado a esa situación, hasta que el siguiente tren le decapite con ruedas oxidadas, jejejeej.
Es conveniente pegarle con la potencia justa, ni mucho ni poco, que pueda pensarrrrr y sentir bien el dolor.
Lo ideal es que con el martillazo se le salten uno o dos dientes y un ojo, si le pasa más que eso no va a sentir mucho ya, y el efecto pedagógico se diluye.
 
Editado cobardemente:
Pa que no sufra el pobre lo mejor es pegarle un buen martillazo entre las dos orejas y ponerle la cabeza en la vía del tren, pero justo después de que haya pasado uno y en una vía de provincias: así tiene una hora o más pa reflexionar acerca de cómo ha llegado a esa situación, hasta que el siguiente tren le decapite con ruedas oxidadas, jejejeej.
Es conveniente pegarle con la potencia justa, ni mucho ni poco, que pueda pensarrrrr y sentir bien el dolor.
Lo ideal es que con el martillazo se le salten uno o dientes y un ojo, si le pasa más que eso no va a sentir mucho ya, y el efecto pedagógico se diluye.

Terapia conductista se llama.
jejeje
 
Eso es verdad, mi abuela siempre decía que "para que los bichos aprendan, hay que hacerles daño, pero es por su bien".
 
Y otro para el bedel y que siga pasando el parte, porque un pobre gato secuestrado puede ocultarse, pero un perro no. Menuda actividad perruna paralela y no nos cuenta porque uno, cuando quiere mucho a un animal ya hasta prefiere guardarlo para sí.
Pero es un amor... Inmenso, incondicional, de las cosas bonitas de la vida.
 
Chuuuuu, chuuuuuu, el tren ibuprofeno a punto de llegarrrr, chuuu, chuuuu.
Jejejeje.
 
Editado cobardemente:
@pai-mei si le pegas el macetazo agarrando la maceta bien por el mango con las dos manos le quitas hasta la sed. Que beber mucha agua también puede ser perjudicial.
 
Cuando dice miau lo que está diciendo es pégame un macetazo en la cabeza. Tú obedeces y él lo agradece mucho. Se queda muy tranquilo y relajado y se le quita hasta el hambre.

Jejejee, qué bueno son.
@pai-mei si le pegas el macetazo agarrando la maceta bien por el mango con las dos manos le quitas hasta la sed. Que beber mucha agua también puede ser perjudicial.

Uffff, qué de ideas le estamos dando a la dulce dakilla.
 
Pa que no sufra el pobre lo mejor es pegarle un buen martillazo entre las dos orejas y ponerle la cabeza en la vía del tren, pero justo después de que haya pasado uno y en una vía de provincias: así tiene una hora o más pa reflexionar acerca de cómo ha llegado a esa situación, hasta que el siguiente tren le decapite con ruedas oxidadas, jejejeej.
Es conveniente pegarle con la potencia justa, ni mucho ni poco, que pueda pensarrrrr y sentir bien el dolor.
Lo ideal es que con el martillazo se le salten uno o dos dientes y un ojo, si le pasa más que eso no va a sentir mucho ya, y el efecto pedagógico se diluye.
Quien celebra el dolor de un ser vivo no merece audiencia, sino justicia.
 
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