Error de syntaxis
Clásico
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- 10 Jun 2006
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Por alguna razón, el audio ha salido mal en los vídeos, entrecortado. Adjunto debajo de cada uno de ellos el guión correspondiente, para que se entienda lo que no se escucha bien.
-M.oporrrrr...
Cuando te consideras superior a la gente que te rodea, la vida no se hace fácil. El único momento de felicidad que tienes en todo el día son los segundos de aturdimiento posteriores al momento en el que te despiertas, en los que aún conservas en las retinas la imagen de la zorra que estabas follándote en sueños. Al acabar de despertarte, vuelves a sumergirte, una vez más, en la deprimente realidad que te rodea.
Tu madre no te habla; llevas todas las vacaciones tocándote los huevos sin hacer nada, y eso empieza a molestarle.
¿Qué culpa tengo yo? Es ella la que se niega a aceptar que su hijo es un enfermo mental y pretende que lleve una vida normal.
-No, mamá, no quiero ir con vosotros a visitar a vuestros amigos.
-No, mamá, no me apetece acompañarte a la playa.
-No, mamá, no voy contigo al Día%. Luego te ayudo a subirlo todo.
-No, mamá, no me pasa nada, no quiero hablar.
-No, mamá, no tengo novia, no es que no quiera decírtelo.
-No, mamá, no he intentado suicidarme. Me he cortado afeitándome.
Con mi padre, las cosas son mucho más sencillas. Simplemente nos ignoramos mutuamente; Él se siente profundamente decepcionado por el rumbo que tiene mi vida, y yo he pensado muchas veces en enterrarle un cuchillo en el pecho mientras duerme.
He pasado muchas noches dándole puñetazos a las paredes (y luego a la almohada, cuando me sangran los nudillos) imaginando que le partía la cara a golpes y la sangre me salpicaba el rostro. Pero llega un punto, en el que el odio se convierte en fría indiferencia, cuando una persona, a pesar de compartir casa contigo, te importa una mierda. El único resquicio de aversión que me queda hacia él, es por mi madre. Esperaría a que él llegara de trabajar, lo mataría, y luego le daría una paliza a mi madre frente al cadáver por haber desperdiciado veinte años de su vida con semejante desecho humano.
-Hola, nenazas, soy Error de syntaxis, y estoy hablando en voz baja porque mi familia duerme cerca, y estoy a punto de llevar a cabo un plan jackass-style, cuyos intrumentos son, las lentillas de mi padre, una jeringuilla (es lo bueno de tener una madre diabética), y el vaso de amor líquido dedicado a M.opor. Voy a abrir esto... hacerlo con una mano es más difícil de lo que parece.
Bah, seguro que no os estoy contando nada nuevo. No soy tan egocéntrico como para creer que soy el único con conflictos familiares aquí dentro. No obstante, la gente normal suele liberar tensiones hablando con sus amigos. Contándole los problemas a otros, la gente soporta mejor el peso de estos. Es curioso, pero a muchos, les resulta más reconfortante simplemente ser escuchados que recibir soluciones. “No quiero que me des consejos, sólo necesito que me escuchen”. Realmente, lo que necesitan esas personas es ser el centro de atención durante unos minutos para sentir que alguien les acompaña en sus míseras vidas. Si no tuvieran problemas, si consiguieran solucionarlos, tendrían que afrontar la mediocridad de sus existencias completamente solos, porque es estúpido pedir ayuda si no la necesitas.
No volveré a recitar mi apología a la antisocialidad. Ya he explicado muchas veces las razones que tengo para evitar el contacto con cualquier persona que no esté dentro de mi casa, y, aunque he recibido decenas (sin exagerar) de mensajes privados de apoyo, algunos me han dicho que me he vuelto un poco cansino, que me repito demasiado.
Por eso, resumiré mi discurso y diré, simplemente, que son todos idiotas menos yo.
-Un día, mientras mantenía sexo telefónico con una forera, eyaculé boca arriba, con tanta mala suerte, que uno de los disparos acabó en mi ojo. Y os aseguro que esa fue una de las experiencias más molestas que he experimentado en mi vida. Así que supongo... que esto no le sentará nada bien a mi padre. Hijo de la gran puta.... Por cierto, éste es mi gato.
Miradme como un jodido héroe, no tengáis lástima de mí. Porque el primer paso para conseguir la verdadera autonomía moral empieza cortando vínculos emocionales con aquellos que te rodean. Cuando eres capaz de no depender de nadie, la vida te sonríe. Sales a la calle. Llevas días sin dormir, tienes ojeras. Como has pasado las últimas dos horas golpéandote frente al espejo para disfrutar del dolor, un hematoma grande y morado nace en uno de tus pómulos. La sangre seca del combate contra el espejo de anoche todavía deja huellas sobre el cuello de tu camisa. Y la mala alimentación que llevas a cabo en los últimos meses, ha provocado un brusco descenso de tu masa corporal. La gente evita tu mirada en la calle. Caminas, y se apartan. Y entonces, amigos, entonces sientes que has reestablecido el equilibrio en el universo. Porque ELLOS sienten tanto asco por tu existencia en este mundo como TÚ hacia ellos y hacia ti mismo.
La corbata es porque he pasado la mañana en la Iglesia. Lo contaré otro día.
Va por ti, Saria.
-M.oporrrrr...
Cuando te consideras superior a la gente que te rodea, la vida no se hace fácil. El único momento de felicidad que tienes en todo el día son los segundos de aturdimiento posteriores al momento en el que te despiertas, en los que aún conservas en las retinas la imagen de la zorra que estabas follándote en sueños. Al acabar de despertarte, vuelves a sumergirte, una vez más, en la deprimente realidad que te rodea.
Tu madre no te habla; llevas todas las vacaciones tocándote los huevos sin hacer nada, y eso empieza a molestarle.
¿Qué culpa tengo yo? Es ella la que se niega a aceptar que su hijo es un enfermo mental y pretende que lleve una vida normal.
-No, mamá, no quiero ir con vosotros a visitar a vuestros amigos.
-No, mamá, no me apetece acompañarte a la playa.
-No, mamá, no voy contigo al Día%. Luego te ayudo a subirlo todo.
-No, mamá, no me pasa nada, no quiero hablar.
-No, mamá, no tengo novia, no es que no quiera decírtelo.
-No, mamá, no he intentado suicidarme. Me he cortado afeitándome.
Con mi padre, las cosas son mucho más sencillas. Simplemente nos ignoramos mutuamente; Él se siente profundamente decepcionado por el rumbo que tiene mi vida, y yo he pensado muchas veces en enterrarle un cuchillo en el pecho mientras duerme.
He pasado muchas noches dándole puñetazos a las paredes (y luego a la almohada, cuando me sangran los nudillos) imaginando que le partía la cara a golpes y la sangre me salpicaba el rostro. Pero llega un punto, en el que el odio se convierte en fría indiferencia, cuando una persona, a pesar de compartir casa contigo, te importa una mierda. El único resquicio de aversión que me queda hacia él, es por mi madre. Esperaría a que él llegara de trabajar, lo mataría, y luego le daría una paliza a mi madre frente al cadáver por haber desperdiciado veinte años de su vida con semejante desecho humano.
-Hola, nenazas, soy Error de syntaxis, y estoy hablando en voz baja porque mi familia duerme cerca, y estoy a punto de llevar a cabo un plan jackass-style, cuyos intrumentos son, las lentillas de mi padre, una jeringuilla (es lo bueno de tener una madre diabética), y el vaso de amor líquido dedicado a M.opor. Voy a abrir esto... hacerlo con una mano es más difícil de lo que parece.
Bah, seguro que no os estoy contando nada nuevo. No soy tan egocéntrico como para creer que soy el único con conflictos familiares aquí dentro. No obstante, la gente normal suele liberar tensiones hablando con sus amigos. Contándole los problemas a otros, la gente soporta mejor el peso de estos. Es curioso, pero a muchos, les resulta más reconfortante simplemente ser escuchados que recibir soluciones. “No quiero que me des consejos, sólo necesito que me escuchen”. Realmente, lo que necesitan esas personas es ser el centro de atención durante unos minutos para sentir que alguien les acompaña en sus míseras vidas. Si no tuvieran problemas, si consiguieran solucionarlos, tendrían que afrontar la mediocridad de sus existencias completamente solos, porque es estúpido pedir ayuda si no la necesitas.
No volveré a recitar mi apología a la antisocialidad. Ya he explicado muchas veces las razones que tengo para evitar el contacto con cualquier persona que no esté dentro de mi casa, y, aunque he recibido decenas (sin exagerar) de mensajes privados de apoyo, algunos me han dicho que me he vuelto un poco cansino, que me repito demasiado.
Por eso, resumiré mi discurso y diré, simplemente, que son todos idiotas menos yo.
-Un día, mientras mantenía sexo telefónico con una forera, eyaculé boca arriba, con tanta mala suerte, que uno de los disparos acabó en mi ojo. Y os aseguro que esa fue una de las experiencias más molestas que he experimentado en mi vida. Así que supongo... que esto no le sentará nada bien a mi padre. Hijo de la gran puta.... Por cierto, éste es mi gato.
Miradme como un jodido héroe, no tengáis lástima de mí. Porque el primer paso para conseguir la verdadera autonomía moral empieza cortando vínculos emocionales con aquellos que te rodean. Cuando eres capaz de no depender de nadie, la vida te sonríe. Sales a la calle. Llevas días sin dormir, tienes ojeras. Como has pasado las últimas dos horas golpéandote frente al espejo para disfrutar del dolor, un hematoma grande y morado nace en uno de tus pómulos. La sangre seca del combate contra el espejo de anoche todavía deja huellas sobre el cuello de tu camisa. Y la mala alimentación que llevas a cabo en los últimos meses, ha provocado un brusco descenso de tu masa corporal. La gente evita tu mirada en la calle. Caminas, y se apartan. Y entonces, amigos, entonces sientes que has reestablecido el equilibrio en el universo. Porque ELLOS sienten tanto asco por tu existencia en este mundo como TÚ hacia ellos y hacia ti mismo.
La corbata es porque he pasado la mañana en la Iglesia. Lo contaré otro día.
Va por ti, Saria.